Todo comienza de la mano de las bandas soporte: Destripador, creadores del disco “Desintegración” (2015), sonaron 5 de sus temas, “Misterio” con Wata de Matan S.A. como invitado y uno nuevo “Sombras de Ayer”; cerraron su show con el magnífico “Painkiller” de Judas Priest. Su próximo recital será Épico Bar, Monte Grande.
Le siguió Certera, 25 años de trayectoria, nuevo bajista, tuvieron problemas técnicos en el micrófono del cantante y guitarrista Claudio “Pipa” Rodríguez, quien se quejaba también por tocar menos de lo pactado. Su próxima fecha es en Club Social y Deportivo Monterrey, Presidente Derqui.
Los Testament planearon una gira Latinoamericana en agosto y septiembre por 8 países para presentar su último undécimo trabajo “The Brotherhood of the Snake”, del año pasado. En este larga duración estrenan nuevo bajista e imponen un mensaje en el que La Hermandad de la Serpiente simboliza la verdadera creación humana, la autodestrucción y sus dioses.
Su Legado en esta noche de 20 temas comenzó con una intro y luego el homónimo al disco. Tocaron canciones de casi toda su historia, entre ellas los clásicos “Electric Crown”, “Practice What You Preach”, “Souls of Black”, “Alone in the Dark”, “Disciples of the Watch”; y otras no tan reconocidas como “Rise Up”, “More Than Meets the Eye”, “Low”, el cover instrumental “Urotsukidôji”. La bandera con la imagen del disco muestra su filosofía, colgada detrás de una escenografía simple, en donde los cinco thrashers se plantan y su sonido va acomodándose hasta llegar al equilibrio deseado. El vocalista Chuck Billy juega al “air guitar” con su corto pie de micrófono inalámbrico e interactúa con el público, mostrando con orgullo su remera de Primal, un súper grupo formado por miembros pasados de V8, Hirax, Deathriders, y Bloodlust, entre ellos Beto Zamarbide.
El Ritual sigue a lo largo de cantos, pogos y tres momentos de solos: Alex Skolnick con la introducción en guitarra “Beginning of the End”; Eric Peterson riffiando y soleando solitariamente también a mitad del repertorio; y más adelante Steve Di Giorgio, expresando su virtualidad y efectos con su bajo de cinco cuerdas. A él se le suman la gran dupla de guitarras y batero Gene Hoglan, para improvisar juntos una tocada instrumental.
Cabe destacar los cambios de instrumentos, ya que varían la afinación y de estilos a lo largo de sus discos; las uñas largas del baterista, formando con sus dedos el famoso pentagrama satánico, como en la tapa del disco “First Strike Still Deadly”; y así también el tema que eligieron para desalojar el teatro, una canción popular de los 50’s llamada “I Left My Heart in San Francisco”, interpretada en este caso y más conocida por Tony Bennett.
Es difícil de comprender porque shows de este calibre carecen de ciertos detalles de producción y muchos fanáticos en vez de apreciar el momento con todos sus sentidos atentos, están pendientes de una cámara y lo que van a hacer con ese registro más adelante.
Es importante ser consciente de que el ser humano se convierte cada vez más en una máquina que se aprovecha de los animales y la naturaleza, sin reconocerla como su verdadero Dios; sumándole la incapacidad de disfrutar del Ahora, sin materializar un futuro bajo las reglas del pasado. Todo forma parte de la misma ceguera e insensibilidad.
Lo más increíble del arte es la subjetividad, la libertad de cada persona en interpretar según su estado presente y que eso te de un nuevo pensar, te agite la mente.
¡Practica tus ideas!
Danilo Bocchetto
Fotos de Vanessa Azuaga PH.
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