El 5 de febrero de 1999 fue la noche de apertura para la temporada 1998/1999, la del lockout, que al final de la misma otorgaría el primer título para un trinomio que hizo historia en los últimos 20 años de NBA: San Antonio Spurs, Gregg Popovich y Tim Duncan. Esa noche, en Seattle, los locales Supersonics de Gary Payton y el alemán Detlef Schrempf vencieron por 92-86 a los Dallas Mavericks. En el visitante hizo su debut otro germano, un flaco alto que no la pudo embocar en cinco intentos de cancha y que sólo sumó 2 puntos desde la línea en toda la noche. El mejor basquetbolista formado fuera de los Estados Unidos que haya jugado en la NBA, y uno de los más grandes jugadores blancos de todos los tiempos, tuvo un más que discreto debut en la liga hace 20 años. Hablamos claro del enorme Dirk Werner Nowitzki.
Nacido en Würzburg, Alemania, una pequeña ciudad de 130 mil habitantes ubicada a unos 100 km de Nüremberg, Dirk es hijo de madre basquetbolista de la selección alemana y de padre también profesional, pero del handball. El balonmano fue su primer deporte porque era “juego de hombres”, según su padre. También practicó tenis, pero la altura lo terminó decantando hacia el básquet y a los 15 años (cuando ya había pasado largamente los dos metros), comenzó a despuntar en el DJK Würzburg de la segunda división alemana.
Desde el principio Dirk mostró unas condiciones atléticas atípicas para la raza blanca. Mucha altura combinada con una gran movilidad y la motricidad fina suficiente para ser un arma letal desde larga distancia. Muy a pesar de su personalidad introvertida, no tardó en hacerse un nombre en la ciudad. Un integrante del equipo de veteranos de Würzburg, que estaba esperando a que finalizara el encuentro del equipo juvenil integrado por Nowitzki para jugar su partido, se maravilló con los movimientos del ala-pívot y lo abordó luego del triunfo del DJK Juvenil en tiempo suplementario: “¿Quién te está enseñando los fundamentos, la técnica del baloncesto?”. preguntó Holger Geschwindner, antiguo jugador de la selección alemana. “Nadie” contestó Dirk y ahí nació la propuesta que cambió el rumbo de su carrera.
“Debes decidir si quieres jugar contra los mejores del mundo o si prefieres quedarte como un héroe en Alemania. Si eliges lo último, pararemos de entrenar inmediatamente, porque nadie puede evitar que seas el mejor aquí. Pero si tu quieres jugar contra los mejores tendremos que entrenar todos los días”. Dirk lo pensó dos días, e inspirándose en sus pósters de Scottie Pippen y Michael Jordan, respondió con tremenda constancia al entrenamiento de Holger. El veterano y la joven promesa comenzaron su trabajo en un pequeño gimnasio de la ciudad. Hizo hincapié en toda la parte técnica y aeróbica sin sobrecargar de pesas a Nowitzki. Además lo instó a que tocara un instrumento, terminara sus estudios y se cultivara en la lectura y en la cultura. Al mismo tiempo que lo entrenaba personalmente, Geschwindner era el entrenador del primer equipo del DJK del que Dirk formaba parte desde los 16 años. En la temporada 1997-1998 logró su pico de rendimiento en tierras germanas promediando más de 28 puntos por partido, logrando el ascenso con su equipo y siendo premiado como el Jugador Alemán del Año con sólo 19 primaveras.
En 1997 ya había tocado de cerca la NBA. Formando parte del “Nike Hoop Heroes Tour” tuvo la oportunidad de enfrentar a leyendas como Pippen y Charles Barkley. Llegó incluso a volcarla en la cara de Scottie, y Barkley quedó tan impresionado que luego comentó: “Este chico es un genio. Si quiere entrar a la NBA que me contacte”. La explosión final llegó en 1998 cuando en el “Nike Hoop Summit”, que reúne a promesas de Estados Unidos y el extranjero, Nowitzki la rompió con 33 puntos y 14 rebotes, en un partido que contaba con futuros NBA como Rasheed Wallace y Al Harrington. Con todo ese viento a favor, Nowitzki, con sólo 19 años, se declaró elegible para el Draft de 1998.
