La mística futbolera de Newell´s volvió después de mucho tiempo. Esa génesis que tantas alegrías y satisfacciones le dio a los hinchas Leprosos la revivió Gerardo Martino luego de una larga década. En 1992, Marcelo Bielsa pregonó su juego en base a la presión y buena tenencia mezclada con la infaltable intensidad en el ataque. Y en 1988 fue campeón de la mano de José Yudica con un plantel brillante, exquisito y efectivo en los números. Esos períodos tienen similitudes y diferencias con el equipo actual, y entre los dos complementan las características de la plantilla contemporánea.
El conjunto dirigido por el Loco Bielsa se basaba mucho en su táctica: jugaba con un 3-3-1-3 bien marcado; Tata Martino era el capitán, enlace y quien manejaba los tiempos del equipo. Era una máquina perfecta, estructurada y que a su modo trataba bien el balón y deleitaba a la parcialidad rojinegra. No era un plantel pletórico, pero de elite (al igual que el presente) y tenía una defensa mucho más sólida que la actual.
En la final de la Copa Libertadores 1992, formaron con: Scoponi; Llop, Gamboa y Pochettino; Berti, Berizzo, Saldaña; Martino; Zamora, Lunari y Mendoza. Dicho partido lo perdieron en la definición por penales contra San Pablo. Domizzi y Lunari alternaban bastante, también lo hacían Tudor y Raggio cuando le tocaba salir a algún titular. Ese equipo pudo dar la vuelta en el Clausura 1992: con los mismos protagonistas que en la Copa (salvo Tata) y la participación estelar de Mendoza convirtiendo y Domizzi como referente.
“Martino le devolvió la mística a Newell´s; la gente está muy contenta y conforme por la forma de jugar que tiene el equipo, y se siente muy identificada. Este es el camino que lleva a sacar cosas buenas”, confesó Norberto Scoponi. También aseguró: “Tata tiene un 100% de responsabilidad en la forma y estilo del equipo; sale jugando de abajo, llega al arco rival en bloque. Seguramente lo pudo lograr porque tiene jugadores capacitados para generar lo que él les pide”.
El campeón de 1988 fue la consagración de una línea futbolística, un estilo de juego, un deleite para los ojos de cualquier hincha y demostró que priorizando el “paladar negro” se puede ganar. El título quedó en manos del mejor fútbol del país, que lo tenía Gerardo Martino como conductor y cerebro creativo del equipo. José Yudica le dio el modelo perfecto a un plantel que se conformó con todos jugadores nativos del club (hecho histórico en la historia del fútbol argentino y mundial). Este se asemeja más al actual por el concepto lúdico y el gran momento que viven las divisiones inferiores.
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