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Rock por la primera década del Konex

La Ciudad Cultural Konex festejó sus diez años de vida con una tarde a puro rock que finalizó al traspasar la madrugada. Decenas de músicos – y de los más variados estilos – dieron el presente para soplar las velitas.

Festival Konex
Festival Konex

La Ciudad Cultural Konex (o simplemente, “El Konex” para los asiduos) es un espacio que se inauguró hace 10 años en el que solía ser el predio de una fábrica aceitera. Por ese entonces, se tenía la idea de fundar un espacio comodín para nuclear cuánta expresión artística necesitase de un techo, un piso o alguna que otra pared para funcionar. Hoy, se puede afirmar que millones de personas han pasado por enfrente del cartel de neón rojo que destella desde el patio con la palabra “Konex”, para contribuir con la década que reza en este lugar.

Desde las 17:30 hs del pasado sábado y debajo de un sol reconfortante y listo para la hora del mate, las bandas encendieron sus equipos dejándole al público tiempo suficiente como para moverse del patio a las columnas (los dos lugares dónde se llevaron a cabo las presentaciones, el último de estos, techado) sin que se perdieran ni un segundo de los artistas que pasaban por esa franja de tiempo.

SAMBARA

Se escucha desde la distancia lo místico que se acerca. La primera banda que aparece entre medio de las columnas es Sambara. El sexteto progresivo con Federico Schujman como voz cantante y principal decide darle comienzo a la tarde del Konex con un viaje. Todos los músicos que se encuentran de pie (a excepción de Julián Malosetti, quién no puede escapar de la batería) se contornean ante los cambios de ritmo y sección que propone esta travesía y que suelen estar marcados tanto por Lorenzo Inchausti (sintetizadores) como por Andrés Elijovich (teclado). Temas provenientes de su último trabajo Siempre Hubo Riesgo en el Cielo (2016) como “Vértigo”, “Sello” y “Lennon Pie” se asoman junto a otros de discos anteriores como “Las serpientes del alba”.

OCTAFONIC

La gente se dispone a disfrutar de la primera banda del patio. Octafonic, ecléctico y dinámico, se compromete a continuar con el viaje a su manera. La batuta del transe la lleva Nicolás Sorín, quién se encarga de ensamblar una de las ensaladas más profesionalmente condimentadas de toda la escena musical actual. “God”, “Monster”, “Sativa” y “Plastic” movilizan a los espectadores. Agoniza la garganta del Tano Bonadio con “Wheels” y “Slow down” al hilo. Octafonic se retira luego de pequeños problemas de sonido, sin dejar que eso opaque su desempeño profesional global.

POSEIDÓTICA

En Poseidótica no canta nadie, porque como grupo llega con un nuevo concepto de transe al patio: la musicalización de cada aspecto de tu existencia. La película de tu vida: las batallas, las toneladas de munición, la posterior caída del avión, la guerra y la rendición. Cada segundo podés dárselo a Poseidótica y le va a agregar un trasfondo épico y stoner. Suenan “Las 4 estaciones”, “Xantanax” y “El dilema del origen”. Una media luna se posa sobre todos y el cielo no es más celeste: es un entramado violáceo. Este es el momento en el que el “Konex” rojo y de neón se ilumina.

MORBO Y MAMBO

Al compartir la vibra de que la música hable por ellos, Maxi Russo le agrega su trombón a una porción del set de Poseidótica. Corre y regresa a ubicarse frente a su público en las columnas. Mientras el ambiente se mantiene sin vocalistas, Morbo y Mambo te hace bailar y no les importa nada más. Si la banda anterior musicaliza cada aspecto de tu vida, este sexteto con trompeta y trombón al frente son la fiesta y alegría que te hacían falta para estar completo.

PEZ

Hay que regresar a la intemperie porque el pogo despierta y sorprende al Konex. El revoleo de botellas plásticas con el remanente de algún líquido es propio de la excitación y, tal vez, busque calmar el ardid de cuerpos que se empujan y gritan las canciones de Pez. Se destacan “El desengaño”, “Fuerza”, “¡Vamos!” y “Para las almas sensibles”. La solidez de la guitarra de Ariel Minimal acompaña las primeras brisas de esta noche. Se pueden elegir temas de entre 14 discos, así que el set lo concluyen “De la vieja escuela del amor”, “Lo que se ve no es lo real” e “Introducción, declaración, adivinanza”.

LOS BRUJOS

Los Brujos encuentran en la oscuridad propiciada por el escenario de las columnas, el aditamento que faltaba para concretar su maleficio, provisto de máscaras, sombreros negros puntiagudos, túnicas interminables y linternas de minero. El aura hechicera se magnifica y aparece el primer hombre que vuela por sobre la valla de contención para caer, rendido, en los brazos de un efectivo de prevención. “Canción del cronopio”, “Yo caí por tu amor”, “No matarás/La Salamanca”, “Vida de acción” y “Aguaviva” pueden ser algunas de las canciones de la banda secreta de tu papá; esa con la que toca cada noche a la madrugada y de la que nunca te habló una sola palabra.

BESTIA BEBÉ

Hagan espacio porque llega la olla al Konex y eso significa que hay “Fiesta en el barrio”. Cortés y decidido (no confundir con vergonzoso) llega Bestia Bebé a traer aires de compañerismo, cerveza y domingos medidos en alientos de 90 minutos. “Luchador de Boedo”, “Tigre de metal”, “Antártida Argentina” y “Jóvenes y viejos” son parte de la performance de este grupo de cuatro, iluminados por el brillo que destellan los ojos de sus amigos y varios metros de iluminado navideño.

Fotos: Eduardo Romero, Aldana Scordamaglia, Sara Odello, Sofía Pedraza y Camila López
Montaje: Martín Dutil