La jugada de ajedrez de Don Nelson
Los Boston Celtics estaban desesperados por volver a los buenos viejos tiempos. Su entrenador, Rick Pitino, se maravilló al ver jugar al gigante de 2,13 metros en un entrenamiento con el equipo y estaba tan convencido de que iba a poder elegirlo con su décima elección del Draft que llegó a compararlo con Larry Bird. Pitino no contó con la astucia de Don Nelson, entrenador de los Dallas Mavericks, que interesado en contar con el alemán, pero también con Steve Nash (jugador de Phoenix Suns), se hizo eco del interés de Milwaukee Bucks (quien eligió a Nowitzki en la novena posición) por el alero Robert Traylor (elegido en la sexta posición por Dallas) y el de los Suns por Pat Garrity (elegido en la décimonovena por Milwaukee). Dallas primero consiguió a Nowitzki y Garrity a cambio de Traylor (quien terminó sus días jugando en las ligas de Turquía y Puerto Rico) desde Milwaukee e inmediatamente mandó a Garrity hacia Phoenix por un paquete de varios jugadores entre los que se encontraba Nash. En uno de los mejores movimientos de la noche del Draft que se recuerde, Don Nelson consiguió a dos futuros MVP de la NBA a cambio de dos jugadores de paso intrascendente por la liga. Ah, Pitino y Boston tuvieron que conformarse con un tal Paul Pierce…
La maravillosa maniobra del veterano Nelson no dio sus frutos inmediatamente. Ubicado como ala-pívot, Nowitzki sufrió mucho la desventaja física en la marca y también le costó hacerse entender por sus compañeros por su escaso conocimiento del inglés. 8.2 puntos y 3.4 de promedio no fueron el comienzo soñado por él mismo ni por la franquicia para su primera temporada. Ya en la segunda pudo desplegar todo su básquet y, con una mejor masa muscular, se elevó hasta los 17.5 puntos y 6.5 rebotes. En la siguiente campaña confirmó su progreso y logró llevar a los Mavericks (ya con Mark Cuban como propietario) a playoffs después de once años y vencer en la primera ronda a los avejentados Utah Jazz de John Stockton y Karl Malone por 3-2, para caer posteriormente con San Antonio por 4-1.
En la 2001/2002 se consolidó como una estrella de la liga al ser llamado a su primero de 14 All-Star Game en su carrera, como parte del “Big Three” de Dallas, conformado por el alemán, Nash y Michael Finley. En esa temporada logró la máxima de promedio en rebotes de su carrera (9.9), acompañado de 23.4 puntos por juego. Durante esa campaña y las siguientes, los Mavs se mostraban como un equipo entretenido para ver, pero que caían ante equipos mejor armados en defensa como los Sacramentos Kings de Chris Webber (quienes fueron sus verdugos en los playoffs del 2002 y 2004) y el propio San Antonio, que con Emanuel Ginóbili en su temporada debut, los vencieron en las Finales de Conferencia Oeste del 2003 por 4-2 ante grandes, pero insuficientes rendimientos de Nowitzki.
La obsesión
Desde la 2004/2005 en adelante, ya establecido como el jugador franquicia de los Mavericks, a Nowitzki se le hizo piel el deseo de lograr el anillo de campeón. Ya sin Nash que regresó a Phoenix, y con Avery Johnson como entrenador en reemplazo de Don Nelson, Dirk llegó a su máxima de promedio en puntos hasta el momento (26.1), anotó la más alta marca de su carrera en un partido con 53 ante los Houston Rockets y por primera vez fue elegido en el primer quinteto de la NBA.
Fue su ex socio Nash que lo sacó otra vez de la competición con un 4-2 de Phoenix sobre Dallas en las semis de conferencia. En las dos temporadas siguientes se darían grandes rendimientos de Nowitzki en lo individual, pero pesadísimas frustraciones para el germano que hasta lo hicieron dudar de su futuro en el básquet.
En la 2005/2006, luego de dejar en post-temporada en el camino a los Memphis Grizzlies de Pau Gasol (4-0), a los campeones vigentes Spurs en una serie durísima (4-3) que Dirk culminó con 37 puntos y 15 rebotes en el séptimo partido, y los Suns por 4-2 (50 puntos de Nowitzki en el quinto juego de una serie que estaba 2-2) llegó la gran chance del alemán de lograr el título.
En frente el Miami Heat del jovencísimo Dwyane Wade y de los ya veteranos Shaquille O´Neal y Gary Payton. Dallas comenzó de manera ideal, venciendo en los dos primeros juegos como local y llevando una ventaja de 15 puntos en el tercer cotejo, disputado en Miami.
