Está por terminar el show de Paul Di’Anno en Uniclub y una chica en corpiño está subida en los hombros de alguien muy cerca del escenario. La joven luce un tatuaje de Iron Maiden en la parte superior izquierda de su espalda y está eufórica. Las dimensiones del lugar hacen que no sea muy difícil estar cerca de los protagonistas. Es entonces cuando Di’Anno, que canta en silla de ruedas, advierte que quizás la idea de esta fanática sea subirse e intentar vaya a saber uno qué cosa. Acto seguido la señala y le dice seriamente “Si te subis, te voy a matar. Lo digo en serio”. La actitud de la chica no era amenazante, pero la del cantante si lo fue. ¿Con razón? Entendiendo que la cirugía en su rodilla derecha -post contraer una bacteria en nuestro país en 2015- le cuesta casi la amputación de la pierna, su reacción sería poco discutible.

Así es Paul Andrews, tal como indica su partida de nacimiento, a lo largo de todo el show. Al estilo maradoniano, es blanco o negro. No tiene medias tintas. En casi la hora y veinte que dura la única presentación en Argentina, el cantante despotrica un poquito contra el país, pero al minuto dice que le encanta y que el año que viene planea hacer quince shows. Toma un trago de una lata de Quilmes y mira al público como diciendo “¡qué asco!”. Se pone contento cuando le traen shots de Vodka y/o Tequila y, escatológico, cuenta que arrastra una diarrea desde su gira por Brasil, donde hizo 31 shows en 40 días.

Así sonó “Drifter” en Uniclub.

Después de varios años parado por cuestiones de salud, donde debieron realizarle una delicada operación en su rodilla derecha, el nacido en Londres el 19 de mayo de 1958 augura poder volver a caminar para tener una mejor calidad de vida. Su actual situación no es un impedimento para dar lo mejor de sí: Su performance escénica es envidiable. Repasó los dos primeros discos de Iron Maiden casi en su totalidad con un desempeño excepcional. Si bien uso el truco de “que cante la gente”, su voz le imprime la marca registrada a esas canciones urgentes, furiosas y potentes de la primera etapa de La Doncella De Hierro.

Así como el papel de Di’Anno fue tremendo, el de la banda de acompañamiento local, Los Meiden, también lo fue. El cuarteto que lo acompañó estuvo formado por excelsos músicos argentinos que forman parte de bandas como Undermine, Sobre Tus Cenizas y otros proyectos. Los pibes cumplieron su sueño. Y de qué manera. Aunque que no llegaron ni a ensayar con él, tal como lo aclaró mientras prendía un pucho antes de “Genghis Khan”, el show salió redondo. Las guitarras se sacaron chispas, repartiéndose solos, riffs y melodías, el bajo galopante y bien al frente, y hasta el batero tirando headbanging en “Killers”. ¡Ah! La apertura tampoco desentonó y fue obra de Against, que con un groove metal demoledor repasó canciones de su discogafía y adelantó nuevo material.

Di’Anno disfruta de seguir cantando esos himnos de fines de los setenta y comienzos de los ochenta, cuando se fue (o lo fueron) de Maiden a mediados del 81. Si bien en estas más de cuatro décadas despotricó contra la banda de Steve Harris en algún momento, se reencontró con él a mediados de 2022 en Croacia, donde reside, en una fecha del “Senjutsu Tour”. La gira se llama “The Beast Resurrection 2023” y lo tiene a Paul Di’anno siendo Paul Di’Anno en estado puro. Ni más ni menos. Políticamente incorrecto, desprolijo, pero en muy buena forma cantando y cantando “como las bestias”.

Lista de temas

“The Ides Of March”
“Wrathchild”
“Twilight Zone”
“Sanctuary”
“Purgatory”
“Drifter”
“Remember Tomorrow”
“Genghis Khan”
“Murders In The Rue Morgue”
“Killers”
“Charlotte The Harlot”
“Transylvania”
“Phantom Of The Opera”
“Running Free”
“Prowler”
“Iron Maiden”