Rock

20 músicos recuerdan a Gilda a 20 años de su muerte

Palabras, recuerdos, anécdotas, añoranzas de la infancia, poemas improvisados, pero sobre todo mucho respeto. 20 artistas de hoy le rinden homenaje a Miriam Alejandra Bianchi: Gilda. Emocionante.

Gilda
Gilda

Se cumplen 20 años de la desaparición física de Miriam Alejandra Bianchi, quién obtuvo popularidad y reconocimiento cuando adoptó el nombre artístico “Gilda” y cambió las aulas y los patios de los recreos por los escenarios y las rutas de la Argentina. Precisamente fue en una de estas rutas que el 7 de septiembre de 1996 encontró la rápida y sorpresiva muerte, cuando estaba en el pico de su popularidad, como le pasó a Rodrigo cuatro años después.

Gilda primero y Rodrigo después fueron artistas crossover. Nacieron en la movida tropical, pero su carisma, talento y aura hicieron que logren colarse en otras movidas, para convertirse en artistas reconocidos a nivel nacional e incluso por músicos pertenecientes a otro género o ‘palo’. Prueba de ello son los covers de sus temas que realizaron “Attaque 77” (No me arrepiento de este amor), Vicentico (Paisaje),  alguno de los tantos temas que versionó Leo García, o lo que hicieron “Los Olestar“, ya más acá en el tiempo. Dichos covers sirvieron como puerta de entrada para varios músicos y artistas que no pertenecían a esa esfera, y ayudar a convertir a Gilda en lo que es hoy en día: un mito, una leyenda, una artista que logró lo que todos anhelan: trascender, sobrevivir a su propia vida. Dejar un legado. Algo que será recordado por siempre.

Es por eso que en Rock ‘N Ball quisimos homenajear a la artista y le pedimos una reflexión, una opinión, a 20 músicos, a 20 artistas, sobre ella, su leyenda, su música, y su vida. Nos metimos en el under más under, en las bandas un poco más reconocidas e incluso buscamos la palabra de músicos mucho más experimentados, como el caso de Ricardo Tapia, líder de “La Mississippi”. Pasen y vean, esto dice el rock de Gilda:

Gilda, mito y leyenda, que logró trascender el género tropical.
Gilda, mito y leyenda, que logró trascender el género tropical.

Ricardo Tapia (La Mississippi): Me parece que fue una cantante excepcional, una artista que sobresalió en su género. Venía del lado de la docencia y eso se veía mucho, en sus letras, en su imagen, en lo que ella representaba. Es una persona que tenía un interés en ser clara con su mensaje. Podría haber crecido muchísimo como artista, tenía muchas cosas para hacer a futuro, porque componía muy buenas canciones. Fue trágico su fallecimiento y quedó trunca su carrera. Pero lo que hizo lo llegó a hacer muy bien.

Santiago Aysine (Salta La Banca): Hablar de Gilda para mí es hablar de la cumbia porque, más allá de que la llamamos la reina de la cumbia, fue una época en que la cumbia produce un apogeo tremendo. Me parece que, más allá de eso, ella ya era eso para la gente en los barrios, era reina antes de fallecer. Hoy Gilda es una diosa para mucha gente que le reza y va a su santuario. Todavía recuerdo la tristeza que produjo en mi colegio, un colegio muy humilde de Villa Raffo. En mi colegio, todos escuchábamos cumbia y Gilda era muy importante para nosotros. Me pone muy feliz que a 20 años de todo eso, Gilda es una reinvindicación casi general, ¿no? El hecho de que tantas bandas hayan reivindicado su obra desde la ejecución de un montón de sus temas, habla de lo grande que fue.

Nahuel “El viejo” Amarilla (La Perra Que Los Parió): Recuerdo que era una artista muy popular que copó las orejas de varios de mis amigos, por eso la conocí. Era diferente a otros artistas de su palo. Sucedía algo muy similar a lo que te ocurría con Rodrigo. Dentro de su palo eran dos “distintos”. Gilda musicalizó mi verano del 96 en Gualeguaychú, junto a “tercer arco” de Los Piojos y “Despedazado por mil partes” de La Renga.

