La primera vez que este periodista escuchó algunos temas sueltos del nuevo disco de “Miniaturas” fue en el verano 2020, bajo un sol abrasador y en Villa Ventana. Ni Tomás Grandinetti, ni yo, somos de allá. Uno de Buenos Aires, el otro ya un ciudadano afincado en Bahía Blanca. Escuché en modo “adelanto” y en “crudo”, los primeros tres temas editados de los seis que componen el segundo disco de la banda.

A medida iban pasando “¿Dónde están los chacales?”, “el rocanrol” (que luego sería “Exilio,Tango y Calle” pero en ese momento no tenía nomenclatura) y “La Cruz del Sur” como en ese momento me la presentó el cantante de la banda, con nombre acortado, yo me daba cuenta de su entusiasmo. Mientras manejaba el Renault Clio por la Sierra e iba apuntando parte de los temas o contando entretelones, a Tomás le brillaban los ojos y se le escapaba el entusiasmo por los poros. Eso pasa cuando uno queda conforme con lo que hace. Entre el fuego del asado, los tragos compartidos y nuestras familias correteando por el verde, repetimos la escucha: una, dos, tres, cuatro veces.

Con el tiempo, incluso con la pandemia entorpeciendo la estrategia de la banda, el disco ya está entre nosotros. Ya tiene nombre, se llama “4345” y ya entendí que aquella primera presentación de los temas, que luego se fue “profesionalizando” con los mails que me mandaba Tomás cada tanto, fue perfecto que fuera durante un viaje, en un lugar que nos es ajeno a ambos y en este contexto. Es que “4345” es, además de un disco compuesto por seis singles sueltos, es un viaje, una suerte de álbum de postales.

Quizás haya sido el hecho que cada tema fue pensado como “single” pero lo cierto es que “Miniaturas” no se repite en ningún tema del disco y en todos abre la puerta para salir a “jugar” (y escuchar).

Con imágenes cristalinas, como el conurbano y sus urgencias (¿Dónde están los chacales?), alguna pintura de Bahía Blanca (La Cruz del Sur) y hasta una oda al NOA argentino (¿Dónde quedarán?), “Miniaturas” invita a viajar, paga el pasaje y eso, en tiempo de encierro y pandemia es agua en el desierto.

No es un viaje sólo geográfico y esa es la mejor parte de todas. Cualquiera que tenga 30 o este por ahí cerquita o un poco más lejos, se sentirá en la esquina, tomando de pico con amigues una birra tibia. “previando” antes de entrar a Cemento o el viejo Obras. “Exilio, Tango y Calle” es un rock en clave cementosa, un viaje en el tiempo como los que propone “Dark” pero sin tanta oscuridad y con la nostalgia a flor de piel.

El viaje también es sonoro. En este disco, en el que confluyeron seis singles, “Miniaturas” exploró como nunca antes sus horizontes musicales y hasta dónde podía arriesgar. La inclusión de las teclas, con Sebastián Gombi a la cabeza, generaron una oportunidad sonora que la banda aprovechó muy bien, muestra de ello el tema “(Mil Paisajes) San Miguel”, una balada mid-tempo que no hubiese sonado igual sin las teclas, sin ese colchón de finos sonidos que sirve de telón de fondo para las violas y la voz, por decirlo de una manera palermitana.

La exploración no se detuvo allí, en “Dónde quedarán?” aparecen un Charango y un bombo legüero. Al mejor estilo “Divididos”, la banda recurrió a instrumentos identificados con el NOA para terminar de cerrar el tema cómo lo que querían que fuera y el resultado es bien logrado. Dentro de las diferencias, el tema que compuso Guillermo Ceñal es el más “ajeno” a sus hermanes.

“Midrash”, por su parte, es un rock urgente en clave piojosa, dónde se pueden ver los amores adolescentes rockeros de Ceñal, uno de los violeros, que dejó clara su influencia piojosa en un tema que, quizás, es el más “parecido” a lo que la banda ya había mostrado en “Uniformes Rojos, Uniformes negros”, su disco debut.

En definitiva, el camino de exploración que la banda había empezado a caminar con “Siempre Compañeros”, se acentuó mucho más en este disco de sólo 20′ de duración y seis temas. Un viaje, un break, un respiro que nos regala la música en estos tiempos de pandemia, encierro y valijas en placares. Siempre que un disco sea capaz de hacerte viajar, es un disco que hay que recomendar. Esta, por supuesto, no es la excepción.

Puntaje
4345
Javier Hernán García
Periodista since 2006. Director de Rock 'N Ball. Antes que todo eso, padre de familia e hincha de River. Intento de guitarrista. Nada más que eso. Given To Fly