Mark Kirk y Dan Coats son nombres pocos conocidos en el ámbito del fútbol, pero podrían haber definido la suerte de una de las 32 selecciones que disputarán el Mundial de Brasil 2014. ¿Quiénes son? Ambos son senadores republicanos de los Estados Unidos y redactaron una misiva dirigida a Joseph Blatter. En ella buscan dos cosas: primero, que la FIFA impida a Rusia participar en el mundial. Y, segundo, que el mismo organismo que preside el suizo le quite a los rusos la chance de albergar el Mundial 2018. ¿Motivo? La invasión/anexión/ocupación de Rusia en la Península de Crimea, territorio que pertenecía a Ucrania.
[su_heading size=”16″]Ensayo general, para la farsa actual, teatro antidisturbio[/su_heading]
Para entender este mar de fondo hay que ir hasta Ucrania. El país que presidía Víktor Yanukóvich. En noviembre de 2013, el mandatario se negó a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea en beneficio de pactos con Rusia. Ahí comenzó el lío, los opositores a su régimen comenzaron a ganar terreno y, apoyados por Rusia desde las sombras, se llevó al país a un estado de guerra civil en febrero de este año. Las calles de Kiev se tiñeron de sangre en los enfrentamientos entre opositores y la policía ucraniana.
Estos disturbios a lo largo y a lo ancho de Ucrania hicieron sonar el teléfono rojo en la Casa Blanca. Ni lerdo ni perezoso, Barack Obama y la UE amenazaron con intervenir la nación ucraniana, buscando crear una “atmósfera de compromiso”. En otras palabras: intervenir en un país que había expresado su rechazo a que la UE metiera la cuchara en sus asuntos internos.
Con el conflito, la mesa quedó servida y, la UE, Obama y Vladímir Putin se convirtieron en actores principales, mientras la nación ucraniana se desangraba con conflictos en varias ciudades. Francoise Hollande, Angela Merkel y David Cameron apuntaron al ya ex presidente ucraniano como un “aliado de Rusia” y afirmaron que la UE apoyaría una “transición en paz”. Mientras, el 20 de febrero ya había más de un centenar de muertos. Un día después, Yanukóvich anunció que habría elecciones anticipadas, dando así lugar a uno de los principales pedidos de los opositores. Acto seguido, el parlamento ucraniano destituyó al presidente y llamó a elecciones anticipadas para el 25 de mayo. Claro, Yanukóvich no se fue y eso generó que lo fueran. El nuevo mandatario interino, elegido por el Parlamento, resultó ser el líder opositor Oleksandr Turchinov, quien prometió iniciar así la “ Can I buy metoclopramide Over The Counter In Uk metoclopramide side effects dogs buy metoclopramide online online pharmacy cheap metoclopramide. transición”.
¿Fin? No, apenas el principio. Rusia dio asilo a Yanukóvich y comenzó la escalada violenta sobre Ucrania, desoyendo las duras advertencias de la comunidad internacional. Así quedaba claro que Yanukóvich era un “aliado” de Putin y el real objeto ruso. Mientras, las nuevas autoridades pedían la detención del ex mandatario por “asesinato masivo“, la UE ofrecía ayuda económica a la nueva administración y Rusia criticaba el nuevo gobierno. Posiciones claras.
El tema es que, como siempre en la historia, Rusia no se quedó de brazos cruzados. Amenazó con declararle la guerra a Ucrania e invadió el país. Mientras el Papa Francisco pedía “por la paz Writing an essay ” y que “recen por Ucrania“, Merkel ensayaba una dura advertencia a los rusos por su invasión y la comunidad internacional asistía, expectante, a una posible guerra. El 4 de marzo de este año, Putin declaró que lo de Ucrania “fue un golpe de estado anticonstitucional”. Estados Unidos declaró: “no estamos preocupados”.
