Hay cosas que no van a cambiar, cada vez que escuchemos “Hey Hey, My My” de Neil Young – o la versión castellana de La Renga – nos vamos a acordar de Pappo. A esta altura es redundante y reiterativo cantar “el rey ha muerto pero no se ha olvidado” pero no menos cierto, o al menos eso cree toda la gente que en el Día Del Guitarrista de Rock se acercó a los DOS tributos que se le realizaron a la máxima guitarra de nuestro rock en el que hubiera sido su cumpleaños 66. Tanto en la plaza de la Paternal como en el Teatro Flores se le rindió tributo a su leyenda repasando lo mejor de su legado musical.
Mientras prepara su próximo disco de estudio, que se llamará “Lovornetorium” y que saldrá este año, Luciano Napolitano salió al mando de Lovorne para ejecutar canciones del repertorio de Pappo’s Blues, con invitados especiales como Beto Ceriotti de Almafuerte en el bajo de “Insoluble” o Evelina Rolón en el arpa para una especial versión de“Sandwiches De Miga”cantada a viva voz por todas Las Huestes Del Metal que llegaron al barrio para gozar nuevamente con los temas de su ídolo.
Luego el turno fue del Negro Alejandro Medina en formato trío para darle vida nuevamente al único disco que parió Aeroblus, aquella banda que integró junto al Carpo y el baterista Rolando Castello Jr. Sin dudas fue de gran importancia este set porque pudo ejecutar en vivo temas que tal vez muchos de los que lo presenciaron jamás los habían podido experimentar como “Sofisticuatro”, “Vine Cruzando El Mar” o “Nada Estoy Sabiendo”. Además de tener a Gabriel Sánchez en la batería y a Javier González en la guitarra, dos de primer nivel, el Negro está en excelente forma, tocando el bajo y cantando de primera. Antes de amagar con algunos acordes de “Desconfío”, Medina agradeció a todos y cerró con “Vamos a Buscar La Luz”.
“Ahora no tengo más ese teléfono viejo, ahora tengo el que tiene “wassapp” y cuando me levanté y no paraba de sonar, entré al grupo de La Roca y era un terrible kilombo. Ahí vi lo que había pasado con la casa de Víctor entonces agarré birome, papel y un cigarrillo. Después separé unos pantalones y unas camperas que eran del Loco, dos ruedas y se las llevé a él” así contó en una entrevista radial Luciano Napolitano cómo reaccionó al enterarse del incendio de la casa de Víctor Bereciartúa, que dio una muestra impecable de entereza al rockear esa noche como nunca ante tamaño suceso. “Hoy cumpliría años Pappo y yo volví a nacer” tiró el Canciller – todo de negro – antes de empezar a revivir los clásicos de Riff con su banda, Viticus. Sonaron, entre otros, “No Obstante Lo Cual”, “Que Sea Rock”, “Ruedas De Metal”, “Mucho Por Hacer”, “El Forastero” y “Susy Cadillac”, con su hijo Nicolás volviendo a la guitarra de la banda por un rato.
“Y dale Pappo, dale dale Pappo”, el mismo grito de guerra que sonaba en los legendarios conciertos de Obras se hizo escuchar en el Teatro Flores durante toda la noche. La pared del lugar eternizó un mural de Norberto Aníbal Napolitano que no permite su olvido y que todos los que visitan el lugar pueden admirar su belleza en la entrada del primer piso. Para cerrar el Tributo Al Carpo, encabezados por Luciano (si cerrás los ojos de a ratos lo escuchás a Pappo) y el Alambre González, La Banda De Pappo también revivió parte del repertorio blusero de Norberto con temas como “Blues Local”, “Tomé Demasiado”, “Longchamps Boogie” y el cierre – desprolijo, corrida de telón mediante – con “Rock And Roll y Fiebre”, que tuvo, como a lo largo de toda la velada, parejas bailando rockandroll en toda la pista.
Así pasadas las doce de la noche, contra la voluntad de todos, las luces se prendieron y el público, que llegó en gran número, emprendía la retirada y buscaba un poco de aire fresco en el exterior del local con una sonrisa dibujada en la cara y mirando hacia el cielo buscando al Carpo en alguna estrella.
Fotos de Sari Odello Ph.
Comentarios