Vélez empezó a acumular gente y el campo no daba más. Las plateas estaban casi llenas y la popular también. El escenario tenía un círculo naranja a modo de escenografía y dos pantallas laterales. A las 21:30 Andrés Ciro Martínez salió a escena de traje y sombrero. Sonó “Similar”, canción de su nuevo disco “Naranja persa”. Lo acompañaron Los Persas, también vestidos todos muy elegantes.
El campo de Vélez realmente explotaba, si bien cabía un alfiler, no había espacio para mucho más. Sonó “Banda De Garage”, pero la gente enloqueció cuando el ex cantante de Los PIojos tras jugar un rato con la armónica, entonó “Pistolas” del mítico disco “Ay ay ay” . Con esa melodía característica suya, hizo la primera canción piojosa de la noche.
El primer momento emotivo llegó cuando Ciro cantó “Canción de cuna” y contó que se la escribió a su hija: “A los siete años me pidió que le escriba una canción, la compuse en un viaje en el sur, por eso habla de la nieve”, expresó emocionado. La versión fue con el teclado y la voz de Andrés solamente. Luego cantó “Hoy te vas”, que cuenta la historia de cuando su hija lo visita nuevamente, tras haberse ido a vivir sola. Habló de lo que le costó ese momento.
Después de la emoción Ciro y Los Persas hicieron vibrar al estadio entero con “Labios de seda”, hit de Los Piojos. Hicieron “Luz” del nuevo disco y después entró el invitado de la noche: Miguel Ángel “Micky” Rodríguez, ex bajista de Los Piojos y actual líder de La que faltaba. Y así con un piojo más en escena entonaron “Ruleta” y “Tan Solo”.
Los persas son Juan Manuel Ábalos en guitarra, Rodrigo Pérez en guitarra rítmica, Joao Marcos Cezar “Brother” Bastos en el bajo, Julián Isod en batería y Nicolas Raffetta en los teclados. Su momento de la noche llegó cuando quedaron solos en el escenario e hicieron una canción instrumental. Todos los músicos tuvieron su espacio realizaron diversos solos, y la gente los aplaudió mucho, aunque rápidamente volvió a pedir por Los Piojos. Entonces sonó “Cruel” y “Blues de la ventana” del primer disco de Ciro y Los Persas.
Ya promediando la mitad del show llegó uno de los momentos más fuertes. “Antes y después” el hit de “Espejos”, su debut en esta nueva etapa, y luego “Genius” del álbum “Azul” sonaron y desataron la locura. La lista de temas fue dinámica y constantemente alternó canciones de Ciro y Los Persas, con canciones de Los Piojos. De esta manera, el público se manifestó complacido. Ya llegando al final del show volvió a subir Micky Rodríguez, y explotó Vélez con “Como Ali” de “Máquina de sangre”. Una versión que empezó acústica y emotiva de “Pacífico” fue encaminando el cierre, pero si bien iban 29 canciones, faltaba algo más.
Si hay algo que caracterizó el show fue la puesta en escena . Tuvo una gran preparación, muy completa. Además de las pantallas laterales, hubo una pantalla alargada, como si fuese una foto de portada de facebook, por donde iban pasando diferentes dibujos. Pero la máxima expresión del montaje llegó en “Ciudad Animal” cuando desde el público apareció un Gorila gigante, manejado por varias personas. El muñeco enorme empezó a avanzar hacia al escenario y terminó arriba, bailando con Ciro. Además bajaron aros, colgados a modo de trapecio, y una trapecista hizo muchas piruetas. Todo se tiñó como si fuese una verdadera selva. Entraron varios bailarines disfrazados de animales. La puesta en escena fue brutal.
Ciro tenía una última sorpresa, y cuando caía la noche en Liniers, entonó “Farolito” y “Muévelo” para alegría de los piojosos. Los últimos tres temas, ya a modo de bises fueron “Astros” hit de su disco “27” y “Noche de hoy”, con la clásica lectura de banderas. Cuando toda la gente empezó a desalojar el estadio creyendo que era el fin, Ciro volvió a salir y tocó el Himno nacional argentino con la armónica.
La noche estuvo plagada de cánticos y banderas, todo fue fiesta, excepto algunos que todavía no entendieron y ante la salida de la banda decidieron tirar pirotecnia, siendo repudiados por algunos, y aplaudidos por otros. En el show no hubo casi cacheos policiales, y hubo poca fuerza de seguridad, sin embargo todo transcurrió en paz, más allá de que algunos se equivoquen y enciendan algún fuego artificial. El rock no debe ofrecer pirotécnia ni sumar elementos de riesgo para que sea apasionante porque ya lo es.
Fotos de Vanessa Azuaga Ph.
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