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River se topó con un equipo muy Bicho:0-0

River postergó su sueño de ser único líder y de alejarse aún más de las tablas de abajo frente al sólido y prolijo equipo de Pedro Troglio. Para colmo, la victoria de Tigre le hizo caer mal la cena del domingo. Los de Victoria se alejaron a tres puntos y el Millo igualó la línea del Rojo, que tiene que jugar hoy, frente a Arsenal en Sarandí.

[caption id="attachment_18418" align="aligncenter" width="440" caption="River se va con desazón."][/caption]

Concretamente, hablando del partido de ayer, hay que decir que Pedro Troglio hizo muy bien la tarea. Obligó a River a jugar por el medio y allí se lo deglutió. Lamela y Lanzini chocaron sistemácticamente contra los centrales del Bichito y Matías Laba -atenti con este chico- manejó bien el medio.

En los primeros 15', 20' River debió haber marcado un gol. Lamela estaba picante y entre Acevedo y Lanzini se repartian bien la bocha en el medio. Pavone lucía acompañado porque los jugadores del bicho todavía no podían parar a Erik, ni a Ferrari, ni a Díaz, los tres que River soltaba para allanarle el camino al tanque. Incluso casi Almeyda hace un gol.

Fue un espejismo. Argentinos ajustó la marca, maniató a Lamela -estuvo muy impreciso, pero igual es crack, eh- alejó a Lanzini y así aisló a Pavone. Lo obligó a ser más espartano que nunca y comenzó a sedar a River. Para colmo, iba. Santiago Salcedo y Franco Niell fueron dos delanteros de sumo peligro y obligaron a Chichizola a realizar sus mejores atajadas desde que está en River.

El paraguayo siempre se las ingeniaba para cabecear y el petiso hizo recordar al mejor Buonanotte, ese que no por ser pequeño, era de fácil resolución para los rivales. Además, el equipo de La Paternal contó con un Oberman todo terreno que defendía, marcaba y, encima, llegaba a la zona caliente.

Sobre el final del PT en un confuso episodio, Paulo Ferrari y Torrén dejaron la cancha expulsados por el pésimo Abal - tres pelotas le rebotaron ¡¡ubicate nene!!- y así River perdió un arma. Argentinos leyó bien, tapó a Díaz y ahí si que Pavone quedó más solo que Adán en el día de la madre.

En la segunda mitad, las piernas de Argentinos mermaron un poco y River, más por inercia que por fútbol, jugó prácticamente en los últimos 30 metros de la cancha. Pero poco pudo hacer: embudo, embudo y más embudo.

Jamás Juan JOsé López se avivó de abrir la cancha, sacar a los pibes - al menos uno- cambiarle la referencia al rival y mandar al tucu Pereyra por derecha, para que así River recuperara sorpresa por ese sector. Algo que intentó aportar, en vano, Jonatán Maidana.

El partido transcurrió. River tuvo una de Pavone, otra de Bordagaray y nada más. Ni siquiera el ingreso de Buonanotte ayudó en algo. Argentinos no lo ganó porque se topó con Chichizola y porque, hay que decirlo, el empate le sentaba bien desde el inicio mismo del juego. Punto que a River le permite ser el único escolta, con ocho y, en la tabla de abajo, lo sigue dejando afuera de todo, pero con Tigre un poco más lejos. Ya lo dijo Jota Jota, "cuando no se gana, hay que sumar". River sumó. ¿Sirve? Dependerá de lo que suceda la próxima fecha.

River postergó su sueño de ser único líder y de alejarse aún más de las tablas de abajo frente al sólido y prolijo equipo de Pedro Troglio. Para colmo, la victoria de Tigre le hizo caer mal la cena del domingo. Los de Victoria se alejaron a tres puntos y el Millo igualó la línea del Rojo, que tiene que jugar hoy, frente a Arsenal en Sarandí.

River se va con desazón.

Concretamente, hablando del partido de ayer, hay que decir que Pedro Troglio hizo muy bien la tarea. Obligó a River a jugar por el medio y allí se lo deglutió. Lamela y Lanzini chocaron sistemácticamente contra los centrales del Bichito y Matías Laba -atenti con este chico- manejó bien el medio.

En los primeros 15′, 20′ River debió haber marcado un gol. Lamela estaba picante y entre Acevedo y Lanzini se repartian bien la bocha en el medio. Pavone lucía acompañado porque los jugadores del bicho todavía no podían parar a Erik, ni a Ferrari, ni a Díaz, los tres que River soltaba para allanarle el camino al tanque. Incluso casi Almeyda hace un gol.

Fue un espejismo. Argentinos ajustó la marca, maniató a Lamela -estuvo muy impreciso, pero igual es crack, eh- alejó a Lanzini y así aisló a Pavone. Lo obligó a ser más espartano que nunca y comenzó a sedar a River. Para colmo, iba. Santiago Salcedo y Franco Niell fueron dos delanteros de sumo peligro y obligaron a Chichizola a realizar sus mejores atajadas desde que está en River.

El paraguayo siempre se las ingeniaba para cabecear y el petiso hizo recordar al mejor Buonanotte, ese que no por ser pequeño, era de fácil resolución para los rivales. Además, el equipo de La Paternal contó con un Oberman todo terreno que defendía, marcaba y, encima, llegaba a la zona caliente.

Sobre el final del PT en un confuso episodio, Paulo Ferrari y Torrén dejaron la cancha expulsados por el pésimo Abal – tres pelotas le rebotaron ¡¡ubicate nene!!- y así River perdió un arma. Argentinos leyó bien, tapó a Díaz y ahí si que Pavone quedó más solo que Adán en el día de la madre.

En la segunda mitad, las piernas de Argentinos mermaron un poco y River, más por inercia que por fútbol, jugó prácticamente en los últimos 30 metros de la cancha. Pero poco pudo hacer: embudo, embudo y más embudo.

Jamás Juan JOsé López se avivó de abrir la cancha, sacar a los pibes – al menos uno- cambiarle la referencia al rival y mandar al tucu Pereyra por derecha, para que así River recuperara sorpresa por ese sector. Algo que intentó aportar, en vano, Jonatán Maidana.

El partido transcurrió. River tuvo una de Pavone, otra de Bordagaray y nada más. Ni siquiera el ingreso de Buonanotte ayudó en algo. Argentinos no lo ganó porque se topó con Chichizola y porque, hay que decirlo, el empate le sentaba bien desde el inicio mismo del juego. Punto que a River le permite ser el único escolta, con ocho y, en la tabla de abajo, lo sigue dejando afuera de todo, pero con Tigre un poco más lejos. Ya lo dijo Jota Jota, “cuando no se gana, hay que sumar”. River sumó. ¿Sirve? Dependerá de lo que suceda la próxima fecha.