Guasones volvió a desembarcar en el Estadio Obras Sanitarias para desplegar sus dotes rockeros con costados melódicos en lo que fue el festejo por sus 25 años de trayectoria. Una banda consolidada que se compacta y va al frente para llenar cada lugar en el que se decide a tocar.
Con el reloj marcando las 21:40, las luces del Templo del Rock argentino se apagaron y se encendieron las del escenario. Un azul tenue que salía desde los reflectores iluminaron las tablas para que salieran los músicos con zapatos de gala y vestimenta elegante sport, con Facundo Soto para cerrar la fila, calzarse la guitarra y comenzar la noche con “Soledad”.
Las primeras canciones marcaron la pauta de lo que pasaría: un viaje por todos sus discos que siguió con “Un viento fuerte está soplando”, “Shaila show” y “Estrellas”.
“Buenas noches amigos, gracias por estar en el festejo”, esbozó un Soto de voz rasposa que mantuvo bien camuflada en todas las canciones antes del primer hit nostálgico de la noche y que inauguró la pantalla de fondo utilizada como un nuevo artefacto de iluminación. Así fue como con una gran cantidad de celulares se vieron en alto para registrar “Todavía” y pegada “My love”.
El frontman volvió a tomar el micrófono para dirigirse a los miles que habían colmado el recinto de la Avenida del Libertador y agradecer “a todos por estar acá en estos 25 años que venimos tocando” y anticipar que habría una gran cantidad de invitados.
Antes de los primeros en subir hubo tiempo para un breve set de canciones de su último disco Hasta el final (2017) en el que pasaron “Nada que ganar”, “Hasta el final” y “Del olvido”, más un perdón del cantante por la voz difónica.
Alfredo Toth y Pablo Guyot, los reconocidos productores de Toro Rojo (2005), fueron presentados para tomar las cuerdas y dar inicio a “Reyes de la noche”; luego sería el turno de sumar a Manuel Quieto de la Mancha de Rolando para “Magdalena”.
Los viejitos “Descuida ma, sólo son ratas” y “Me muero” volvieron a levantar al público antes del pico rocanrolero de la noche con el enganchado “Hombre de La Plata/Caballo Loco” que contó con el agregado que aportó Júnior, cantante y referente de La 25.
Con más de una hora de música ininterrumpida llegaría el tiempo para un bloque con menos revoluciones, otra de las facetas que distinguen a Guasones y en la que se mueven con mucha soltura en un mix de poesías urbanas y melodías suaves. “Perdón”, “Chica de ojos tristes”, “Hay momentos”, “Tan distintos” y “Me estás tratando mal” fueron la muestra de este costado de la banda oriunda de La Plata, pero en continuación con la premisa de pasar por todos sus trabajos discográficos.
Sin embargo, lo que distingue y por lo que se reconoce públicamente a Guasones es su rock sentido y al hueso, por eso el principio del fin estuvo ideado para seguir dicha premisa con “Espejo roto” y el clímax de “Como un lobo”. Los últimos invitados de la noche llegaron con el ocaso de la lista pero se acoplaron tal como las circunstancias lo ameritaban.
Gonzalo Serodino estuvo en la guitarra para “Farmacia” y Jimmy Rip para “Baila baila” y “Gracias”, que también contó con Alejandro Kurz de El Bordo en voz.
El final fue con los Guasones de siempre para las últimas “Amaneciendo” y “Dame”. Brazos en alto y besos a lo lejos pusieron fin a la presencia de los artistas en el escenario, con algo de suspenso por la continuidad de la oscuridad en el lugar durante que cinco minutos que finalmente se despejarían con las luces prendidas y los plomos desarmando los equipos.
Así fue el paso de Guasones por un lugar que parece quedarles cómodo, una síntesis de la espalda que se han ganado en estos 25 años de trayectoria. Durante casi dos horas exactas Obras Sanitarias saltó, bailó y se emocionó con elegancia y rock and roll finamente intercalados.
Fotos de Cinthia Anabella
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