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La Bestia rugió de nuevo en Argentina

Con algunos incidentes que no pasaron a mayores (por suerte), Iron Maiden brindó un gran concierto en el estadio de River Plate ante casi 55.000 personas en lo que fue su novena visita al país con Ghost y Slayer como teloneros.

El viernes por la tarde miles de metaleros coparon el barrio de Nuñez luciendo con orgullo sus camperas de cuero, tachas, tatuajes, chalecos de jean con parches de bandas y demás detalles. Es que la cita no era menor, ya que era una cumbre del género porque tocaban grandes exponentes como los suecos de Ghost, los estadounidenses de Slayer y el plato de la fuerte de la noche eran los ingleses de Iron Maiden. Cuando las autoridades dieron puertas, apenas pasadas las cinco de la tarde, Lovorne fue la última agrupación sumada a la grilla para ir calentando los motores a puro metal. Luciano Napolitano y sus muchachos fueron el aperitivo para lo que se venía. Luego, alrededor de las seis y media de la tarde Ghost fue la primera banda internacional en subir al escenario del estadio millonario. Papa Emeritus II vestido con túnica de sacerdote y maquillaje cadavérico junto a sus Nameless Ghouls, así se llaman a los demás integrantes enmascarados del grupo sueco, dieron por comenzada la ceremonia metalera demostrando porque son una de las bandas del estilo que viene en ascenso y tocaron material de su último disco “Infestissumam”. A continuación y en horario llegó el turno de Slayer, el reconocido grupo norteamericano integrante del Big Four del thrash junto a MetallicaMegadethAnthrax siguió con la fiesta tocando por más de una hora para todos los fanáticos presentes. A puro machaque y doble bombo, Tom Araya y sus muchachos calentaron el escenario haciendo un repaso de sus más grandes canciones como “Raining Blood”, y le brindaron un emotivo homenaje a Jeff Hanneman, guitarrista fundador del grupo fallecido recientemente.

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Así quedaron las vallas tras la presión de la gente. Foto: Facebook.com/NoAlCampoVIP

Pasadas las nueve de la noche, estaba todo listo para el concierto principal de la velada. Comenzó a sonar el tema “Doctor Doctor” del grupo inglés de hard rock Ufo, indicador de que era inminente el comienzo del set de Iron Maiden. La ansiedad del público por ver a La Doncella De Hierro debutar en la cancha de River en su novena visita al país como parte de su gira mundial “Maiden England 2013” era tan grande que ni bien comenzaron a sonar los acordes de “Moonchild”, tema que abrió el concierto, una marea humana presionó con todo hacia adelante provocando que las vallas de seguridad cedieran, haciendo que Bruce Dickinson y compañía se vean en la obligación de parar el show y garantizar la seguridad de todos, hasta que pudieran solucionar el inconveniente que no terminó en tragedia de milagro, ya que detrás de esas protecciones de metal, fotógrafos y empleados de seguridad cumplen con sus tareas mientras suena la música y la gente disfruta. Nadie se va a morir en un show de rock esta noche”, tiró Bruce en varias oportunidades durante la media hora que estuvo detenido el espectáculo, a lo largo de la cual ningún representante de la productora encargada de traer al grupo dio la cara para tranquilizar a la gente pese a los reiterados pedidos del vocalista.  Tuvo que hacerlo Patrickun asistente de Maiden que en un esforzado español repetía lo que le decía Bruce, quien solicitó a los cámaras que enfocaran al personal trabajando en reparar las vallas de contención, algo que fue imposible por la pésima calidad de video que tenían las pantallas del estadio. “Tengo 56 años, esperar cinco minutos más no me va a cambiar la vida”, anunciaba mientras el resto de la gente comenzaba a impacientarse porque no sabía realmente lo que había sucedido. Sin embargo, Este “parate” dio como resultado algunas perlitas que no se ven muy a menudo en los shows de la banda insignia del heavy metal. Apelando a todo su carisma, Bruce Dickinson intentó distender al público haciendo la obertura de Guillermo Tell de Rossini golpeando sus mejillas o improvisando un solo de batería bastante pobre. El vocalista arrojó: “Nos vemos ante una situación extrema, así que Nico, vas a tener que hacer un solo de batería”. Es que Nicko Mc Brain, el carismático batero del grupo, detesta hacer solos largos con su instrumento y no tuvo otra elección que improvisar algo sencillo con los parches.

Pasado el sofocón, retomaron el espectáculo con “Can I Play With Madness?”, la festejada canción incluida en “Seventh Son Of a Seventh Son”, el disco que fue el eje en torno a cual giró todo el espectáculo. Con algunos problemas de sonido que fueron mermando a medida que avanzaban el espectáculo los tres guitarristas Dave MurrayAdrian SmithJanick Gers, el legendario bajista y fundador del grupo Steve HarrisNicko Mc Brain en batería y Bruce Dickinson, la mejor voz del metal por sobre Ronnie James Dio, mostraron todo su oficio para sortear todos los inconvenientes del comienzo y con toda su experiencia sacar adelante un concierto que parecía bravo.  En la lista de temas también incluyeron algunas perlas que hace ya tiempo no tocaban en vivo como “The Prisoner” (The Number Of The Beast) y “Afraid To Shoot Strangers” (Fear Of The Dark). Entre medio de ellas tocaron “2 Minutes To Midnight” para la alegría de las 55.000 personas que coparon River, la mayoría en un campo que estaba colmado y con algunos blancos en la platea.

