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Los jóvenes son el presente y futuro

¿Ganar o formar? Ese el punto en cuestión. Los equipos grandes de Argentina y algunos medianos están padeciendo una crisis que se viene generando hace bastante tiempo y que si no la frenan puede convertirse en una epidemia difícil de curar. Cada año que pasa, los clubes siguen despilfarrando dinero en incorporaciones (ni siquiera refuerzos) inadecuadas y que sólo le producen deudas monetarias a dichos establecimientos. Salvo los cracks contemporáneos (Messi, Agüero, Higuaín, Lavezzi, Di María), ningún futbolista te garantiza el éxito y la victoria en el fútbol doméstico. Lo cierto es que los presidentes de las instituciones de primera división piensan que, gastando plata y trayendo a los que ya se salvaron en Europa, van a obtener logros inmediatos y que son el remedio para todo lo malo que se viene haciendo hace tiempo. Actualmente son pocos los ejemplos: Ignacio Scocco da cátedra en Newell´s, pero el jugador fue quién resigno seguir llenándose los bolsillos de dólares y volver a su primer amor, al que lo vio nacer. Su sublime rendimiento está claramente sustentado por el trabajo grupal y colectivo del cuerpo técnico y compañeros. ¿Y los pibes? ¿Para qué están las inferiores? Los chicos son la salvación de nuestro fútbol, del que nos representa a lo largo y a lo ancho del mundo. Ellos son el complemento perfecto para enriquecer a nivel económico y deportivo a los clubes, a las selecciones nacionales menores y para apostar a seguir manteniendo, aunque sea, el nivel de jerarquía individual que tiene el plantel mayor argentino. Por lo menos en sus inicios, los sueldos son bajos y en un tiempo prudente pueden emigrar a Europa y hacer una diferencia monetaria para ellos y el club. Hecho con criterio, sabiduría, perseverancia y pasión es un negocio 100% redituable para ambas partes. El último fin de semana los jóvenes de Racing hicieron un buen partido ante uno de las mejores instituciones del país. En San Lorenzo se están acostumbrando a jugar de la mano de Juan Antonio Pizzi y ayudaron al equipo a alejarse de la zona de promedios. Independiente no encontraba el rumbo, se hundía en su propia fosa y el joven Adrián Fernández, momentáneo salvavidas del rojo, convirtió dos goles contra Tigre y uno hace diez días en la victoria ante Argentinos Juniors. Está claro que para situaciones de emergencia es más fácil y acertado utilizar a jugadores de experiencia, pero el paraguayo hizo lo que no pudieron hacer hasta entonces Ernesto Farías y Juan Caicedo: goles. En Boca Juniors ocurre algo similar: actualmente cada purrete que entra aporta más que por los jugadores que se gastó millonadas para acercarlos al club. El domingo terminaron jugando siete de once y estuvieron cerca de ganar el derby. Hace bastante que los xeneizes vienen sacando buen material de las divisiones inferiores, ya sean con nivel de selección y futuro en Europa o del montón, pero que al final de cuentas son redituables. En la última década: Fernando Gago, Ever Banega, Nicolás Gaitan, Carlos Tévez, Mauro Boselli y Sergio Araujo, entre los más destacados. Vélez vive un presente perfecto, a pesar de tener jugadores de categoría y de pelear la Copa Libertadores no deja de sacar y utilizar su cantera: Lucas Romero, Fernando Tobio, Gino Peruzzi, Federico Freire, Brian Ferreira, Agustín Allione y Ezequiel Rescaldani, que son utilizados frecuentemente por Ricardo Gareca. Newell´s es una gran institución que subsiste meramente por los jóvenes de las divisiones menores. La dirigencia reforzó al plantel con cuatro distintos (Scocco, Rodríguez, Heinze y Bernardi) que se aggiornan y giran en base a todos los pibes que se vienen promoviendo hace rato y que a algunos los insertó el Tata Martino en primera. A nivel juego, los rosarinos son mejor equipo del país. Sin discusión alguna. Esa prestancia futbolística es en gran parte culpa de la ilimitada cantidad de chicos. Argentina es la mayor industria de juveniles en la faz de la tierra. Simplemente hay que saber trabajar a nivel deportivo, formarlo físicamente, poder aprovechar al máximo a cada promesa en el club que pertenezca, no arrebatar un determinado ciclo por sólo querer ganar dinero y contener a cada uno en la parte anímica. ¿Ganar o formar? El negocio es claro, pero la mayoría no lo entiende.