Pablo Germade (Rock A la Orden): Hace 20 años aún no la conocía, no tenía el gusto. Con el tiempo me fueron hablando de una mujer que hizo historia en la música popular. La curiosidad me llevó a conocerla, a escuchar su sonido y sobre todo a comprender sus letras. Hoy de grande entiendo su fenómeno, entiendo su mensaje. No seré su más grande fanático, pero sin dudas es innegable el legado de Gilda en lo popular. Todavía aún la seguimos esperando, como prometió.

Manuel Rodríguez (Sueño de Pescado): Cuando tenía 17 años había dejado la escuela y no tenía laburo. Tocaba la viola todo el día, y un día me llama un amigo y me dice que había agarrado un show en el que habían rebotado a una banda de cumbia platense porque pedía mucha guita y tenía que armar la banda. Sacamos 30 cumbias en dos ensayos y fuimos. Entre esos temas habían varios de Gilda. La mina que tocaba las teclas cantaba igual, y cuando arrancó a cantar la gente se volvió loca. Gilda, como Rodrigo, La Mona y tantos otros,  son artistas que llegan a un pico popular por la entrega y el corazón que dejan cuando interpretan. Tocan un nervio emocional en la gente al que es muy difícil de llegar, eso es súper meritorio y respetable.

Juan Ignacio LaFontaine (El Mirador): Sin dudas, el primer recuerdo de Gilda fue escuchando ‘No me arrepiento de éste amor’ por Attaque 77 en mi adolescencia, y que alguien me aclare que ese tema fue compuesto por otro artista, de otro estilo musical. Cuando investigué sobre ella, descubrí lo gigante que fue en la música argentina, y por fuera de lo artístico.

Puchi Carrera (Circus Dei): Gilda es tan parte de la cultura nacional como Charly y Spinetta, al revisitar sus letras, su música, su historia como artista, es notable que la pasión que imprime en sus canciones inspiró a muchos rockeros actuales. Sin dudas hizo escuela en su estilo y nos deja sintiendo que la cumbia de Gilda podría sonar en cualquier radio de hoy presentada como una banda de rock.

Gilda y toda su aura, inolvidable para todos.
Gilda y toda su aura, inolvidable para todos.

Mel Vázquez (Sindicato de Vendedores de Lunas): En mi opinión Gilda es un ícono. Siempre mostró una frescura, que a cada letra te decía que eso era su escencia. Para mi es admirable su paso por la música, revolucionó el sonido tropical, incluso el rock. Gilda es y será un lema, eso que llega para quedarse, esa melodía que aunque ni te suene el nombre, en algún lugar la tarareaste. Nadie se puede arrepentir de un amor así sólido, extrovertido, sin miedo, pura poesía y fuerza natural, no por nada para muchos hoy es “Santa Gilda”. “Me llevo tu sonrisa tibia, tu mirada errante. Desde ahora en adelante, vivirás dentro de mí.”

Hernán Saravia (Pampa Yakuza): Gilda fue un referente de la música tropical… una mujer que no utilizó su cuerpo para entrar en el público sino que antepuso su carisma y sus voz para hacerlo. Por eso fue diferente al resto y trazó un camino que la hizo brillar con luz propia, excediendo los límites terrenales.

Tomás Grandinetti (Miniaturas de un Pavote): Durante los años noventa, creo yo, todavía existían músicos que provocaban algo extrañamente mágico en la gente. Más allá de los géneros, de los gustos o de las historias de vida, una canción podía darte una piña en la jeta y dejarte maquinando a mil por hora. Gilda era una de esas personas. Desconozco mucho de su historia y no soy consumidor de su música, pero no soy ciego. Crecí viendo a mí alrededor como las personas lloraron con su muerte, festejaron con su alegría y, por sobre todo, disfrutaban de una manera muy sentimental su música. Mis respetos eternos a Gilda.   

