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El arquero nazi que aprendió a volar

La curiosa vida de Bert Trautmann, el soldado alemán que combatió en la Segunda Guerra Mundial, jugó en el Manchester City y recibió el título de Caballero del Imperio Británico.

Arquero Nazi

Cuando la agresiva política expansionista de la Alemania nazi liderada por Adolf Hitler comenzaba a sembrar temor en la sociedad, un joven de 18 años llamado Bert Trautmann tenía el sueño de volar. Tal vez por eso se anotó como paracaidista en la Fuerza Aérea alemana, justo antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

image066Quizá la destreza y la dedicación con la que se movió por el aire durante su estadía en el servicio militar, fueron claves en la decisión de sus superiores, que lo notificaron para pelear en el Frente del Este contra el Ejército Soviético. Aquella sangrienta batalla, de la cual sobrevivió, le sirvió para ascender a sargento y recibir la famosa Cruz de Hierro.

Años más tarde, con la caída del Führer, Alemania se vio obligada a rendirse, y Trautmann fue apresado por Los Aliados y trasladado a un campo de concentración ubicado entre Liverpool y Manchester. Su grupo de compañeros, al igual que él, estaba a cargo de un general escocés, que les inculcó el fútbol como tarea de entretenimiento. En cada partido demostró gran habilidad para defender el arco y volar de un poste a otro. Allí nació su inagotable amor por la portería.

Poco después de tres años quedó en libertad y rechazó ser repatriado, en esos momentos Alemania se caía a pedazos, ya no tenía casa ni familia y sólo le quedaba intacta su pasión por el deporte, motivo que lo llevó a quedarse en Inglaterra y dejar su destino en manos de la suerte.

Al cabo de un tiempo, se probó en el modesto club amateur S.T Helens Town y fue aceptado. Las enormes atajadas y una perfecta agilidad para recuperar el balón hicieron que equipos de renombre como Bolton o Everton se fijen en él.

Ctrautmann-neu-DW-Sport-London_weltdotdeA principios de la temporada 49/50, Trautmann firmó su primer contrato profesional con el Manchester City, pero la afición no le dio el visto bueno por su oscuro pasado. Luego de disputar varios partidos y demostrar un buen rendimiento bajo los tres palos se ganó los aplausos de los hinchas y la confianza de la gente.

En 1950 arribó por primera vez a Londres para disputar un encuentro entre Fulham y Manchester. Los medios británicos tomaron el hecho como un acontecimiento histórico, porque la bombardeada capital inglesa había hospedado a un soldado nazi, quien era palabra prohibida para ese entonces. Pero aquel día Trautmann jugó un partidazo, tal es así que cuando finalizó el segundo tiempo recibió la ovación del estadio entero.

La ciudad se puso de pie frente a él. Y no fue para menos. Tras bajar de categoría esa misma temporada y ascender un año después, el arquero alemán continuó con la historia en el City con actuaciones para el recuerdo, como la famosa jugada en la final de la FA Cup en 1956 ante el Birmingham, cuando al tapar una ocasión manifiesta de gol se rompió una vértebra y se levantó rápidamente para no descuidar el arco.

51661138_0Esa heroica actuación lo encaminó a ser el primer futbolista extranjero en obtener el premio al mejor jugador. Su vuelta a las canchas se demoró siete meses, y en 1964 anunció su retiro del fútbol, poniéndole fin a una carrera llena de laureles, que le sirvió para conseguir algo que jamás pensó: En el 2004 la reina Isabel II del Reino Unido lo condecoró en Berlín como Caballero del Imperio Británico.

Bert Trautmann falleció el 19 de julio de 2013 en su domicilio de Valencia, España, a los 89 años de edad. Aquel día volvió al cielo, lugar donde aprendió a volar.

Por Francisco Nutti @FranNutti