Que Harry Potter vende no es ninguna novedad. Que los productores de películas estiran lo que vende como si fuera un chicle recién masticado, tampoco. Sabiendo esas dos cosas, era cuestión de esperar que una nueva película relacionada con el mundo Potter apareciera en las salas de todo el planeta.
Se puede haber puesto difícil esta vez para Warner, porque no había nueva historia del niño mago para contar excepto Harry Potter y El Legado Maldito, que no se va a adaptar al cine porque es una obra de teatro. ¿Y entonces? Fueron relativamente originales: tomaron un libro de texto de Hogwarts llamado “Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos” (que fue editado por Comic Relief en el mundo muggle hace algunos años) y generaron una aventura alrededor de su protagonista, un simpático británico criador de bestias llamado Newt Scamander.
La película en sí misma no es una gran cosa, pero hay que destacar el gran trabajo de la propia J.K. Rowling como guionista. Está, como siempre, en todos los detalles. Por ejemplo, en el mundo mágico de EE.UU. hay palabras que se dicen distinto a como se dicen en Gran Bretaña, e incluso el sistema político es diferente. Estados Unidos, como es en realidad, tiene Presidente – una mujer negra, como para mandar un mensaje -, mientras que en Gran Bretaña nos habíamos acostumbrado al Ministro de Magia. Otro pequeño punto a favor es que es la primera vez que un muggle co-protagoniza una historia. Ese tipo de cosas, sumado a detalles con referencias a la saga original, hace que el trabajo de Rowling sea muy bueno en un resultado general que no destaca.
Lo mejor de la película es lo que está por venir, aunque suene rebuscado. Si bien se la vende como un spin-off (una historia secundaria, anexa a la original), quienes hayan prestado relativa atención a la historia original se darán cuenta que la nueva saga va camino a convertirse en una precuela. Eso se confirma por el hecho de que habrá cinco películas. La ventana a un pasado pintoresco que significó “Animales Fantásticos…” terminará inexorablemente oscureciéndose y ligándose al presente de la historia inicial. Eso, sin dudas, genera más expectativas que la propia película.
Seguramente los fanáticos de Harry, como quien escribe, la disfrutarán sobre todo por los guiños a la saga original. Quiénes no lo sean pasarán un buen rato, y no más que eso. No es un film memorable, sino el comienzo de una saga que promete bastante más de lo que esta primera película dio.
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