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Sportivo Barracas : De la algarabía amateur a la desidia profesional

El mítico e histórico Sportivo Barracas volverá a jugar en la Primera División D, tras un año en el que sufrió la desafiliación. La increíble historia de una institución que tocó el cielo con las manos en el era amateur y, una vez comenzado el profesionalismo, recorrió una camino hacia la debacle, la cual consta de hechos insólitos, como la creación de un club paralelo y la alteración de su nombre y sus colores.

Sportivo Barracas, institución fundada el 30 de octubre de 1913, pisó fuerte en el fútbol argentino amateur. Su huella quedó asentada en las tierras fértiles del joven fútbol nacional, en la década de 1910. Sin contar con la  relevancia de Alumni y Racing Club, el Arrabalero se ganó un importante lugar entre lo más reconocidos, no sólo por los importantes campeonatos realizados ni los importantes apellidos que vistieron la tradicional casaca azul y blanca,  como Roberto Cherro y Alfredo Di Stefano, sino por su estadio, construido en 1919.

Aquella cancha de la calle Iriarte sería testigo de los partidos y las copas más importantes de la década de 1920, la última que tuvo el fútbol amateur- al menos de manera oficial-. Alguna de ellas fueron la Copa Competencia, entre Boca Juniors y Nacional de Uruguay, la Copa Newton, entre Argentina y los Charrúas, con triunfo para los locales. En el mismo, se rompió el récord de entradas vendidas en el continente. Todo un acontecimiento. Siguiendo con la importancia del viejo recinto, se celebró la Copa Lipton y El Gran Premio de Honor, todas las mencionadas con una importante relevancia para la época. Además , visitaron el legendario estadio de Barracas, equipos italianos y españoles, como el Real Madrid. Historia demasiado rica, para una institución que, 90 años después, navegaría entre mares de pobreza y desaparición.

El crecimiento de Sportivo Barracas también se concibió en otros ámbitos, como el basquetball, y el atletismo. De hecho, en esta última disciplina se forjaron una gran cantidad de apellidos altamente posicionados, el más destacado de ellos es Juan Carlos Zabala, medalla de oro en maratón en los Juegos Olímpicos de 1932.

El estadio más grande, el codeo entre los equipos de elite. ¿Qué pasó para que una institución de tanto renombre se cayera a pique? Desde la década de 1910, la escena del fútbol argentino se debatía entre el fútbol amateur y fútbol profesional. Los valores Vs. el deporte rentado. El debate formó parte de la opinión pública por, aproximadamente 20 años, hasta que en 1931 nace de manera oficial el fútbol profesional. Tres años más tarde, se constituiría la AFA. El punto clave de la historia se trazó en aquel entonces. Sportivo Barracas no negoció sus valores, sin medir  las demandas del nuevo mundo; el que exigía que el fútbol debía ser rentado. Al participar en la liga amateur, el club perdió una gran cantidad de socios y su prestigio, poco a poco, pasaba a ser una leyenda. En 1936 se desafilaría de la Asociación del fútbol argentino, con un magro regreso al año siguiente, terminando último en la Segunda división de aquel entonces. Mientras Racing revalidaba su condición de grande en la época amateur, Sportivo Barracas ya no volvería a ser lo que alguna vez fue. Sus aires de grandeza se desvanecieron.

Rodolfo Pevarini. Presidente desde 1994 hasta 2013.
Rodolfo Pevarini. Presidente desde 1994 hasta 2013.

El fútbol desapareció. Algunas actividades seguirían funcionando, aunque el camino hacia la debacle ya estaba iniciado. En 1967 volvió a participar, en la Primera División D. Desde aquel entonces comenzó una serie de desafiliaciones que jamás le permitieron encontrar estabilidad deportiva e institucional. Las magras seguirían cayendo en suelo Arrabalero. En 1994, Rodolfo Paverini ganó las elecciones. El ex presidente se adheriría al poder hasta el año 2013, tras cerrar el ingreso de socios y modificar el estatuto, lo que le permitió la perpetuidad en el poder.

En 2003 se gestaría el mar de dudas para aquellos que no pertenecen al seno de Barracas. Se cree que Ricardo Bochini jugó en la institución, y no es así. Al igual que Racing, cuatro años atrás, Sportivo también decidía gerenciar el club a causa del déficit. El Grupo Económico Inversor (GEI) tomaría posesión del mismo, al mando de Enrique Sacco, oriundo de Bolivar. Cada vez menos quedaría del mítico club : La gerenciadora resolvió mudar al equipo a la mencionada ciudad, cambiar sus colores y modificar el nombre a Sportivo Barracas Bolivar.

Ricardo Bochini, luciendo su nueva camiseta junto a Enrique Sacco, titular de la gerenciadora.
Ricardo Bochini, luciendo su nueva camiseta junto a Enrique Sacco, titular de la gerenciadora.

La fusión logró, en su primera temporada, el ascenso a la Primera División C, tras imponerse en la final del reducido ante Fénix. La institución ascendía a una categoría, en la cual no era participe desde 1967.

El suceso curioso – e insólito- tiene lugar en el 2007. La misma gerenciadora decidió fundar un club con el mismo escudo nombre : Club Barracas Bolivar. Allí fue donde Ricardo Bochini descolgó sus botines para regar , por una vez en este siglo, el suelo con su magia. El socio se sintió manoseado, no sólo por el menosprecio hacia su escensia, al alternar colores, nombre e incluso crear un club paralelo de similar denominación, sino por diversas restricciones con las que se chocaban. Por eso mismo, la rescisión del contrato con el Grupo Inversor por razones económicas, a mediados de 2009, se tomó con alegría por Barracas y, de tal modo, las riendas del fútbol profesional volvieron a la órbita del club.  Ya sin cancha propia, Sportivo Barracas Bolivar hacía las veces de local en el estadio de Acassuso.

Sin retomar la senda triunfal, la institución se chocó una vez más con la desafiliación en la temporada 2011/2012. Además, su inmortal presidente, Paverini, desaparece de su cargo y, tiempo después, reconocería la gran cantidad de deudas con las que contaba la institución. El Secretario General del Suterh, Victor Santa María, sería proclamado nuevo presidente de la institución. Tras un año sin competencia oficial, la institución se encuentra nuevamente en la Primera División D, con la ilusión a cuestas. Sus colores fueron recuperados. Su nombre también. El nuevo titular se muestra conocedor de la rica historia de la institución de Barracas y, en el año del centenario, confiesa que buscará darle al club el sentido social que alguna vez tuvo. Su ilusión, que se basa en potenciar las virtudes de la institución, es la ilusión de todo un barrio: Celebrar el cumpleaños número 100, disputando un campeonato oficial y despegar lejos de la desafiliación para retomar, porque no, aquellos vientos de grandeza que soplaron por el sur de la Capital Federal.

 

 

@LucasLischinsky