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Artilleros, la cuenta pendiente

Más allá de que el último semestre careció de generación de juego, Lanús siempre encuentra asignaturas pendientes en sus centrodelanteros. El club del Sur bonaerense busca la incorporación de Santiago Silva para saciar su sed de gol.

No hay novedades. Lanús siempre comienza los semestres como serio aspirante a conseguir el título. Su filosofía futbolística y solvencia institucional permiten que el equipo siempre se inmiscuya en la escenografía que ocupan los poderosos. Sin embargo, habitualmente adeuda una asignatura que le impide saborear la gloria.

En el primer torneo con Guillermo Barros Schelotto como entrenador, el conjunto del Sur bonaerense recuperó la identidad perdida con Gabriel Schurrer y desplegó un nivel magnánimo en casi todas las canchas. Guiado por la habilidad de Mario Regueiro y la conducción de su compatriota Mauricio Pereyra, el Granate superó las turbulencias en el prólogo del certamen y luego encarriló una furiosa serie de siete victorias consecutivas.

No obstante, la carencia principal que alejó a Lanús de su segunda estrella se erigió nada más que en la efectividad. A excepción del partido ante River (1-0 en el Monumental), en el que se mostró como un cuadro apático redomado, siempre dominó a su rival y generó muchísimas situaciones de gol. Y aunque Silvio Romero y Regueiro convertían, no representaban una garantía absoluta de gol.

Debido a este síntoma, el club emprendió la búsqueda de un ariete para comenzar el Final 2013. El nombre de Lucas Viatri circulaba en los pasillos de la Fortaleza, pero quien finalmente llegó fue Ismael Blanco. Con un pasado auspicioso en el fútbol griego, el ex hombre de Olimpo y Colón entregó una imagen interesante y exhibió su abanico de recursos. Empero, las actuaciones del equipo comenzaron a mermar tremendamente y el Zungui también cayó en la vorágine.

A diferencia del Inicial 2012, el elenco de Barros Schelotto dilapidó sus posibilidades de alzar el último trofeo no sólo por no convertir, sino por sufrir una abulia desmesurada. Ya sin Pereyra como director de orquesta, y con Pochi Chávez en ese rol, el fútbol de Lanús desapareció en muchas fechas del campeonato. Luego de un comienzo arrollador y fantástico, bajó su nivel pero permaneció en los primeros puestos y mantuvo el invicto, que finalmente llegó a su acabose en tierras sanjuaninas. Las no-derrotasobnubilaron a los jugadores, quienes se desentendieron el juego enceguecidos por el resultado.

Ya con el título al alcance de Newells Old Boys, el cuadro de Guillermo recobró el fútbol de las primeras fechas ante Estudiantes (Más allá de perder 2-0), River Plate y -en algunos pasajes del encuentro- San Lorenzo. El objetivo consistirá en mantener esas virtudes en el próximo semestre, que vislumbra una doble competencia (torneo local y Copa Sudamericana).

Con la presencia de Jorge Ortiz y Fernando Barrientos, la vacante que probablemente deje Guido Pizarro no traerá problemas. Sin Oswaldo Vizcarrondo (emigró al Nantes francés), la línea defensiva sufrirá una baja importante, aunque Paolo Goltz y Carlos Izquierdoz ya han conformado un binomio seguro e infranqueable. ¿El puesto más requerido por dirigentes y cuerpo técnico? El de centrodelantero. Para ello, la institución comenzó a negociar la incorporación de Santiago Silva, el emblema histórico de Banfield sin lugar en Boca. Lanús quiere goles para concretar su sueño de una bendita vez.