El RB Leipzig nació en 2009 y, como pasa siempre, tuvo arrancar desde abajo, en la última categoría del fútbol alemán. Vale aclarar que no fue un club creado de la nada y por simples ciudadanos, sino que quienes están detrás de todo esto son los dueños de Dietrich Mateschitz quienes compraron por 350.000 euros lo que era la plaza del SSV Markranstädt.
Lo primero a destacar de este fenómeno es que en muy poco tiempo, 5 años para ser más exactos, ascendieron desde la cuarta división a la Bundesliga, categoría donde hoy no solo tiene grandes rendimientos sino que también incomoda a equipos cargados de estrellas.
Tan solo estuvieron dos años en la Oberliga (2010/11 – 2011/12) y luego no pararon hasta estar en lo más alto. El 8 de mayo de 2016 obtuvieron el ascenso tras quedar segundos en la tabla y ascender junto al Friburgo. Lo que nadie imaginaría seria este presente, ni siquiera aún cuando en el mercado de pases habían gastado algo así como 50 millones de euros.
El club está directamente relacionado con la empresa de bebidas energéticas Red Bull y Dieter Mateschitz, quien es propietario del club germano y tiene otros cuatro más. En 2004 adquirió al Red Bull Salzbugo de Austria, en 2006 al New York Red Bulls de Estados Unidos, donde había jugado por ejemplo Thierry Henry, el crack francés, y actualmente cuenta en sus filas con un argentino, Gonzalo Verón, el ex San Lorenzo de Almagro. En 2007 creó al Red Bull Brasil y en 2008 al Red Bull Ghana, pero su mayor éxito llegaría con el club de Alemania.
Volviendo a las tierras germanas, podemos decir que hoy el Leipzig es el club más “odiado” por todos y termina como la piedra en el zapato para muchos. Ya que aún no perdió en lo que va del certamen y ha dejado atrás a rivales de renombre.
Con un estadio para casi 43.000 espectadores han transformado al Red Bull Arena en una verdadera fortaleza, sumado a su particular esquema de 4-2-2-2, este sistema táctico va en contra de lo clásico y común que hoy predomina en la Bundesliga que es el 4-3-3, ya que los dos volantes más ofensivos además son casi delanteros, algo extraño, pero por ahora exitoso.
Otro detalle a tener en cuenta, es que no son obsesivos por la posición del balón, Los Toros tienen un juego mucho más vertical y punzante. Haciendo a su forma de juego tener una intensidad distinta a la media que le permite estar en la pelea con los grandes como el Bayern Munich, Borussia Dortmund o Bayer Leverkusen por ejemplo.
Todos ya piensan en la épica, como ocurrió la temporada pasada en la Premier League con el Leicester, pero aún falta mucho para el Leipzig. Lo que está claro es que nadie podrá olvidar, tantos propios como extraños que alguna vez hubo un club que logró lo que parecía imposible, cambiar los parámetros de una de las mejores ligas del mundo.
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