Hace un poco de ruido homenajear a un artista que ya no está en el día de su fallecimiento. Quizás por que el recuerdo merezca más una celebración, los tributos a Gustavo Cerati deberían vindicarse el día de nacimiento, pero los argentinos, tangueros, nostálgicos, sufrimos las ausencias y por ese motivo valoramos aquel día que dejó de respirar como el mismo en el que comenzó a ser eterno.
Lilian Clarke dio a luz a su hijo bajo el nombre de Gustavo Adrián Cerati el 11 de agosto de 1959. Comenzó a tocar la guitarra cuando era niño y ya en primaria formó su primera banda. Pasaron los años, y aprovechando el ámbito universitario, siempre apegado a la música, se cruzó con otro melómano apasionado, Zeta Bosio con quien congenió desde un primer momento. Cuando tuvieron la idea de hacer una banda apareció Charly Alberti y así se formó Soda Stereo. La búsqueda de sonido propio fue esencial para la banda, que contradijo todos los dogmas musicales al reinventarse en cada producción, con detractores por esa excentricidad, pero que nunca superaron al número de fans que creció y creció.
En 1984 Soda Stereo editó su primer disco, homónimo, con muchos aires new wave e influencias de ska inglés. “Trátame Suavemente”, “Un Misil En Mi Placard”, y “Sobredosis De TV”, formaron parte de ese álbum y hoy esos títulos son conocidos por todos, lo que da cuenta de que el talento de los Soda era especial.
Un año más tarde llegaría “Nada Personal”, luego “Signos” y en 1987 salía su primer disco en vivo, grabado en gira por Latinoamérica. A pocos años de su creación, el trío ya tenía reconocimiento en todos los países de la región, romance que se mantendría con el paso de los años y que aún hoy continúa. Por eso es habitual escuchar a artistas mexicanos, colombianos, chilenos y venezolanos, por nombrar algunas nacionalidades, decir que Gustavo y Soda Stereo son una fuerte influencia en sus carreras y su arte.
La edición de “Doble Vida” y “Canción Animal” hizo que su legión de fanáticos creciera más y más, y con tanta repercusión y vida agitada, decidieron modificar los esquemas por completo en 1992 con la creación de “Dynamo”, su álbum más experimental y ambiental. Algunos lo catalogan como parte del subgénero shoegazing por la introspección experimental de sus sonidos, entre los que se destacan “En Remolinos”, “Luna Roja”, y quizás el único “hitero” de la lista, “Primavera 0”.
En 1995 saldría su último disco de estudio, “Sueño Stereo”, que contiene himnos del rock nacional como “Ella Uso Mi Cabeza Como Un Revolver” y “Zoom”. Un año después y casi a modo de despedida, se editaría “Confort y Música Para Volar”, el disco realizado por la cadena MTV cuando solía invitar a bandas para realizar un “unplugged”. De esa producción se extraen algunas de las versiones más recordadas de los temas de Soda.
Todavía con Soda, Gustavo creó su primer trabajo solista, “Amor amarillo”, con el que ya empezaba a amagar con una carrera solista prolífera. La confirmación llegó tras la tristeza por la disolución de la banda en 1997, cuando dos años más tarde y tras un tiempo de duelo y composición, craneó uno de los discos más recordados de la historia musical argentina: “Bocanada”. El álbum continuó el camino musical de nunca conformarse y diferenciarse del resto canción tras canción. “Siempre Es Hoy”, “Ahí Vamos” y “Fuerza Natural” fueron sus siguientes obras.
El 15 de mayo del año de 2010 cuando finalizó una presentación en Caracas, Venezuela, Cerati sufrió un ACV. Cuatro años en el mismo estado neurológico terminaron con lo que nadie esperaba: el 4 de septiembre de 2014, Gustavo falleció a causa de un paro cardíaco, haciendo que la música muera un poco en nuestro país, pero dejando para siempre la semilla de su recuerdo dentro de cada afortunado que pudo escuchar su arte.
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