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DÍSCOLA DE SÁBADO POR LA NOCHE

Hilda Lizarazu se presentó el sábado en Córdoba. En una jornada donde el #NiUnaMenos estuvo presente, la cantautora regaló temas nuevos, hits y un homenaje a los 50 años del rock.

Hilda Lizarazu
Hilda Lizarazu

El CPC Arguello o -Centro de Participación Comunal como la misma artista se encargó de subrayar- se preparaba de la mejor manera. Para decirlo mejor, el sábado se preparaba así: Desde temprano por la mañana, Gabriela Estofan con Un Abrazazo recibía a Hilda Lizarazu y ella, con su voz y sus vivencias, abrazaba a los que escuchábamos del otro lado.

En una charla donde los pueblos de Córdoba eran relacionados con ritmos, por sus nombres, como el caso de Colanchanga, Ascochinga, Tulumba, la confirmación de ir a escucharla por la noche, fue el nombre de su sello discográfico.

A la noche en el auditorio, Valen Bonetto fue la que abrió el juego. Y lo hizo solo acompañada de su guitarra. A “Busco” y “1916” (que en YouTube pueden escucharla junto a Lula Bertoldi) de su autoría, se le sumaron “La Creación” de Gustavo Cisneros para “embriagarnos de ternura” y  “Cobarde” de Lucre Ortiz de Ninfas. Una banda que “abrió el espacio para defender la posición de las mujeres”, para entender la lucha; la marcha que se había llevado a cabo, un rato antes en el centro; la necesidad de actuar para que dejen de asesinar, los hombres que tienen miedo a “la mujer sin miedo”, como escribió Eduardo Galeano.

Casi como una continuación de ello, “D10s” comenzó con el recorrido musical de Hilda en “la Docta”, en tiempos donde “en la calle, una sonrisa vale oro”…

Todo sigue aquí, como esperando ser

“Amapola” fue otro de sus temas más conocidos que fue la antesala a Las Vueltas de la Vida  –disco  en que participan Fabiana Cantilo, Emme, Claudia Puyó, Palo Pandolfo y Lito Vitale -y a su charla con el público. Frescura y sinceridad en cada momento, en una ida y vuelta con la gente que llenó el auditorio de un CPC aplaudido y apoyado por Lizarazu.

“Adorable Buenos Aires” fue más que una canción un cúmulo de imágenes de la gran ciudad, más teniendo en cuenta su gran cualidad de fotógrafa. Pintando “para bien o para mal” cantándole a los cartoneros, a Spinetta, Gardel, y a la “adorable” cacha de Boca. A todo esto hay que hablar del “Tano” Federico Morieli, que la acompaña de la mejor manera. Pese a su dolor “por la derrota de Juventus” la buena vibra, siempre estuvo presente. Más cuando sonó “Tiene solución”. Una composición, que va de la mano con estos tiempos de la nacida en Curuzú Cuatiá y su idea de estar mejor.

En “La Lluvia”, mientras esperamos “que haya días mejores” la cámara se negó a grabar. Fue la manera de saber que “hay cosas que dicen aunque no creas”, inclusive los objetos. Esto era: “Disfrutá”. Al final del tema comenzó con los homenajes de los 50 años de rock, cantando a Andrés Calamaro y Fabiana Cantilo… “Disfrutá”.

Lo esencial de lo simple

“No, no puedo creer/ Y que antes de ayer/ Fumando la vi pasar/ Ya no está más” resonó más fuerte y tuvo más impacto, cuando pidió “Ni Una Menos” al final del tema. Con “Sola en los bares”, Man Ray comenzaba a aparecer en la noche.

El vals “Zona Roja”, bajó el ritmo pero encendió los cuerpos. Para las almas los responsables erían dos temas. El primero “Los Hermanos” de Atahualpa Yupanqui, en una versión que emocionó, y más a pocos días de los 25 años, del fallecimiento del cantautor. El segundo “Canción de Bañar La Luna” de María Elena Walsh, para afirmar la calificación de “hermosura” de Hilda. Con ese tema todos volvimos a ser un poco niños. Lo demostraba la sonrisa grande de la anfitriona.

“Lucia la equilibrista” comenzó con la recta final del recital, para que todos no nos sintamos solos queriendo “salir del abismo haciendo equilibrio”, que continúo homenajeando. El homenaje al rock continuó con “Adorable Ser” de Suéter, “La Balsa”, “Olvídate de mí”, “Caribe Sur” mechando temas de Sumo, Redonditos y Soda Stereo.

Ir a verla fue gracias a ganar entradas respondiendo que su sello discográfico, se llama Díscola. Más allá de su madurez, Hilda sigue siendo así. Se rebeló con respecto a tocar cuarteto en Córdoba. Siempre desde el respeto y el humor, pero mostrando ese lado desobediente que todo aquel que lleve rock. Ella lo tiene y mucho. Está en el olimpo de las mujeres rockeras de nuestro país. Por eso ir a verla y escucharla fue un placer. O como ella bien dijo, cuando se despidió: “Fue un placerazo”.

Fotos por Juanjo Coronell

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