Si existiera la máquina del tiempo, sería bueno viajar a Egipto en el año 1400 A.C, donde comienza la historia de este objeto que hoy en día explota miles de corazones y sentimientos en el mundo entero. En esa época los niños ya jugaban con una pelota que estaba fabricada a base de papiro o arcilla. También los Mayas tenían lo suyo al rellenar pieles con caucho.
Pero los datos más certeros provienen de hace 25 siglos atrás, porque en la antigua China se practicaba un juego, en parte violento, que servía para el contundente entrenamiento de las tropas dependientes al reinado. Este juego consistía en ir pateando con los pies una pelota de cuero crudo, rellena de pelo de caballo, hasta un punto determinado. Con el tiempo se convirtió en un espectáculo y tradición, que se buscó perfeccionar debido a las constantes lastimaduras de los soldados.
A lo largo de su existencia, la pelota fue cambiando su diseño y estructura. Los griegos, por ejemplo, inventaron una con una vejiga de cerdo, que se inflaba con aire por medio de un tubo de madera, parecido al de una caña de azúcar. Ya en el siglo VIII el esférico tomó la forma que se puede ver ahora. Era inflada, de figura redondeada y recubierta de cuero cocido de cebú.
El balón más antiguo que existe en la actualidad se encontró en 1999 y tal vez tenga más de 450 años. Estaba escondido en las vigas del dormitorio de María Estuardo, en el castillo de Stirling, Escocia. La componía una vejiga de cerdo, cosida con un recubrimiento de cuero. Según cuenta la leyenda, la reina solía arrojar el esférico desde su balcón para dar comienzo a los juegos de recreación entre el personal de la Casa Real y los soldados. Los encuentros solían disputarse entre decenas de hombres y el juego se asemejaba más al rugby que al fútbol.
A mediados del siglo XIX se hizo un cierre hermético de la pelota para contener el aire en su interior, se inflaba a pulmón y se podía utilizar tanto para el rugby como para el fútbol. En 1870 surgió la esfera de goma que reemplazó a la vejiga de cerdo y otros modelos antes mencionados. Tan sólo una década después, un artesano de Yorkshire, Inglaterra, creó el balón de cuero dividido en gajos, cosido a mano y con un tiento por el cual se inflaba.
En Bell Ville, Córdoba, Argentina, Luis Polo, Antonio Tosolini y Juan Valbonesi inventaron la pelota sin tiento en 1931. Esta misma consistía en una cámara con una válvula que impedía que se escape el aire una vez inflada mediante el pico. Cinco años después, el 9 de septiembre de 1936 se utilizó por primera vez en un partido de AFA y se la llamó “Superball”. Todos los años se celebra en esa ciudad la Fiesta Nacional de la Pelota en recuerdo de esos tres pioneros, cuyo invento cambió la historia del juego más popular.
Desde sus orígenes, los detalles de la pelota se modificaron de manera constante, desde el tamaño hasta el peso, se hizo más aerodinámica y liviana. La evolución le cambió muchos aspectos, menos la verdadera esencia.
Por Francisco Nutti @FranNutti
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