La Liga Nacional de Básquet vive tiempos de cambio. Nuevos aires soplan en la máxima competencia de nuestro país. La Cuna de los Campeones Olímpicos se prepara para afrontar una temporada especial, puesto que la mayoría de los clubes han decidido modificar la estructura esencial del certamen.
El primer cambio sustancial consiste en el “cerrojo” que apresará a la Liga. Durante las próximas dos temporadas, no habrá descensos al Torneo Nacional de Ascenso (TNA), la Segunda División del básquet argentino; en tanto, sí se mantendrán las dos promociones anuales desde dicha categoría. A partir de esta medida, la temporada 2014/15 contará con la participación de 18 equipos; mientras que el número aumentará a dos decenas para la 2015/16.
La magna meta de esta medida radica en disipar la vorágine que puede invadir a determinados equipos en momentos críticos, que además son capaces de erogar enormes cantidades de dinero con tal de mantener la categoría. En contrapartida, el riesgo máximo aparece ante la factible falta de competitividad, ya que al no existir la pérdida de categoría algunos de los 16 conjuntos optarán por la relajación deportiva. Sin la obligación de invertir dinerales en planteles jerárquicos, varios de los clubes se han comprometido a mejorar su infraestructura edilicia. Es decir, refaccionar estadios y vestuarios, acondicionar sectores de prensa, el parqué, aros, jirafas y tableros, entre otros accesorios. Sólo Dios sabe si las instituciones cumplirán con estas promesas.
Otra mutación singular reside en la conformación de las plantillas. Con el objetivo de reducir gastos, se ha establecido que cada cuadro podrá fichar ocho jugadores mayores, con la opción de incluir a dos extranjeros (hasta la 2012/13 eran tres). Además también aparecerán las fichas U23 en cada club. De esta manera, la Liga Nacional se nutrirá con muchas jóvenes promesas, quienes sumarán más minutos dentro del campo de juego. Así, las diferentes gemas intentarán suplir la huida de piezas valiosas. Entre esos nombres propios que ya no continuarán en la LNB figuran Nicolás Laprovíttola (emigró de Lanús hacia Flamengo de Brasil), Marcos Mata (de Peñarol a Cajasol Sevilla) y Maximiliano Stanic (partió de Boca al Tezenis Verona italiano).
Es probable que la disputa de playoffs sufra modificaciones sólo en semifinales, instancia en la que se planteó una serie de siete partidos (hasta el año pasado eran cinco). A su vez, las series de reclasificación y la fase decisiva se mantendrían intactas con respecto al año pasado: al mejor de cinco y siete duelos, respectivamente.
Asimismo, el mayor problema de la Liga Nacional continúa siendo el marketing y la difusión de la competición. Allí se encuentra otro de los compromisos asumidos por los clubes, que han asumido la responsabilidad de tomar acciones para mejorar el producto y atraer público a los estadios. Solo algunos cuadros poseen un caudal de simpatizantes interesante, cómo Peñarol de Mar del Plata, Lanús, Atenas o Regatas Corrientes. Observar los recintos colmados de hinchas representa un duelo trascendental.
Doce de las 16 entidades que participarán de la 2013/14 han sido los impulsores de estos cambios. Ellos fueron Argentino de Junín, Weber Bahía Estudiantes, Estudiantes (Concordia), Gimnasia de Comodoro Rivadavia, Lanús, La Unión (Formosa), Libertad, Obras Sanitarias, Olímpico, Quilmes (Mar del Plata), Quimsa y Sionista. Empero, Atenas de Córdoba, Peñarol, el campeón vigente Regatas y Boca Juniors prefirieron no intervenir.
Restan mucho tiempo para el comienzo de la XXIX edición de la Liga Nacional de Básquet. El 9 de octubre, Atenas y Regatas Corrientes abrirán el telón de la temporada en la provincia de Córdoba. Una temporada que marcará grandes cambios en la madre de la Generación Dorada.
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