¿Ganar o formar? Ese el punto en cuestión. Los equipos grandes de Argentina y algunos medianos están padeciendo una crisis que se viene generando hace bastante tiempo y que si no la frenan puede convertirse en una epidemia difícil de curar. Cada año que pasa, los clubes siguen despilfarrando dinero en incorporaciones (ni siquiera refuerzos) inadecuadas y que sólo le producen deudas monetarias a dichos establecimientos.

Salvo los cracks contemporáneos (Messi, Agüero, Higuaín, Lavezzi, Di María), ningún futbolista te garantiza el éxito y la victoria en el fútbol doméstico. Lo cierto es que los presidentes de las instituciones de primera división piensan que, gastando plata y trayendo a los que ya se salvaron en Europa, van a obtener logros inmediatos y que son el remedio para todo lo malo que se viene haciendo hace tiempo. Actualmente son pocos los ejemplos: Ignacio Scocco da cátedra en Newell´s, pero el jugador fue quién resigno seguir llenándose los bolsillos de dólares y volver a su primer amor, al que lo vio nacer. Su sublime rendimiento está claramente sustentado por el trabajo grupal y colectivo del cuerpo técnico y compañeros.

¿Y los pibes? ¿Para qué están las inferiores? Los chicos son la salvación de nuestro fútbol, del que nos representa a lo largo y a lo ancho del mundo. Ellos son el complemento perfecto para enriquecer a nivel económico y deportivo a los clubes, a las selecciones nacionales menores y para apostar a seguir manteniendo, aunque sea, el nivel de jerarquía individual que tiene el plantel mayor argentino. Por lo menos en sus inicios, los sueldos son bajos y en un tiempo prudente pueden emigrar a Europa y hacer una diferencia monetaria para ellos y el club. Hecho con criterio, sabiduría, perseverancia y pasión es un negocio 100% redituable para ambas partes.

El último fin de semana los jóvenes de Racing hicieron un buen partido ante uno de las mejores instituciones del país. En San Lorenzo se están acostumbrando a jugar de la mano de Juan Antonio Pizzi y ayudaron al equipo a alejarse de la zona de promedios. Independiente no encontraba el rumbo, se hundía en su propia fosa y el joven Adrián Fernández, momentáneo salvavidas del rojo, convirtió dos goles contra Tigre y uno hace diez días en la victoria ante Argentinos Juniors. Está claro que para situaciones de emergencia es más fácil y acertado utilizar a jugadores de experiencia, pero el paraguayo hizo lo que no pudieron hacer hasta entonces Ernesto Farías y Juan Caicedo: goles.

En Boca Juniors ocurre algo similar: actualmente cada purrete que entra aporta más que por los jugadores que se gastó millonadas para acercarlos al club. El domingo terminaron jugando siete de once y estuvieron cerca de ganar el derby. Hace bastante que los xeneizes vienen sacando buen material de las divisiones inferiores, ya sean con nivel de selección y futuro en Europa o del montón, pero que al final de cuentas son redituables. En la última década: Fernando Gago, Ever Banega, Nicolás Gaitan, Carlos Tévez, Mauro Boselli y Sergio Araujo, entre los más destacados. Vélez vive un presente perfecto, a pesar de tener jugadores de categoría y de pelear la Copa Libertadores no deja de sacar y utilizar su cantera: Lucas Romero, Fernando Tobio, Gino Peruzzi, Federico Freire, Brian Ferreira, Agustín Allione y Ezequiel Rescaldani, que son utilizados frecuentemente por Ricardo Gareca.

Newell´s es una gran institución que subsiste meramente por los jóvenes de las divisiones menores. La dirigencia reforzó al plantel con cuatro distintos (Scocco, Rodríguez, Heinze y Bernardi) que se aggiornan y giran en base a todos los pibes que se vienen promoviendo hace rato y que a algunos los insertó el Tata Martino en primera. A nivel juego, los rosarinos son mejor equipo del país. Sin discusión alguna. Esa prestancia futbolística es en gran parte culpa de la ilimitada cantidad de chicos.

Argentina es la mayor industria de juveniles en la faz de la tierra. Simplemente hay que saber trabajar a nivel deportivo, formarlo físicamente, poder aprovechar al máximo a cada promesa en el club que pertenezca, no arrebatar un determinado ciclo por sólo querer ganar dinero y contener a cada uno en la parte anímica. ¿Ganar o formar? El negocio es claro, pero la mayoría no lo entiende.