La cita se dio en la altura 2450 de la calle Jorge Luis Borges a las 20 hs, dónde Palermo Club abrió sus puertas para que la gente recurra a la barra y con una birra combata el calor que acariciaba los 30 grados, claro, no sin antes bailar un poco al ritmo de Puro Deskarte, que ya en el escenario recibía a los primeros invitados. Más tarde, Josefita también hizo lo suyo y dejó listo al publico, que no era numeroso pero sí se hacía sentir, para la noche movidita que se venia.
El reloj marcaba las 22:20 cuando empezó a sonar el electrizante riff que devendría en una chacarera furiosa y, sin mediar palabras, allí estaban Hernán Saravia con el micrófono principal y Yaku Quiroga para secundarlo, Gustavo Vitale en la percusión, Ariel Viale en la bateria, Lucho Katz y Galle Brunetto con las guitarras y Richi Jahni con el bajo haciendo su entrada al ritmo del “Paisano del Adoquin” mientras la gente respondía con palmas.
Pampa Yakuza está en el escenario, listo para dar a sus seguidores lo prometido: Orillas, Singularmente y la primer dosis de El Placer de Ser, los álbumes elegidos para el primero de los dos shows con los que la banda despide el año. El órden de los mismos es aleatorio y con “Hoy es ahora” de Singularmente, “Desde el Umbral” de Orilla y “Conciencia” de El Placer de Ser demuestra que será imposible para sus fanáticos, a los que poco les importa saberlo, predecir que canción será la siguiente.
Hernán saluda al publico por primera vez y, broma tras broma de por medio, el show es interrumpido para cantarle el Feliz Cumpleaños a Luchito, que, un poco avergonzado por tanta atención, agradece y pregunta de un grito “Quieren ver guita?” y ahí nomas sigue la fiesta sin pausa con “La Danza de los Perdidos”, “Alma en Pena”, “Costumbre o Sentimiento”, “Idilio Eterno” y “Confiar”.
En medio de la agitación y el éxtasis de la gente, un anuncio importante llega para apaciguar las ansias, Pampa Yakuza despide un año particularmente tranquilo pero anticipa que lo mejor está al caer; ya que el venidero 2017 traerá consigo más de 50 canciones nuevas, álbum a estrenar y muchos conciertos más para seguir cautivando a las masas con su característica y tan distintiva fusión de ritmos que tan bien confecciona.
La noche continua con “Arlequines”, “Tirando”, “Mediotización” y el reggae de Yaku “Skapando a los 90”, posteriormente, se da uno de los momentos más distintivos del show con “Si Vos Estas”, “Buscando sin Esperar” y “La mañana del mañana”, dónde el público y la banda se fusionan en una voz y Hernán distingue a su viejo entre la multitud que, desde abajo del escenario, lo mira con total admiración.
Porsupuesto, tampoco faltaron invitados, Max de Max y Los Bradas acompañó con su voz a Saravia en “Viejos Conocidos” y luego cedió el micrófono para que el dueto original con Yaku continué y suenen “Tres Minitas”, “Contra las Cuerdas”, “Cuidando el Empate”, “A La Raíz” y “Acertijos”.
Ya cerca del final de la velada, el baile se desató con “Amor de Poliester” y la apuesta se redobló cuando subieron, con el güiro y el teclado, el Puma y Gonza de Puro Deskarte para ponerle un condimento extra a “Viejos Fantasmas”, la cumbia que animó a aquellos que todavía se resistían a ponerse a mover los pies.
Luego de dos horas en las que no hubo ritmo que falte, el cierre llegó a todo trapo; “Que Bien te Va” sonó para que el coro de la gente explote y se mantenga con “De Vuelta” y “Juntos”, finalmente, la fiesta se terminó cuando sólo quedó la batería de Ariel Viale sosteniendo el “Que te anda pasando…” que la gente entonaba al final de “Carnaval Para tu Desconsuelo”, mientras saltaba con la compañía de toda la banda, que abandonó el escenario para sentir aun más de cerca el calor de sus fanáticos y dar por concluida la primera de su despedida doble.
Fotos Sofi Vara
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