El periodista Jorge Búsico define al Hemisferio Sur como “la Fórmula 1 del Rugby”. Si trazamos ese paralelismo con la máxima categoría automovilística, podríamos decir que los All Blacks es Ferrari, los Wallabies es McLaren, y los Springboks, Williams. Y hace cuatro años, a esa Fórmula 1, con equipos con mucha tradición, se le sumó un Red Bull: Los Pumas.
Ese proceso no tuvo como objetivo final Inglaterra 2015, get an essay sino Japón 2019. Sin embargo, el crecimiento de los argentinos hizo que este proceso de transición de estar “caídos del mapa” a la inserción en el mundo de la SANZAR (organización que nuclea a los tres grandes del Sur, y organizadora tanto del Rugby Championship Nolvadex online -ex Tri Nations- y del Super Rugby) pasase a ser un proceso de ilusión. Todo por culpa del cambio de paradigma. Pasando de ser un equipo destacado por su defensa, a también ser ponderado por su juego cuando tienen la posesión de la pelota.
Adrian Newey fue quizá el responsable de que lo Red Bull pasase a ser una escudería del montón a ser un equipo realmente competitivo. Su equivalente lo podríamos encontrar en Daniel Hourcade, reemplazante de Santiago Phelan a fines de 2013. Si bien ya estuvo trabajando con el grueso de los jugadores con los Pampas XV (equipo argentino que disputó la Vodacom Cup sudafricana), allí pudo poder desempeñarse con el resto de los jugadores, incluso los más experimentados, que nunca lo tuvieron como entrenador. En ese lapso, él indicó que el camino estaba en un juego más ofensivo en lugar de la “garra puma” que lo hizo famoso.
Ese convencimiento a propios (los que ya lo tuvieron como entrenador) y extraños (los que estaban de antes) fue una de las claves del éxito para Hourcade. Eso dio como resultado dos Rugby Championship buenos: el de 2014, con el primer triunfo en el certamen frente a Australia en Mendoza. Y el de 2015, donde vencieron por primera vez en la historia a los Springboks, dejándolos en el último lugar. Pensar que éste último certamen iba a ser un “banco de pruebas” de cara al Mundial.
El debut contra Nueva Zelanda fue muy prometedor. Hubo 60 minutos brillantes (más allá de algún que otro desajuste, los cuales terminaron resultando en penales para los All Blacks), pero el físico mermó en el lapso final, lo que determinó la derrota por apenas 10 puntos. Tras ello, llegaba el siempre complicado Georgia, que llegaba incluso con el plus de derrotar a Tonga en el debut, por lo que era un duelo directo por el segundo puesto. Y tras un complicado inicio, el cubo de rubik se resolvió en el segundo tiempo con los wines en estado de gracia: Juan Imhoff y Santiago Cordero.
Los partidos contra Tonga y ante Namibia se resolvieron sin ningún tipo de problemas, logrando una cantidad de tries inusitada para equipos argentinos anteriores. Eso determinó que se conviertan en el equipo con mayor cantidad de puntos al cierre de la fase inicial. Sin embargo, en cuartos aparecía Irlanda. El mejor equipo europeo, último bicampeón del Seis Naciones, llegó, más allá de estar disminuído por las lesiones, con cuatro triunfos y ninguna derrota.
Y allí se escribió una de las páginas más inolvidables de la historia mundialista argentina: más allá del nudo que le hizo honor a esa denominación, Los Pumas tuvieron un principio y un desenlace sublimes, cuyo climax fue la palomita de Imhoff, quien tras este Mundial queda inelegible para vestir la casaca albiceleste (sólo podrán jugar con Los Pumas los que militen en la nueva franquicia que tendrá la UAR en el Super Rugby, máxima competencia a nivel clubes en el hemisferio sur).
El partido contra Australia fue bueno a pesar de la caída (y de los errores que motivaron la misma). Y en el partido por el tercer puesto contra Sudáfrica se notó el cansacio físico y mental, y la gran cantidad de cambios. La conclusión que deja este Mundial para la Argentina es que hay material, pero aún le falta un golpe de horno. Algo que coincide con el objetivo inicial que era Japón 2015.
Seguramente, salud mediante, volvamos a ver a Joaquín Tuculet, una garantía en el fondo de la cancha, a la explosión en el lateral de Santiago Cordero, a un Matías Moroni ya afianzado, a un Nicolás Sánchez buscando retener el título de goleador con su puntería y con inteligencia cuando no le toca patear a los palos, a un Pablo Matera Buying brand Viagra In Australia brand Viagra Best Price. Men’s Health. Free Online Medical Consultations, Stop Smoking, Gums New, General Health. llevándose por delante a cualquier rival que se le cruce por delante, a la dupla Guido Petti-Tomás Lavanini, que hizo olvidar las no convocatorias de dos muy buenos segundas líneas como Patricio Albacete y Manuel Carizza, al capitán Agustín Creevy, que acalló todos los murmullos que surgían en torno a él, y a Ramiro Herrera, quien no por nada fue elegido como el mejor pilar derecho de la competencia. Todos ellos con mayor rodaje. No solo por 4 años más de Rugby Championship, sino porque además se sumará la ya citada franquicia del Super Rugby.
Iba a ser el mundial de la transición. Pero pasó a ser el mundial de la ilusión. Que dentro de cuatro años sea el mundial de la consagración.
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