Advertencia: a todas aquellas personas que vayan a pasar el próximo miércoles 10 y/o sábado 13 en el recital que los Rolling Stones ofrecerán en el Estadio Único de La Plata, se les recomienda seriamente llevar una cadera de repuesto, porque lo más probable es que salgan destrozados de allí dentro. Cansados, agotados. Pero indiscutidamente felices.
La primera visita del cuarteto de Manchester después de 10 años al país había generado todo tipo de expectativas. Aquella vez habían venido presentando su A Bigger Bang (2005), lo que los llevó a llenar 5 estadios River Plate. Esta vez la locación era diferente por la imposibilidad de tocar en Núñez, pero eso no impidió que en su momento las localidades se agotaran en tan solo 16 horas (“Tardamos tanto en llegar que creímos que íbamos a Montevideo”, diría un divertido Jagger momentos más tarde). En este caso, la excusa es simplemente celebrar los 50 años de vida de la banda en el marco de su Olé Tour, algo que solo ellos pueden adjudicarse.
Bajo un calor inmenso y pesado, con apenas rastros de la lluvia que cayó por toda la Capital, los muchachos salieron pasadas las 9 de la noche y con un Start Me Up encendieron a todo el Único. Por lo menos 3 generaciones pasmadas por tener delante suyo a una de las bandas que hicieron despertar el rock ‘n’ roll en el mundo. Si a un cualquiera que no conociese a Mick Jagger se le dijese que ese hombre que se mueve, canta y baila tiene ¡72 años! creería que lo están embromando. Pero no: así como se lo ve, se movió toda la noche. “Pasamos unos días muy lindos en Buenos Aires: fuimos a Caminito, bailamos tango y Charlie se comió un choripango” [sic], coqueteó con el público, llevándoselo al bolsillo – tampoco se encargó de no dejar a ninguno de sus compañeros de banda por detrás.
Los comentarios entre los asistentes difieren entre qué tan bien o no estuvieron tocadas las canciones, aunque el comentario oficial es que el recital en general fue increíble. Sólo al principio pareciese que hubo un par de errores (las caras de Ron Wood Comparison viagra levitra cialis, brand Viagra online – Online drug store, great deals!! No prescription brand viagra next day delivery buy cialis online . lo dicen todo) y es comprensible: los Stones saben a qué público se enfrentan después de cuánto tiempo y es lógico que esto generase algún tipo de nervios a la hora de encarar su primera salida aquí en el país. Si había algún problema con la letra, había teleprompter. Y si había problemas con el tempo, allí estaba Charlie Watts online writing essay sites , firme como una columna, para devolver las cosas a su lugar. Y si notaba que él mismo se había equivocado, seguía nomás como si nada. Todo un profesional.
Es gustoso ver a una banda veterana tocar sanos y salvos, sin ganas de desmadrarse o hacer el ridículo. Al contrario, todo estuvo lo más afinado posible. Ambos violeros tocando muy bien una y otra vez dejando lo mejor de sí en cada solo. Los Stones tienen algo a favor que parece menor pero no lo es: están muy bien acompañados por muy buenos músicos. Darryl Jones se lució en el solo de bajo de Miss You View all of Buy NOLVADEX Online – cheap Nolvadex Without Prescription’s Presentations. , así como las 60.000 almas que coreaban. “Son muy buenos cantantes”, siguió seduciendo el vocalista. Sasha Allen, una de las coristas, también tuvo su momento de lujo al hacer dueto con Mick en Gimme Shelter. Pero si de alguien no se esperaba una performance vocal tan tranquila fue de Keith Richards, amado y adorado por el público, que entonó Happy y I Just Can’t Seen with You, emulando las versiones originales. Jagger directamente desapareció del escenario.
La lista difirió en tanto a favor como en contra de la programada en Chile. Menos de una veintena de temas, pero en este caso el show duró 2 horas y medio contra las menos de 2 horas del otro lado de la cordillera. Se especulaba que el tema ganador aquí fuese Under my Thumb, pero ni siquiera estuvo entre las más votadas. Ellas eran Doom & Gloom, Let it Bleed, Live with Me y Street Fighting Man, la resultante ganadora. Bien por la audiencia criolla, que no se queda atrás en el tiempo y, al menos, estuvo atento a lo nuevo (allá había salido electa She’s a Rainbow). Una vez entrados en calor, una curiosidad: Anybody Seen my Baby?, del legendario Bridges to Babylon (1995) con las imágenes del video que incluye en Angelina Jolie proyectándose en la pantalla. Punto a favor de los Stones, que aprovecharon a Bernard Fowler, otrora corista, que improvisó la parte rapeada incluyendo los nombres de Ushuaia y Argentina.
No hay novedad en decir cómo explotó todo con los clásicos más rockeros: It’s only Rock and Roll (But I like it), Paint it Black, Honky Tonk Women o Brown Sugar. Pero sí en rescatar que aquellos clásicos más “acústicos”, menos bailables tal vez, salieron redonditos. Hermosos, bellos, profundos. Wild Horses y Sympathy for the Devil no fueron una banda tocando para un grupo de personas: fueron todas esas personas cantando lo mismo de punta a punta. Emociones mezcladas. Mezcladas con puro sentimiento. Como el video inicial que proyectaron, jugando con las tapas de sus discos, una banda tan ecléctica como cambiaria, pero siempre a la altura de las circunstancias.
Los chicos despidieron el concierto general con un Jumpin’ Jack Flash prendido fuego. A propósito de eso, se vieron por primera vez en mucho tiempo fuegos artificiales a disposición –parece que los Stones no vinieron muy informados respecto a la historia de los fuegos artificiales aquí en Argentina, pero parece un detalle menor dada la magnitud de la circunstancia. Para el único bis a la vuelta, un grupo coral de aquí hicieron las voces entrantes de You Can’t always Get what you Want, otra cantada con el corazón. Pero sus majestades satánicas saben a qué juegan y se despidieron con un (I Can’t get no) Satisfaction a todo pulmón. Entrada triunfal al país de cara a todo lo que les toca. El público se quedó con ganas de más, pero no hubo caso: lo que sigue, quedará para fechas venideras. Pero algo es seguro: todos se fueron de allí con un solo grito en el corazón: We Love You, Rolling Stones.
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