[su_heading size=”16″]Crimea, la batalla que ganó Rusia y que enfureció a Estados Unidos[/su_heading]
La península de Crimea, ocupada en un 60% por ciudadanos rusos, tiene una superficie de 27 000 km², que en términos de extensión es similar a Sicilia (Italia). Hasta marzo de este año era un terreno en disputa entre Rusia y Ucrania, geopolíticamente quedó del lado Ucranio, pero políticamente siempre quiso pertenecer a Rusia. Luego de la disolución de la URSS, Crimea se convirtió en la República Autónoma de Crimea y fue considerada parte integral de Ucrania. Sin embargo, en un plebiscito histórico realizado el 16 de marzo de este año, el 96,77% de sus habitantes decidió convertirse en República de Crimea y ser parte de Rusia, algo que ya pasaba con la ciudad de Sebastopol, donde se encuentra la mayor parte de la flota rusa, sobre el Mar Negro. Ahora, el resto de la Península decidió también convertirse en rusa.
El 17 de Marzo, Putin aseguró: “Considerando la voluntad del pueblo de Crimea expresada en el referéndum popular celebrado el 16 de marzo de 2014, que sea reconocida la República de Crimea, donde Sebastopol cuenta con un estatus especial, como Estado independiente y soberano“, dice el documento que entra en vigencia desde la fecha de su firma. Eso desencadenó la ira de Estados Unidos y la Unión Europea.
[su_heading size=”16”]¿Por qué Rusia se puede quedar sin Mundial?[/su_heading]
Al confirmarse la independencia de Crimea y su posterior anexión a Rusia, comenzaron las sanciones para la nación liderada por Putin a nivel económico, política y, pretenden, deportivo. Primero, Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Japón, Italia y Reino Unido decidieron excluir a Moscú en represalia a la anexión de Crimea. Luego, se impusieron sanciones económicas y, en paralelo, Putin en persona llamó a varios líderes mundiales para ponerlos al tanto. Incluso a la mandataria argentina, Cristina Fernández quién había dicho que “Las Malvinas siempre fueron Argentinas y Crimea siempre fue rusa”. El resto del mundo no piensa igual y, más allá de la exclusión del G8, evalúan “sancionar” a Rusia con medidas económicas, como reducir la compra de Gas a esa nación y sí comprarle a Ucrania. ¿Una nueva Guerra Fría? Aún no se puede dilucidar.
Dentro de este clima de “penalidades“, Kirk y Coats resolvieron pegarle a Moscú también en una zona sensible: el fútbol. Es por eso que pidieron a Blatter que excluyera a Rusia de la próxima cita mundialista y que le sacara la organización del campeonato, en 2018. ¿Puede pasar? Los parlamentarios yanquis se basan en lo sucedido en 1992 y 1994, cuando la FIFA excluyó a Yugoslavia de la Eurocopa y del Mundial Estados Unidos 1994. Además, pese a que Blatter desestimó la posibilidad, ya trascendió el nombre de la selección que la reemplazaría: Israel. Es que la anexión de Crimea, para los yanquis y gran parte del mundo, se trató de “una violación del respeto a otro país soberano y miembro de la organización”. Y, si la FIFA da lugar a ese argumento, es muy posible que Rusia se quede sin Mundial.
La selección que comanda Fabio Capello integra el grupo H del torneo, junto a Bélgica, Algeria y Corea del Sur. El morbo está en que si finalmente juega el Mundial y clasifica, una combinación de resultados podría igualarla, en octavos de final, ante Estados Unidos, que está en el Grupo G, junto a Alemania, Portugal y Ghana. ¿Habrá mundial para Rusia? Blatter dice que sí, pero la presión, extrema, de la política y, en especial, del denominado “Nuevo Orden Mundial” online generic cialis cipro 500mg buy Nexium 10 mg price spiting cialis 10mg 100 mg oral viagra online 24 hr viagra sydney cheap erythromycin 250 mg alcohol buy lisinopril 20mg vega viagra generic zithromax tab 250mg Levitra 10 mg 1000 mg prospektus tarif levitra 20mg metformin 500 mg wikipedia cialis 10 mgВ pueden dejar a Rusia sin lo que se ganó legítimamente en la cancha. ¿Tiene lógica? No mucha, pero “politics are politics” y, sobre todo, “Bussiness are Business”.
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