Rusia está lista para albergar la Copa del Mundo por primera vez en su historia. Tal cual reportó la FIFA, ya se han vendido 1.698.049 entradas desde septiembre del año pasado. Un sector considerable de los fanáticos debe estar exaltado, contemplando el nivel que se apreció en Brasil hace cuatro años. El tiempo pasa a toda velocidad, lo sabemos: en menos de lo que creemos estaremos en presencia del torneo ecuménico.
Si bien el gigante euroasiático tiene un pasado balompédico muy interesante, gran parte de los hinchas no debe tener en la cabeza cuál es la fisonomía de su fútbol. ¿Cómo se juega su torneo de liga? ¿Qué clubes participan y quiénes son los más representativos? ¿Qué composición tiene el seleccionado actual, de qué manera se preparó para afrontar la madre de todas las copas? En fin, varios cuestionamientos que buscaremos iluminar a continuación.
LA INCURSIÓN DEL FÚTBOL EN RUSIA
El deporte rey en territorio ruso ha sido muy físico desde su desembarco, en Odessa. Así nos hemos enterado gracias al libro “La pirámide invertida”, de Jonathan Wilson. El equipo que tomó mayor protagonismo en los primeros años fue el Dínamo Moscú, fundado por el inglés Harry Charnock y luego controlado por el Ministerio del Interior soviético y la KGB.
El aislamiento global de la Unión Soviética atentó contra el desarrollo futbolístico en el país. La creación del campeonato de primera división ocurrió en 1936, con el nacimiento de la posteriormente conocida Liga Suprema. Empero, el hito que representó un verdadero punto de quiebre para el balompié rojo fue la gira de un combinado vasco, que cambió la mentalidad táctica con la implementación de la WM. Los soviéticos tomaron conciencia y comprendieron que, al enfrentar rivales más serios, su nivel iba a mejorar.
Boris Arkadiev fue el primer nombre reconocido como un gurú dentro del fútbol de la U.R.S.S. ¿Por qué? Porque sacó mucho jugo de las enseñanzas dejadas por los vascos y se apoyó en el contragolpe para construir su reputación. Como entrenador hizo una gran tarea en el Metallurg Moscú y luego pasó al Dínamo Moscú. Pensaba mucho en qué tácticas utilizar y tenía el berretín de llevar a sus futbolistas a visitar galerías de arte antes de cada compromiso. Por otro lado, permanecía hasta dos horas con sus pupilos charlando sobre estrategias.
A la WM traída por los vascos, Arkadiev le encontró una vuelta de rosca con la inclusión de un hombre en libertad, con el que sorprendía habitualmente a los adversarios. Ello fue bautizado por un sector de los medios deportivos como “el desorden organizado”. Rápidamente, y siempre guiándonos por lo volcado en “La pirámide invertida”, muchos otros clubes comenzaron a imitar esa idea y se complicaron las cosas para el Dínamo Moscú.
Pese a la partida de Arkadiev al CSKA Moscú (en ese momento denominado como CDKA), el Dínamo mantuvo las enseñanzas y ello quedó en evidencia con una gira realizada por el Reino Unido en 1945. En la misma enfrentó al Chelsea, al Cardiff, al Arsenal y al Rangers. Tal fue el impacto generado que el Stoke City buscó imitar el estilo ruso creado por el afamado director técnico, aunque no tuvo ni un gramo de éxito.
UN PASADO CON ÉXITOS Y CAMPAÑAS DESTACADAS
El equipo es un habitual contendiente de los Mundiales y copas europeas, aunque se encuentra lejos de ostentar el éxito que tuvo su antecesora, la Unión Soviética. De hecho, desde su reaparición mundialista con su actual denominación (en Estados Unidos 1994) jamás cruzó la barrera de la fase de grupos. A su vez, antes de la Armada Roja hubo otro representativo nacional, el del Imperio Ruso, que participó en los Juegos Olímpicos de 1912, disputados en Estocolmo.
La U.R.S.S. pisó fuerte en la década del ’60. En el año inaugural de aquel decenio se quedó con la primera Eurocopa al derrotar 2-1 a Yugoslavia en la finalísima; la singularidad radicó en su frustrado juego contra España, válido por la tercera rueda de la etapa clasificatoria: los soviéticos avanzaron automáticamente debido a que Francisco Franco no permitió a la Roja viajar a Moscú. En tanto, en 1964 llegaron al subcampeonato y cuatro años después se quedaron en semifinales, además de haber sido segundos en 1972 y 1988. Sus performances en las Copas Mundiales también fueron auspiciosas, con un cuarto lugar en Inglaterra 1966.
También se había ganado un lugar para la edición 1992 de la Euro, que tuvo sitio en Suecia. No obstante, y por la desintegración de la Unión, asistió como la selección de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Su campaña no fue nada agradable, con un último lugar en el Grupo B, con apenas dos puntos (dos empates y una derrota). También ocupó la cola en la clasificación general del torneo, junto a Inglaterra, Francia y Escocia.
Oleg Blojín, Rinat Dasáyev, Lev Yashin, Oleg Protásov y Valentín Ivanov han sido algunos de los jugadores más distinguidos que ha tenido la Unión Soviética en el Siglo XX, destacándose a nivel internacional.
LA PREMIER LEAGUE RUSA
Nació en 1992, tras la desintegración del bloque comunista. Entre sus clubes fundadores se encontraban seis equipos que habían participado en la máxima categoría de la Unión Soviética el año anterior: CSKA Moscú, Spartak Moscú, Torpedo Moscú, Dínamo Moscú, Spartak Vladikavkaz y Lokomotiv Moscú. A ellos se les sumaron 14 elencos provenientes de categorías de ascenso, conformando un certamen de 20 participantes.
En sus inicios, el Spartak moscovita tuvo el dominio absoluto de la competencia, con nueve vueltas olímpicas en la primera decena de temporadas. El único cuadro que se interpuso en su camino fue el Spartak Vladikavkaz, campeón en 1995. Luego llegó un bache bastante extenso para los gigantes de la capital, debido a que pudieron volver a gritar campeón recién el año pasado. Más aquí en el tiempo, dos clubes han construido una hegemonía formidable: el Zenit de San Petersburgo y el Rubin Kazan.
Hoy son 16 los clubes que integran la Premier League rusa, los cuales se enfrentan con el sistema de todos contra todos a dos ruedas. Aquel que termine en el primer puesto, claro, se consagrará campeón y clasificará a la UEFA Champions League. Para la máxima competencia continental hay dos cupos más; en tanto, para la Europa League se encuentra disponible un par de vacantes, correspondientes para el cuarto y quinto puesto liguero.
Como ocurre en buena parte del mundo, los clubes en Rusia tienen propietarios. Sin embargo, allí la particularidad consiste en que varios de los mismos son gobernaciones o empresas estatales. Instituciones como el Akhmat Grozny o el Amkar Perm están en manos de entidades gubernamentales; los destinos del Lokomotiv Moscú o Arsenal Tula se hallan manejados por compañías públicas; y sí, también hay presencia de magnates o conglomerados privados.
El fútbol ruso ha mutado de la mano del país. Se ha estancado, ha progresado y se ha quebrado en bastantes partes. Por primera vez en mucho tiempo estará en el centro de la escena futbolística mundial. A ver cómo se las rebuscará para estar a la altura.
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