No alcanzó a irse Ramón Díaz que en los pasillos del Libertadores de América la gente de Independiente ya murmuraba que el próximo técnico iba a ser Rubén Americo Gallego. No fue una utopía ni un sueño, porque los dirigentes fueron por él.
“Resignaría dinero“, fue lo que le afirmó Gallego a los periodistas después de su reunión con el presidente del Rojo, Javier Cantero. Es por eso que todos miran con optimismo a la reunión del viernes, porque ese será el día en que se hablará de números. El tercer capítulo del Tolo en Independiente está a punto de empezar a escribirse.
Gallego no es un nombre más de Avellaneda, es el más importante de este siglo. Con él, el club no ganó las copas que ganó con Ricardo Bochini, quien es hoy el asesor del presidente, pero es el último entrenador con quien Independiente ganó su último campeonato local, fue el Apertura 2002, y el último con quien el Rojo peleó un torneo domestico, fue el Clausura 2010.
Entre el 2009 y 2010, en su paso anterior por el club, Gallego obtuvo el sesenta por ciento de los puntos en disputa, un porcentaje mejor que cuando fue campeón en el 2002 y el más alto de su carrera. A esos números apuesta la nueva comisión directiva, que quiere a un Independiente protagonista.
Lo económico no será una traba, pero el Tolo solo pidió a un jugador de cara a la próxima temporada, que el volante de Lecce Ignacio Piatti vuelva a Avellaneda. Esa sería la única condición del técnico.
Con el apoyo de todos llega el Tolo. “Él debe ser el próximo entrenador de Independiente“, ya había afirmado Ricardo Bochini. Los hinchas lo quieren en unanimidad. Tiene el apoyo total de la Comisión Directiva. Tiene espalda para este momento negro del Rojo.
Vuelve Gallego. Vuelve un técnico ganador. Vuelven las conferencias de prensa picantes. Vuelve el Tolo de la gente.
Comentarios