La historia parecía empezar a sentenciarse, pero una increíble remontada del Heat con un excelso Wade hizo que Dallas perdiera ese y los siguientes tres partidos en forma consecutiva (Dwyane anotó 36 puntos o más en todos los triunfos de Miami). El anillo cayó del lado del Heat, y las críticas del costado de Nowitzki, quien tuvo flojos porcentajes de campo desde ese fatídico tercer juego en adelante.
En la siguiente temporada, Dirk consiguió el primer MVP de la temporada regular para un europeo y jugador no formado en universidad americana, por su gran actuación individual (24.6 pts, 8.9 reb y 3.4 ast) y como equipo (récord de 67-15, líderes de la liga). Pero Dallas como primero de la conferencia Oeste quedó fuera de la competición ante los octavos de la misma, los Golden State Warriors dirigidos por Don Nelson, quien puso a Stephen Jackson a marcar a Dirk y lo secó a tal punto de que el germano solo anotó 8 puntos en el sexto y decisivo partido. Nowitzki se planteó dejar la NBA y se tomó unas larguísimas vacaciones en Australia junto a su familia y su mentor, para analizar la situación. El duro alemán recibió al borde de las lágrimas una semana después el trofeo de MVP, y a pesar de estar agradecido dijo estar “muy decepcionado por como ha ido todo”.
Eliminaciones en primera y segunda rueda de post-temporada se sucedieron desde el 2008 hasta el 2010 ya con Rick Carlisle como entrenador. Dallas no conseguía figurar como un gran candidato a pesar de los buenos números del teutón.
En el comienzo de la 2010/2011 Dirk renovó vínculo y junto a un veterano Jason Kidd, el aporte de Jason Terry y un animal defensivo como Tyson Chandler, los Mavericks se ubicaron terceros en la Conferencia Oeste. En la post-temporada vencieron primero a los Portland Trail Blazers y después sorprendieron al barrer a los campeones Los Angeles Lakers. En la final de conferencia vencieron al joven equipo de Oklahoma City Thunder por 4-1. En el primer partido de esa serie Nowitzki marcó 48 puntos con 24-24 desde la línea.
Como en 2006, Nowitzki volvía a tener en frente a Miami. A Wade, se le habían sumado dos superestrellas como Lebron James y Chris Bosh. El favoritismo era de Miami y lo ratificaron ganando el primer juego de la serie (92-84) y liderando por 15 puntos, como Dallas en el 2006, en el segundo con 6 minutos por disputarse del último cuarto. Los Mavs clavaron desde ese punto un parcial de 22-5 incluida la canasta ganadora de Dirk a 3,5 segundos del final para empatar la serie.
Miami se llevó el tercer partido, pero ese era el año de Dallas y un Nowitzki encendido lideró a Dallas hacia el título con tres victorias consecutivas en las que promedió 23 puntos y más de 10 rebotes, para además agregar el MVP de las finales a su vitrina. Ni bien terminó el partido decisivo, Dirk fue solo hacia el vestuario para llorar en solitario unos minutos, mostrando la descarga que significaba para él y para todo el pueblo alemán haberse consagrado como el mejor de la NBA.
Ese anillo le hizo justicia a una carrera extraordinaria como líder indiscutido de los sueños de una franquicia ganadora, un caso único entre jugadores europeos hasta la aparición del fenómeno Giannis Antetokounmpo, quien todavía tiene mucho por demostrar para sentarse en la misma mesa que el gran Dirk.
Luego de haber conseguido el título, los Mavericks desarmaron buena parte del plantel y desde entonces no volvieron a superar la primera ronda de Playoffs. La ya de por sí poca movilidad de Nowitzki en defensa se convirtió en nula y su rol fue decreciendo paulatinamente hasta su última temporada, en la que por primera vez en su carrera salió desde la banca.
Pero si de algo sirvieron estos últimos años de Nowitzki fue para el homenaje y el respeto permanente de toda la NBA. Y para acumular récords. Dirk es el tercer jugador con más partidos (1521) y el 6° con más puntos (31.540) de la historia de la NBA. Además, es líder de los Mavericks en partidos jugados, puntos, triples, rebotes y tapas.
Una generación de la NBA se nos está yendo. Desde 2016 en adelante se retiraron: Tim Duncan, Kobe Bryant, Kevin Garnett, Paul Pierce, Dwyane Wade, Manu Ginóbili y Dirk Nowitzki. La responsabilidad quedará en las nuevas estrellas de mantener a la NBA como la mejor liga deportiva del planeta.
Nowitzki, además, dejó otra responsabilidad. La llave de los Dallas Mavericks, que ahora lleva otro talento precoz europeo: el pibe maravilla Luka Doncic.
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