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En el momento más importante de su historia

Tigre vive un presente que con el paso del tiempo se convertirá en inolvidable e imposible de que se disipe de la mente de sus hinchas. Pipo terminó de darle forma a un gran plantel formado con mucho esfuerzo y sagacidad de parte de la dirigencia. El equipo se encuentra en una instancia decisiva de la Copa Libertadores (octavos de final) y tiene que proteger el 2 a 1 logrado en casa el pasado martes. Es un conjunto pragmático y sutil en el ataque, intenso en el mediocampo y ordenado y firme para defenderse. Su última línea está integrada por Lucas Orban, Mariano Echeverría y Alejandro Donatti. El ex jugador de River tiene nivel de selección y si la circunstancia obliga a tener que jugar con cuatro en el fondo lo puede hacer de segundo marcador central o lateral. Es rudo, áspero y tiene mucha presencia a pesar de su acotada edad (22). Es uno de los preferidos  por los simpatizantes. El ex Chacarita y el ex Rafaela le dan la altura justa que permite solidificar el juego aéreo cuando se defiende y también en el momento de ir a buscar un cabezazo en un tiro de esquina a favor. Cuando el rival ataca, Martín Galmarini se retrasa unos metros formando con  cuatro en el fondo. Los volantes centrales antes eran Gastón Díaz y Diego Ferreira. Con la recuperación de Diego Castaño y la participación de Gabriel Peñalba, el equipo tiene más virtudes, capacidades y versatilidad. En la Sudamericana simplemente era un tándem de quite y ahora Castaño muerde y Gabi fluctúa entre el quite y la posesión para generar fútbol. El Patito y Ramiro Leone cumplen un papel fundamental para atacar: son las dos alternativas de descarga por los costados y tienen la capacidad para llegar al fondo o lanzar centros con prestancia. Defensivamente, siempre baja Galmarini pero si atacan por el lado de Leone, él es el que ayuda. Es un mediocampo aguerrido pero que no se jacta por presionar ni bien pierde el balón. Rubén Botta y Matías Pérez García se encargan de la creación en complemento con la practicidad, ayudan a Peñalba que es el que generalmente comienzo con la generación, tratan de asistir a Ezequiel Maggiolo (titular para Pipo), ambos poseen una riqueza técnica eminente y en cualquier momento pueden cambiar el ritmo y el tranco del encuentro. Inminentemente emigraran a Europa porque son distintos. Lechuga es un número nueve aguerrido, duro para marcar, molesto para cualquier contrincante y no se jacta de convertir seguido pero ayuda a sus compañeros a que lo puedan hacer. Esta plantilla está formada por mayoría de futbolistas que emanaron de las categorías de ascenso, y eso hace que lo que se logre sea ampliamente meritorio y heroico.  Lo que queda será más complejo que lo que pasó por la ruptura de los ligamentos de Botta (baja clave y dura para el equipo) y por lo dificultosa que es la Copa a medida que se avanza, pero este semestre es diferente al del triangular y al pasado donde se consiguió la final de la Sudamericana porque jugar la Libertadores es distinto y especial para todos los clubes de América.  Los jugadores y Néstor Gorosito lo tienen en claro y saben que la gente tiene mucha confianza en el grupo y en que puedan hacer historia.

Tigre vive un presente que con el paso del tiempo se convertirá en inolvidable e imposible de que se disipe de la mente de sus hinchas. Pipo terminó de darle forma a un gran plantel formado con mucho esfuerzo y sagacidad de parte de la dirigencia. El equipo se encuentra en una instancia decisiva de la Copa Libertadores (octavos de final) y tiene que proteger el 2 a 1 logrado en casa el pasado martes.

Es un conjunto pragmático y sutil en el ataque, intenso en el mediocampo y ordenado y firme para defenderse. Su última línea está integrada por Lucas Orban, Mariano Echeverría y Alejandro Donatti. El ex jugador de River tiene nivel de selección y si la circunstancia obliga a tener que jugar con cuatro en el fondo lo puede hacer de segundo marcador central o lateral. Es rudo, áspero y tiene mucha presencia a pesar de su acotada edad (22). Es uno de los preferidos  por los simpatizantes. El ex Chacarita y el ex Rafaela le dan la altura justa que permite solidificar el juego aéreo cuando se defiende y también en el momento de ir a buscar un cabezazo en un tiro de esquina a favor. Cuando el rival ataca, Martín Galmarini se retrasa unos metros formando con  cuatro en el fondo.

Los volantes centrales antes eran Gastón Díaz y Diego Ferreira. Con la recuperación de Diego Castaño y la participación de Gabriel Peñalba, el equipo tiene más virtudes, capacidades y versatilidad. En la Sudamericana simplemente era un tándem de quite y ahora Castaño muerde y Gabi fluctúa entre el quite y la posesión para generar fútbol. El Patito y Ramiro Leone cumplen un papel fundamental para atacar: son las dos alternativas de descarga por los costados y tienen la capacidad para llegar al fondo o lanzar centros con prestancia. Defensivamente, siempre baja Galmarini pero si atacan por el lado de Leone, él es el que ayuda. Es un mediocampo aguerrido pero que no se jacta por presionar ni bien pierde el balón.

Rubén Botta y Matías Pérez García se encargan de la creación en complemento con la practicidad, ayudan a Peñalba que es el que generalmente comienzo con la generación, tratan de asistir a Ezequiel Maggiolo (titular para Pipo), ambos poseen una riqueza técnica eminente y en cualquier momento pueden cambiar el ritmo y el tranco del encuentro. Inminentemente emigraran a Europa porque son distintos. Lechuga es un número nueve aguerrido, duro para marcar, molesto para cualquier contrincante y no se jacta de convertir seguido pero ayuda a sus compañeros a que lo puedan hacer.

Esta plantilla está formada por mayoría de futbolistas que emanaron de las categorías de ascenso, y eso hace que lo que se logre sea ampliamente meritorio y heroico.  Lo que queda será más complejo que lo que pasó por la ruptura de los ligamentos de Botta (baja clave y dura para el equipo) y por lo dificultosa que es la Copa a medida que se avanza, pero este semestre es diferente al del triangular y al pasado donde se consiguió la final de la Sudamericana porque jugar la Libertadores es distinto y especial para todos los clubes de América.  Los jugadores y Néstor Gorosito lo tienen en claro y saben que la gente tiene mucha confianza en el grupo y en que puedan hacer historia.