6 goles. Eso fue lo que había hecho San Martín de San Juan hasta la fecha 8: 2 a Godoy Cruz y a Arsenal, y 1 a Newell’s y Colón. Si bien no era el equipo menos goleador del torneo (Independiente, San Lorenzo y Argentinos tenían menos), era un ataque casi acorde para un equipo que estaba (y de hecho aún está) en puestos de descenso, y transitando una racha negativa de 16 encuentros sin conocer la victoria, iniciada cuando se jugaba el Torneo Inicial, y Gabriel Perrone ocupaba el lugar en el que se encuentra ahora Darío Forestello.
Sin embargo, se encontró con la peor defensa de Boca Juniors en los últimos años. Una defensa que, poco a poco, dejó de ser la garantía que fue durante el Apertura 2011, cuando fueron campeones bajo el mando de Julio César Falcioni, donde recibieron apenas 6 goles. Orión; Roncaglia, Schiavi, Insaurralde y Clemente Rodríguez era la base en la que se cimento este éxito. De aquel quinteto, Roncaglia está jugando en Italia, Schiavi en China e Insaurralde en Rusia. Sobreviven un Clemente Rodríguez que está lejísimos de su mejor versión futbolística, y un Agustín Orion que, si bien mantiene su regularidad, no jugó esta tarde en el Estadio Hilario Sánchez.
Luego de la coronación en forma invicta, en el Clausura del año siguiente la cifra de goles recibidos aumentó drásticamente: paso a ser de 20. Dicha cifra se repitió en el Inicial. Y hasta la fecha 8 del corriente campeonato, con Carlos Bianchi en el banco en lugar del “Emperador”, ya había recibido 10 goles. Un panorama poco alentador, aunque eso no hacía suponer que hoy se llegaba al súmmum.
En el primer gol Matías Caruzzo estaba ausente y Guillermo Burdisso le deja servida la pelota a Humberto Osorio. En el segundo, Oscar Ustari calculó pésimamente el tiro/centro de Jorge Luna. Luego, el ex-Argentinos le imprime una débil marca a Lucas Landa, permitiendo que cabecee al fondo de la red un tiro libre producto de una falta infantil del hermano del defensor de la Roma. En las siguientes dos anotaciones, ambas hechas por el delantero colombiano, la defensa se queda estática, sin reacción. Y en el último tanto, nadie prestaba atención a Sebastián Penco. Eso sin mencionar otros errores en jugadas que no terminaron en gol, y por ende, agrandando la humillación.
6 goles. Eso fue lo que ha hecho San Martín de San Juan en la Fecha 9, provocando el punto álgido de una involución: la de la defensa de Boca.
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