Tuni Soifer (5ta del Lobo): Por una cuestión generacional, Gilda fue una artista de la cual no me empapé mucho. Me acuerdo que la descubrí porque una de las primeras bandas que escuché cuando era chico fue Attaque 77, y ellos tenían una versión de “No me arrepiento de este amor” que me encantaba. Creo que mi forma de acercarme a su música fue a través de otros artistas que la versionaron.  

Feller Felini (Manijas): “… al morir crecemos mucho más que todas las galaxias…” dice el Indio Solari. Hoy se cumplen 20 años de su resurrección… del mito… de las procesiones a su santuario… de los testimonios que hablan de sus milagros… Cantante tropical que se hizo paso por Latinoamérica y que en la actualidad habla en la cumbia, en el rock y en el pop. Hay una brisa extraña que corre por las calles hoy… en Villa Paranacito.

Eneas Fracarolli (Algo Mejor): Cuando sucedió el accidente que provocó la muerte de Gilda yo tenía apenas 6 años. Mis primeros conocimientos de la cantante se dieron en los viajes en auto yendo a visitar a mis abuelos en Entre Ríos. Recuerdo pasar por el santuario ubicado en la zona del accidente y preguntarle a mis padres qué eran todas esas banderitas rojas. “Era una chica muy humilde y encantadora” cuenta mi madre. Mientras tanto yo puedo opinar de sus canciones, las cuales considero hermosas composiciones mágicamente interpretadas por una persona evidentemente carismática y hecha para eso. Su música abrió un espectro que antes no era tan considerado y que hoy en día es un ritmo característico de nuestras tierras. Una pena haberla perdido tan tempranamente…

La estampita de 'Santa Gilda'.
La estampita de ‘Santa Gilda’.

Florencia Albarracín (Láudano en Canciones): Alguna vez, un gran héroe del rock nacional dijo que la canción es la suma de sus acordes, su melodía, y ese no sé – que nadie sabe explicar – que opera como una suerte de hechizo sobre el que la escucha, que nos tiene cautivos, cantándola y tarareándola todo el día.
Cuando pienso en Gilda, pienso en ese hechizo. Recuerdo lo poco que tardé en aprenderme de memoria varias de las letras de sus canciones para nunca olvidarlas. En cualquiera lugar en donde suene ella, la reconocemos en cuestión de segundos, al sonido del primer acorde. Y no hay dudas: es Gilda, es el terciopelo de su voz, son sus estribillos que te calan en lo hondo del corazón. Es el alma de Gilda, que se entrega en cada canción y deja ver retazos de su corazón, a veces feliz, a veces triste, pero siempre intenso, siempre a fondo, sin medias tintas. Intenso como fuego que nos obliga a sacudir los pies e improvisar nuestra propia pista de baile en donde sea; y así entregarnos a su hechizo, aún cuando no hayamos tenido el mejor de los días, Gilda, es una caricia al corazón.

Matías Westerkamp (La Condena de Caín): Tal vez al no estar relacionado con el género “tropical”,  principalmente por una cuestión climática, no conozco en profundidad su obra, pero cierta intuición artística que uno cree tener siempre percibió en ella algo más que una simple cantante, cierto aura que suele trascender las cárceles de los géneros y las etiquetas.”

Martín Pedernera (Mustafunk): Me piden que escriba algo de Gilda pero era muy chico cuando murió, y no tengo recuerdos de ella mas que algunas de sus canciones. Solo se me ocurre esto: en el 2004, en una charla en la que trataba de mantener a mi rock en su altar, un profesor me dijo: “Hay música de la cintura para arriba y música de la cintura para abajo” Frase simple que movió mi piso para siempre. Desde ese día, criticar sensibilidades que no comparto, ya no es mi tarea… si lo es, tratar de querer y entender que es lo que nos diferencia, porque muchas veces no somos tan distintos. Porque como Gilda, yo también tengo el corazón valiente… ¡Gracias Profe Castillo!

