Peligrosos Inocentes parió su tercer disco de estudio, carneado y creado al fulgor de la pandemia. Con un proceso creativo lento, que fue madurando y que contó con la producción De Diego Chiaradía de “La Chancha Muda”. Y si “Bárbaros del Honor” había sido un disco al palo, con distorsión full-presente, “Plaga” es, sin dudas, un disco de matices.

Así como esos futbolistas polifuncionales e inteligentes, que suelen amoldarse a lo que el partido les pide, Peligrosos adapta lo suyo a lo que la canción le pide. No es una banda tocando canciones, son canciones haciendo uso de una banda que puede jugar en varios puestos. Por supuesto, la disto al palo, pero también, en este disco, aparecen baladas, canciones de medio tiempo, canciones más pesadas y otras más densas. Todas cuentan con una voz brillante, como la del Guly que disco a disco suena más clara, más firme, mejor.

El arranque es con “Nieta de Bruja”, una canción que tiene una presencia estelar de la voz femenina de la banda, Jenny y que es una clara demostración de principios. En temas que linda con el feminismo y el pañuelo verde. Peligrosos se para en esta vereda: “Se le fue transformando la carita de nena, mutó la voz y después la piel”, canta Guly y devuelve ella: “Yo soy la heredera de las locas de la Plaza”, “Ni tonta, ni yuta, ni tuya, se escucha, me trague la primavera que se metan en el culo la flor”. ¿Para qué agregar más no?

En “Por Dentro (Una gran Plaga de Langostas)”, la banda mete el primer volantazo del disco. El tema del que surge el nombre del disco tiene una atmósfera más bien densa y pesada, lejos de la “protesta” del primer tema y mucho más íntima que la primera, con las guitarras haciendo de colchón sobre el cual descansa una letra y una melodía bien “oscurito”.

Todavía pierdo, los estribos por la boca”, advierte Guly, poco antes de llegar un solo que termina de vestir un tema que no va mucho más allá de los 3:30 de duración.

Llega el turno de “The Divan”, un tema que no se parece ni al primero, ni al segundo, y es más bien luminoso y “bailable”, a diferencia de sus dos antecesores. Un tema que también juega con la voz del Guly, que por momentos luce alterada, como detrás de la música: “Tan repentina es la muerte, no te da tiempo ni para empacar, acá está todo mi equipaje, llevo mi amnesia para trasnochar”, canta Guly.

“Cordero” es uno de los temas que la banda ya había dado a conocer hace tiempo, es el tema más “peligroso” del disco hasta el momento. No será el único, claro está. Es, también, una canción en la que la banda vuelve a hacer gala de esa forma de decir las cosas que le es propia y que empieza a ser su marca registrada. También los vientos hacen su entrada triunfal al disco. “Se van a cagar, los buenos y santos que la van de amigos, que viven del verso y de lo prometido, se van a cagar”.

“No Más Errores” muestra otro de los giros del disco, un tema de guitarras y de arreglos a full, para montarse sobre una melodía rítmica y movediza. “Hubo muchos errores, que no pueden volver, miles de diferencias, me hicieron fracasar”. Es un tema que cuando amenaza con explotar, la banda, adrede parece sacarle el pie del acelerador hasta llegar a la gran explosión después de la segunda estrofa. Ahí vuelve a empezar con una viola más bien acústica, muy agradable en la parte donde el tema adquiere otras texturas, que dan ingreso a un solo con aires de épica de Guitar Hero.

“Simulacro” es el tema más “distinto” del disco, en clave arrabalera, medio tanguera, la banda desanda una fábula de un errante. “Soy el de ayer, y también el de mañana, sólo un instante en esta inmensidad, una luz que se prende y se apagará”. Es una canción muy linda, íntima, que está montada sobre una melodía que va llevando la lírica y se termina transformando en uno de los puntos más sólidos del disco y también más distinto a “Bárbaros”. En el final tiene una de las frases más logradas del disco, una metáfora para explicar la imposibilidad de cambiar de alguien: “Puedo seguir y hasta caminar más derecho, pero al canario le gusta cantar y a los gatos andar por los techos”.

“Una vuelta Más” fue el tema que la banda eligió como primer single de este disco y es otro tema que podría haber sido parte de “Bárbaros del Honor”, sin dudas. Posiblemente el tema que más se asemeja a la historia reciente de la banda. El estribillo es tan pegadizo como lo que hacen las guitarras en la estrofa. “No dejemos de vivir, peleando por no morir mi amor. Un corazón que se duerme se olvida de latir. Y que ya no hablen aquellos que quieren verte muerto hoy”… Quizás el tema con más pasta de Hit del disco, por la letra, por la música y por el maridaje entre ambas cosas.

“Filosofando” es otro tema que conocíamos de antes, porque fue uno de los que banda dio a conocer con anterioridad. “¿De quién es esa cara que está fuera de control?”. Empieza preguntándose Guly, mientras la guitarra lleva el tema de las narices en clave funky y la base marca un Groove que obliga a moverse, aún sin quererlo. Otro tema que tiene todo para meterse en la lista de temas de acá en adelante. “Que gire la historia, abrí los ojos por favor, Yo te juro que los cerdos están gobernándonos, son el felpudo del Norte, son la histeria del Patrón, una joda del destino son fusil y paredón”, declama Guly en la canción quizás más de “protesta” del disco. “Nos quedamos siempre sin saliva, por andar, filosofando”, canta la banda.

“Psicofacho” quizás es la letra más directa del disco, también de protesta, también necesaria en los tiempos que corren. Dedicadas a los fachos de la TV, que piden bala y mano dura desde la comodidad de sus sillones mullidos y aplauden cuestiones, como por ejemplo, el gatillo fácil: “Que Psicofacho tan extraño resultaste, te excitan los pobres, verlos por televisión” y además hay un aviso: “Sentarte al lado no te hace parte, sabes que te esperamos pro acá, besarle los anillos al vigilante, no te vuelve más pillo, serás un pobre bicho sin lugar”. ¿Quién no conoce a un Psicofacho no?

El cierre es con sorpresa y con “Suceder”. “Peligrosos…” demuestra que también puede sentirse cómodo y hacernos sentir cómodos en un tema más cercano a una balada romántica que a un rock de protesta o de acción. La voz de Guly se luce en un registro más “meloso” y la banda acompaña para terminar generando una canción redonda en la que los vientos se llevan gran parte del crédito del clima logrado, que termina de cerrar con un sólo justo y necesario para un tema que se meterá, sin duda, entre los favoritos del disco. Baja mil cambios en relación a la anterior canción y hasta parece de otro disco.

Será el último volantazo de un disco que resiste un shuffle sin lugar a dudas, ya que no parece tener un hilo conductor en lo musical y en lo lírico. Es un disco de canciones, canciones que tienen personalidad, matices y colores. Quizás como nunca antes en la carrera de la banda.

La apuesta incluyó un arte ambicioso, una caja de madera que contiene el disco, el arte -en formato de postales-, un mapa de tela y hasta stickers. Peligrosos apostó fuerte para generar algo “distinto” en tiempos de Spotify y soportes digitales, la banda peló un arte que lo acerca a las ideas de “La Renga”, por ejemplo y lo aleja de lo “frío” de los tiempos que corren en la música, dónde el soporte del disco parece haber caído en desuso y todo se reduce a Spotify. Bueno no, para Peligrosos no es así y es algo destacable. La presentación en sociedad de “Plaga” será el próximo 20 de agosto, en “Uniclub”.

Las entradas para el show las conseguís acá