Las Leonas se consagraron campeonas de la Champions Trophy de Londres el pasado Domingo al derrotar a Holanda por 2 a 1. Un rato antes de que se parara el país por Messi y compañía, ellas hicieron lo suyo y salieron ganadoras del torneo por séptima vez, convirtiéndose en la selección más ganadora del mismo a nivel mundial. ¿Cómo no valorar entonces a este equipo?
Ya sin Luciana Aymar como referente, el seleccionado de Hockey apela a la experiencia de jugadoras como Carla Rebecchi, Delfina Merino y Noel Barrionuevo, entre otras. Ellas son la base donde se apoyan las nuevas integrantes del equipo, el plantel joven, ya que muchas de ellas no pasan los 20 años. Las de menos rodaje utilizaron este torneo en el país europeo para mostrarse y demostrar que la camiseta nacional no les pesa. Esta mezcla de generaciones es la esperanza y el motor de cara a Río 2016, el gran objetivo del año y de esta nueva etapa comandada por Gabriel Minadeo.
Ganar la Champions sin dudas es un aliciente para lo que se viene, y las Leonas, que mantienen esa condición por más de que ya casi no queden exponentes experimentadas en el equipo, van a ir con el claro objetivo en la cabeza a disputar los próximos Juegos Olímpicos, ganar la de oro. Algo sobrevive a las generaciones de jugadoras, algo que ya está instalado, porque ellas a pesar del paso del tiempo y el recambio siguen estando en la elite del Hockey mundial, y son siempre un equipo a temer. Quienes las conocen saben que se debe en gran medida a ese extra de entrega y energía que las pone a la altura de cualquiera que se les enfrente. Por eso es que ilusiona lo que pueda venir. Siempre ilusiona cuando hablamos de ellas.
Las chicas no tienen ganas de dejar de estar en lo más alto y quieren traerse una medalla del país vecino. Falta poco mas de un mes para la cita, pero ir siendo las más ganadoras de Champions Trophy y haberla ganado sin Lucha, la que marcó el camino siempre, es algo que muestra el prestigio que el equipo tiene, ese del que goza merecidamente hace ya más de una década. Definitivamente hay un después de Lucha, y transitarlo va a ser cuestión de no dejar nunca de lado el camino que marcó la rosarina logrando posicionar al hockey nacional en lo más alto del mundo. Razones para creer sobran, porque el seleccionado ya tiene peso propio, y las nuevas generaciones no querrán nunca dejar de ser conocidas como Las Leonas. Ahora Río de Janeiro las espera y aunque esta vez irán sin su maga, ellas tienen ganas de seguir desplegando su hockey en lo más alto. Y la ilusión sobra.
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