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Boca campeón: Con refuerzos fue un equipo

Boca consiguió su vigésimo cuarto título local debido a su solidez defensiva y a su eficacia ofensiva, las cuales fueron marcadas en los refuerzos. [caption id="attachment_39894" align="aligncenter" width="480" caption="Todo Boca festeja. Cvitanich marcó cuatro goles en este torneo."][/caption] Mucho tuvo que ver el entrenador del equipo campeón, Julio César Falcioni, en que muchas de las virtudes de Boca estén consolidadas de mitad de cancha para atrás. Armó la columna vertebral con Agustín Orión en el arco, que ante la mirada de reojo del hincha se transformó en líder bajo los tres palos; la llegada de Rolando Schiavi le cambió la cabeza a una defensa que dudaba más allá de los nombres. El ex Newell’s se transformó en el patrón del equipo. Leandro Somoza, quien llegó con el visto bueno del técnico, le dio orden a la mitad de cancha. Con errores y aciertos siempre estuvo bien parado para tapar los agujeros que generaban las salidas por los costados de los laterales y volantes. Diego Rivero y Walter Erviti por momentos ocuparon el rol de triple cinco junto con Somoza, pero cuando tuvieron que atacar llegaron como si fueran solo volantes ofensivos. Fueron un acierto de Falcioni los refuerzos, tanto los que llegaron en enero como los que llegaron en julio. Armó el equipo de atrás para adelante y once meses después consiguió un título, el cual se lleva bajo el brazo 27 partidos invicto.

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El técnico se la jugó por Nicolás Blandi, quien iba a ser dado a préstamo de nuevo, y exigió a Darío Cvitanich, quien más allá de las lesiones terminó siendo el goleador del campeón. Boca no será uno de los campeones más recordados por su nivel de juego, pero si hay que rescatar que ya no es un Riquelme dependiente como se decía en la previa del torneo. El diez se lesionó y Cristian Chávez se consolidó en su puesto, como enganche. Falcioni dejó de lado el 4-4-2 que lo caracterizaba, se adaptó a los jugadores que tenía y que pidió, y apostó por jugar con enganche. Dio sus frutos. En base a refuerzos, orden y trabajo, Boca sumó una estrella más.

Twitter: @Ibarraguille

Boca consiguió su vigésimo cuarto título local debido a su solidez defensiva y a su eficacia ofensiva, las cuales fueron marcadas en los refuerzos.

Todo Boca festeja. Cvitanich marcó cuatro goles en este torneo.

Mucho tuvo que ver el entrenador del equipo campeón, Julio César Falcioni, en que muchas de las virtudes de Boca estén consolidadas de mitad de cancha para atrás. Armó la columna vertebral con Agustín Orión en el arco, que ante la mirada de reojo del hincha se transformó en líder bajo los tres palos; la llegada de Rolando Schiavi le cambió la cabeza a una defensa que dudaba más allá de los nombres. El ex Newell’s se transformó en el patrón del equipo.

Leandro Somoza, quien llegó con el visto bueno del técnico, le dio orden a la mitad de cancha. Con errores y aciertos siempre estuvo bien parado para tapar los agujeros que generaban las salidas por los costados de los laterales y volantes.

Diego Rivero y Walter Erviti por momentos ocuparon el rol de triple cinco junto con Somoza, pero cuando tuvieron que atacar llegaron como si fueran solo volantes ofensivos.

Fueron un acierto de Falcioni los refuerzos, tanto los que llegaron en enero como los que llegaron en julio. Armó el equipo de atrás para adelante y once meses después consiguió un título, el cual se lleva bajo el brazo 27 partidos invicto.

El técnico se la jugó por Nicolás Blandi, quien iba a ser dado a préstamo de nuevo, y exigió a Darío Cvitanich, quien más allá de las lesiones terminó siendo el goleador del campeón.

Boca no será uno de los campeones más recordados por su nivel de juego, pero si hay que rescatar que ya no es un Riquelme dependiente como se decía en la previa del torneo. El diez se lesionó y Cristian Chávez se consolidó en su puesto, como enganche.

Falcioni dejó de lado el 4-4-2 que lo caracterizaba, se adaptó a los jugadores que tenía y que pidió, y apostó por jugar con enganche. Dio sus frutos.

En base a refuerzos, orden y trabajo, Boca sumó una estrella más.

Twitter: @Ibarraguille