Es de público conocimiento que Robert Kirkman (Creador del cómic homónimo) explicó una y mil veces que no seguiría el mismo camino en el mundo de la televisión que en el cómic para la mayoría de los personajes, pero entendemos que los ritmos entre una saga y otra son muy diferentes.
Tanta es la diferencia que mientras una saga sigue una historia dinámica, tenebrosa y plagada de cliffhangers (Esos momentos que suceden casi de golpe y no viste venir durante el desarrollo) la otra es lenta, predecible, las actuaciones y los guiones saturan a cualquier fanático y sobretodo decepcionan a aquellos que seguimos ambas.
Claramente la primera que hablé fue el cómic, un lugar diferente al de la televisión y repleto de personajes que no sólo guardan coherencia, sino que además van acorde al deterioro que la trama exige, nada es gratis en él, mientras que en la televisión nada pasa, si bien la dinámica debe hacer que dure más (no es lo mismo lo que tarda alguien en leer un cómic que lo que tarda en ver algo de 40 minutos de duración) pero no hace falta hacer capítulos de relleno, porque se devela que es un negocio y la calidad de la historia, el fluir de la trama, se hace cansina a tal punto que los malos nos parecen no tan malos al tardar tanto su venganza.
La temporada 7 arrancó con todo, el primer capítulo nos mostró la incursión de Los salvadores (Saviors es su título en inglés) con Negan a la cabeza (Interpretado por Jeffrey Dean Morgan quién parece más Piquín que un líder de cáracter y porte como es el Negan del cómic) este grupo decide poner fin al persistente ataque de Rick sobre sus puestos de guardia y asesina cruelmente a Glenn (Interpretado por Steven Yeun) y Abraham (Michael Cudlitz) a batazos, la que es el arma preferida de Negan, un bate llamado Lucille.
Desde allí, con ese comienzo sádico y violento todos creímos que la serie iba a entrar en una temporada de encontronazos, plagada de acción y con la adrenalina bien a tope, pero no.
Los 14 capítulos que se emitieron entre el comienzo y el final de temporada fueron soporíferos, no hicieron más que preparar y dilatar lo que sabíamos que iba a pasar, el enfrentamiento del capítulo final (De escasos 15 minutos) ni siquiera pudo tapar el bodrio total que fue la temporada.
Toda la trama giró en las posibles alianzas que podían tejer las diferentes comunidades (The Hill, Alexandria y The Kingdom) son las más destacadas, pero otros grupos se fueron sumando a la alianza, también pudimos ver el dilema moral de casi todos los protagonistas, incluyendo aquellos que a NADIE le interesa ver.
Por eso, la séptima temporada de la serie televisiva es un plomo inmanejable, con Cliffhangers totalmente fallidos y tal vez algo de dinámica interesante en el capítulo final (sobretodo por las variables respecto al cómic), pero que no puede salvar el contenido plomizo y aburrido de la temporada toda.
Podría decirse que este Negan no está a la altura del cómic pero también es muy dificil que alguien iguale al Negan original, para eso deberían no contratar un alfeñique para interpretarlo (Como para empezar a limar diferencias) y que encima tenga calidad actoral para hacer pasar ese enorme porte fisíco como respeto y no como miedo.
También deberían apostar a un Rick (Andrew Lincoln) más rápido y no tan invencible. a veces cansa saber que el Rick Grimes original casi no puede caminar mientras que al de la televisión nunca le duele nada de nada, casi no tiene heridas, nunca come ni duerme.
El resto de la paleta de personajes encuentra su punto más alto en Darryl (Norman Reedus) quién protagoniza los mejores capítulos de la serie y pone a prueba sus dotes actorales en varias ocasiones, es allí donde la temporada toma bocanadas de aire fresco, pero son pocas y el agotamiento mental al que nos viven sometiendo hace que no se pueda disfrutar siquiera las pausas que propone la serie.
Mismo el excelente nivel de maquillaje y montado de escenas con zombies se ve muchas veces opacado por algunos efectos especiales que parecen hechos por Baby Echecopar para su serie Contrafuego, vivimos en un mundo digital que permite recrear casi cualquier cosa, a veces este tipo de detalles hacen olvidar que el mundo dónde pretenden sumergirnos simplemente no existe.
Tal vez encontremos en Ezekiel (Khary Payton) y su tigre Shiva los dos grandes hallazgos de esta temporada, a cargo de The kingdom, es el quién llega para salvar el día sobre el final de temporada.
También es interesante la comunidad líderada por Jadis (Pollyanna Mcintosh) quiénes ofician de nexo entre Rick y las armas a conseguir como así también tienen un importante rol en las alianzas de combate, que sobre el final cambian y se rompen abriendo el juego a la acción tan demorada y esperada.
No es ni por asomo la mejor temporada de la serie, es más creo que los sucesos más importantes se resumen a un total que no llega a los dos capítulos de duración, para los que encima se tomaron 16 eternos episodios para mostrar algo que podía suceder en un lapso de tiempo más abreviado, tal vez influya que el cómic está apenas más adelante que la serie y su avance es mucho más lento (sale a razón de 1 número por mes), pero la realidad es que Kirkman no nos tiene acostumbrados a semejantes bodrios para, encima, tratar de darle un cierre rápido a algo que recién empieza.
Dependerá de la buena voluntad del televidente seguir a esta serie que, últimamente, nos tiene más acostumbrados a tolerarla que a disfrutarla, lo laxo de los tiempos y lo impostado de los dramas constantes de todos los personajes hacen que el fin del mundo parezca una canción de Mercedes Sosa y no una de Metallica, cuándo precisamente la música que queremos es otra.
Queda esperar que traerá la temporada siguiente, esperemos que mantenga el tenor de los últimos minutos de la 7 y amplíe el universo para bien, sobretodo abriendo canales más dinámicos para que la gente se quede pegada a la trama y no dormida frente al televisor.
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