Carlos “Toro” Quiroga (Panopea): Gilda es un mito. Opinar sobre Gilda en sí misma no sé si tiene sentido, creo que más bien son interesantes las consecuencias de ella. La apropiación de lo que ella significa para mucha gente, heterogénea, para el medio específico de donde surgió, de su música, su “movida” y como hizo puentes con otros medios y movidas incluso hasta antagónicas. Artísticamente me parece inútil opinar, la música sirve como instrumento de expresión sensible y esto sirve tanto para el artista como para su público, Gilda sin dudas lo provoca, pero no es solamente por esto que es quién es.

Santiago Sorroche (Cadan): Antes que nada quería agradecer la invitación. Lo primero que hice cuando me llegó la misma fue pensar ¿Cuándo conocí a Gilda? La verdad que, varias horas después, aún no he podido encontrar la respuesta. En algún momento se habrá colado en un cumpleaños de 15 o en alguna fiesta. Pero la verdad que no recuerdo exacto. Pensando es como que siempre fue parte (la memoria siempre es engañosa). Recuerdo un hito que llamó la atención sobre ella, fue la inclusión de uno de sus temas por Attaque. Esa versión era “más escuchable” para un pibe del conurbano que era, ante todo, un fanático del rock (las identidades también son engañosas). Las deformaciones de cada uno lo llevan a preguntarse, como también pasa con otros fenómenos sociales, ¿Qué hizo que Gilda traspasara la frontera de la cumbia? y, a riesgo de hacer una explicación muy simplista, la crisis del 2001 -que empezó mucho antes pero ahí se expreso en toda su fuerza- nos igualó en muchos sentidos. La “distinción” que presentaba el rock frente a otras músicas, perdió esas marcas en esa época. Todos estábamos en el horno. Y, creo también, que lo que Gilda permitió es sacarnos los prejuicios sobre esa música “tan otra”, e incursionar, no solo ya en la cumbia “nacional”, sino en ese maravilloso genero folclórico de nuestra américa querida.

Gabriela Jurado (Contravos): Para mí es un gran ejemplo de mujer que va al frente, que luchó por lo que ella quería y que sus canciones van a ser siempre recordadas. Fue una cantante que renovó la escena de la música tropical, en la época de los ’90. Fue una figura femenina muy fuerte, no había tantas mujeres al frente de una banda. Al morir tan joven, también su obra trascendió mucho más. Recuerdo mucho sus canciones, como “no me arrepiento de este amor”, fue un súper hit que lo cantaron en los boliches, en las canchas, que trascendió al género, y haber logrado eso con la música, que sea tan conocida, está buenísimo.

Marian Fernández Cabrera (Demantra): Para mí Gilda es ícono de mujer valiente, que rompió con los paradigmas del ambiente tropical y logró trascender con su música y carisma. Sigue estando muy presente en el inconsciente colectivo argentino 20 años después de su muerte. Creo que ese el mejor de los legados que puede tener una artista.

El Santuario de Gilda, en la Ruta 12, donde perdió la vida.
El Santuario de Gilda, en la Ruta 12, donde perdió la vida.

Bonus track, una suerte de poema de Martín “El Pela” Dufou, de Brancaleone

En un circo donde la mujer era un culo bailando, vos lograste que te promovieran a santa.
¨Yo soy Gilda¨
Pero eras una mujer real. Te llamabas Miriam.
¨Tu… No podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor¨
En estas épocas donde los músicos populares son la caricatura de un músico popular.
¨Bebí tu veneno y caí en la trampa, dicen que lo tuyo no es más que un hazaña¨
Donde lo más desfachatado de la mediocridad llena Luna Parks arruinando una canción de Soda.
¨Que para mí tienes sólo sufrimiento, que voy a caer en lo profundo del infierno¨
Y la entrega, el riesgo y el compromiso son perfumes cada vez menos frecuentes.
¨Y no me importa nada, por que no quiero nada¨
Se vuelven más intensos tus latidos.
¨Porque tengo el corazón valiente voy a quererte¨
Más necesarias tus canciones.
¨Prefiero amarte, después perderte¨