En los últimos años, pocos seleccionados han tenido encima no solo una, sino dos situaciones en donde estuvieron cerca de la gloria, pero que, finalmente, no la alcanzaron. Panamá es uno de ellos. El representativo más austral en lo que se refiere a la CONCACAF sufrió dos golpes inesperados, uno en 2013 y el otro el año pasado.
El Estadio Rommel Fernández se colmó para la última fecha de las eliminatorias de Norte y Centroamérica. Estados Unidos y Costa Rica tenían ya su plaza asegurada, y a Honduras le alcanzaba con un empate ante la débil Jamaica para poder sumarse a ese lote. Solo faltaba saber quién iba a jugar el repechaje contra Nueva Zelanda. Los Canaleros debían vencer al representativo de las bandas y estrellas, esperando buenas noticias en el encuentro entre costarricences y mexicanos, siendo estos últimos los que poseían el preciado cuarto lugar.
Las novedades que provenían de San José eran positivas: la Sele estaba venciendo al Tri por 2-1. Mientras tanto, en Panama City, había igualdad en uno. Ese resultado no le alcanzaba. Necesitaba un gol más para poder hacer historia. En el minuto 83, Luis Tejada pudo lograrlo con un verdadero golazo. Había olor a algo histórico. Incluso iba a ser la primera vez en 32 años en que México iba a quedar eliminado de un Mundial por méritos deportivos.
Pero en un tris, pasaron del éxtasis a la agonía: en los minutos 91 y 93, Graham Zusi y Aron Johannson terminaron revirtiendo el marcador, dejándole sin nada a los panameños, y con vida a los mexicanos, que no se apiadaron de los oceánicos para poder llevarse el boleto a Brasil 2014.
Dos años después, tenían chance de revancha en la Copa Oro en semifinales, contra los mismos mexianos que le habían postergado indirectamente su sueño mundialista. Horas antes, en el mismo escenario, el Georgia Dome, se había producido una gran sorpresa, ya que Estados Unidos había caído contra Jamaica. Y parecía que se producía la segunda, ya que Román Torres había abierto la cuenta de cabeza en los primeros minutos del complemento.
Los aztecas, que habían llegado a esa instancia bajo un halo de sospecha, con un penal controversial frente a Costa Rica, volvieron a repetir la fórmula: una inexistente mano de Torres en el área fue el argumento del estadounidense Mark Geigger para convalidar la pena máxima. Como ante los costarricenses, Andrés Guardado lo canjeó por gol, y mandó todo a tiempo extra.
Llegando al final de la primera parte del suplementario, una falta dentro del area, apenas menos polémica que la mano anterior, fue cobrada por Geigger. Y nuevamente, Guardado acertó. Fue triunfo 2-1 para el seleccionado verde (vestido de negro en aquella ocasión), que días después logró el título.
El destino no es el aliado principal para los panameños. El sorteo de esta Copa América Centenario, a la que se clasificó tras golear a Cuba por 4-0 en el repechaje, le deparó enfrentarse con Chile, último campeón, y Argentina, una de las principales potencias regionales. Sin embargo, buscarán rehacerse de este desfavorable panorama, y ver si pueden espantar a los fantasmas que tanto lo azotaron los últimos tres años.
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