Ya casi llegando a las 9 de la noche, los colectivos pasaban en caravana por enfrente de la puerta del Teatro Sala Opera. Desde el Conurbano, desde Capital, y desde tantos otros lados, los piñateros se acercaron a la ciudad de La Plata para presenciar un nuevo recital. Adentro hacía calor, y sobre la valla había tanta gente como el espacio físico lo permitía, esperando a que se dé comienzo al show y así poder unos minutos después estallar en grito y emoción cuando Darío “Panter” Giuliano (voz y guitarra), Lucas Martínez (guitarra), Nicolas Persig (bajo) y Alejandro Zenobi (batería), se adentraron en el escenario.
“Ícaro” se encargó de arrancarle el primer pogo a la noche, aunque no se quedaron atrás “Melodía Para Ver Fantasmas” y “Crudo”, con un público eufórico a causa de no haberlos visto tocar hace un tiempo, y con un excelente solo de bajo y guitarra en el tercer tema, que se llevó aplausos y más. Para continuar, Panter anticipó que sería una lista larga, agradeció a su público por “un comienzo de año inigualable”, y prosiguió a tocar “Montaña Rusa” entonada desde abajo del escenario con la misma pasión de cada recital.
En la lista de temas siguieron “Canción de Cuna”, “Clonazepam” y “Quizás Así”, con melodías más tranquilas pero que de ninguna manera impidieron que siga la fiesta, con más pogo y objetos varios volando en el aire, finalizando con Lucas y Nicolás que se encargaron de romperla nuevamente, cada uno en su respectivo instrumento. “Los asuntos del miedo”, siguió con el agite y proporcionó un plus sentimental con abrazos emotivos y el llanto de algunos, dando lugar a “Instrospectivo”, y “Blanco Fácil”.
Las clásicas “De Bar en Peor” y “(Sonrisa)” llegaron a la par, en donde se desplegaron en simultaneo los trapos y, paradójicamente, las sonrisas del público. Panter se tomó unos minutos para hacer un anuncio importante: 24 de mayo, fecha en Flores. Un miércoles, como su álbum. Luego de la buena noticia tomó la guitarra acústica e interpretó solo la melancólica “Borracho”, ganándose hacia el fin la ovación de todo el teatro, y “Norte”, que continúo con el ritual y presenció a todo el teatro sentado, y algunos hasta acostados, disfrutando de la magia, cantando a puro pulmón. Ambas canciones que no estaban en la lista original, pero que no podían faltar de ninguna manera.
La banda volvió al escenario para interpretar “Requiem”, y “La puerta detrás del ropero”, a puro baile. Siguieron “¿A Dónde Se Nos Fue El Sol?”, “Josefina”, donde el elemento que dejó a todos omnubilados fue la potencia en la batería de la mano de Alejandro, y “Veredas” que ganó por goleada y se llevó el mejor pogo de la noche, dándole pie a “Tristeza”, que cerca de las 12 y a pesar de ser más tranquila, no impidió que nuevamente el público cantara con fulgor. “La Mosca”, “Trincheras” y “Despertador” ya parecían anunciar el final de la velada.
Luego de una lista de dos horas, La Piñata decidió cerrar con “Tu Can” y “Residuos”, dos canciones súper eléctricas, que se encargaron de hacer explotar el teatro que quedaba chico para tanta euforia. Entre aplausos, y abrazos la banda se despidió de su público, y de a poco cada piñatero se fue retirando del lugar, esperando ansioso por volverse a encontrar. “Pasiones que dan escalofrío”, es la definición perfecta para lo vivido en este recital.
Fotos por Silvana Marcote
[su_custom_gallery source=”media: 139994,139993,139992,139991,139990,139989,139988,139987,139984″ limit=”75″ link=”lightbox” width=”180″ height=”150″ title=”never”]a[/su_custom_gallery]
Comentarios