Eddie en "Seventh Son Of The Seventh Son".
Eddie en “Seventh Son Of The Seventh Son”.

A esta altura todo se resumía en conceptos estrictamente musicales en base al repertorio y la calidad de show a las que Iron Maiden nos acostumbró desde hace un tiempo que también incluyó explosiones, llamaradas de fuego, un telón diferente para cada tema y tres Eddies presentes en escena de gran tamaño. No es casualidad que con la re edición del tour “Maiden England” hayan alcanzado la posición numero 1 en la lista “Hot Tours” de Billboard como la banda que más dinero ha recaudado en sus conciertos. Han generado 19 millones de dólares en ventas de entradas en 14 actuaciones en 13 ciudades durante su gira de verano por Europa y no escatimaron en absoluto para transportar todo hasta nuestras tierras.

El set continuó al ritmo de las guitarras galopantes de “The Trooper” mientras Dickinson hacía flamear la bandera inglesa. Aquel noveno sencillo del grupo escrito por Steve Harris e incluido en el álbum “Piece Of Mind” (1983) que habla de la historia de una batalla inglesa de mediados del siglo XIX y que, afortunadamente, no estuvo seguida ni de silbidos ni insultos que no tienen justificativo alguno por los conflictos históricos entre Gran Bretaña y nuestro país. “The Number Of The Beast”“Phantom Of The Opera”,“Run To The Hills” con Eddie gigante incluido caminando la escena junto a los músicos y hasta golpeando la guitarra de Janick Gers y “Wasted Years” antes de la perla por excelencia de la noche:  “Seventh Son Of A Seventh Son”. El tema que le da nombre a la placa, en algo más de diez minutos de duración, nos muestra al grupo en su estado más puro con Murray Smith ejecutando grandes solos de guitarra, varios cambios de tempo y el bajo punzante de Harris mientras un Dickinson casi poseído se pasea por todo el escenario ante los ojos endemoniados de un Eddie gigante que era admirado por todo el estadio.

Adrian Smith haciendo su solo en “The Number Of The Beast”.
Adrian Smith haciendo su solo en “The Number Of The Beast”.

Antes de despedirse brevemente para tomar un descanso, pegaron “The Clairvoyant”, el himno “Fear Of The Dark” y el tema homónimo “Iron Maiden” que incluyó otro Eddie gigante a espaldas de la banda. A esa altura, el campo era solo el lugar para los valientes y los que resistieron el pogo que no cesó en ningún momento. Los que se fueron cansando, se fueron apartando hacia el costado, exhaustos. Tampoco pudieron saciar su sed antes los precios exorbitantes que manejaban los cocacoleros ($50 una lata de cerveza). También, dentro del “mejor público del mundo”, estuvieron los inadaptados de siempre que revolearon pedazos del piso anti sísmico de plástico poniendo en peligro a la mayoría que únicamente quería disfrutar de la música.

Para la parte final, en las pantallas se observó el discurso de Winston Churchill característico antes de arrancar con “Aces High”. Sin lugar a respiro, metieron “The Evil That Men Do” antes del final a todo trapo con “Running Free”, con fuegos artificiales, presentación de cada integrante incluida y Bruce agitando una bandera Argentina. Fue el punto final para una noche en la que Iron Maiden deleitó a todos los presentes con una verdadera catarata de hits y se convirtió en la agrupación más “argentina” de los grupos extranjeros de rock pesado al alcanzar este viernes el impresionante récord de nueve presentaciones en tierras nacionales, tras aquel recordado desembarco inicial de 1992 en Ferro. Es que Maiden tiene eso, pese a promediar más de cincuenta años en todos sus integrantes, su calidad musical sigue en vigencia. Eso, sumado al tipo de espectáculo que dan, hace que a las generaciones que siguen la banda desde su debut sigan yendo a verlos y sumar a varios que este fin de semana han visto al grupo en vivo por primera vez. Como no podía ser de otra manera, la pésima organización para desagotar el estadio hizo que muchos tarden largos minutos en dejar el campo a causa de las pocas salidas que estaban designadas para los que fueron a ese sector.

Lista De Temas:

01. Intro – “Doctor Doctor” (UFO Song)
02. “Moonchild”
03. “Can I Play With Madness”
04. “The Prisoner”
05. “2 Minutes To Midnight”
06. “Afraid To Shoot Strangers”
07. “The Trooper”
08. “The Number Of The Beast”
09. “Phantom Of The Opera”
10. “Run To The Hills”
11. “Wasted Years”
12. “Seventh Son Of A Seventh Son”
13. “The Clairvoyant”
14. “Fear Of The Dark”
15. “Iron Maiden”
16. “Aces High” (W/(Churchill’s Speech)
17. “The Evil That Men Do”
18. “Running Free”
19. Outro – “Always Look On The Bright Side Of Life” (Monty Python Song)

Damian Basile
Periodista. Rock y deportes. Primero colecciono, luego existo. Fotógrafo aficionado. Amo la música en todos sus formatos.