Día difícil. La victoria del Barcelona y su consiguiente clasificación a la Final contra el Athletic Bilbao es sólo una anécdota en un día así. El conjunto culé le ganó 2-0 al Valencia gracias a dos golazos. El primer de Cesc y el segundo de Xavi. Así, el equipo de Pep llegó a una nueva final, donde lo espera el equipo de Bielsa.
A los 16 minutos del primer tiempo, Messi encontró un tajo en la defensa del Valencia, dijo me gusta y le tiró un pase teledirigido a Césc que definió ante la salida del arquero. Fácil, como siempre, ganaba el Barcelona. El Barça propuso ese juego ofensivo al que nos tiene habituados. Con protagonistas diferentes pero con el mismo nivel, Thiago Alcantará y Cuenca entraron en la formación. Y no desentonaron para nada. Por su parte, el equipo blanco sólo corría atrás de la pelota. Hasta pareció ver a Banega diciendole a Thiago: “No te alejes tanto de mí”.
Ya en el segundo tiempo, el Valencia siguió marcando como un pescado rabioso tratando de aguantar el resultado. De igual forma lo más importante que tuvo el conjunto “che” fue su arquero. Diego Alves parecía tener el anillo del capitán Beto, se convirtió en figura y sacó todo lo que le tiraron. Le tapó un mano a mano a Messi, un par a Césc, pero sobretodo estuvo muy firme desde la organización defensiva.
A todo esto, Alexis Sánchez y la Pulga seguían sobrevolando el área del Valencia como si fuesen dos murciélagos a punto de atacar. Finalmente, después de tanto insistir llegó el pase definitivo a la Final. Se juntaron las tres llaves del Barcelona: Alexis, Messi y Césc. Justamente, este último asistió a Xavi que se tomó todo el tiempo del mundo y definió fuerte y cruzado. El partido terminó. Y el Barcelona llegó a una nueva final. Una más para Josep Guardiola.
Espero que los futboleros sepan entender este pequeño homenaje. Yo rezo por vos.
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