Las palabras del entrenador son precisas. Independiente se renovó. El entusiasmo y la confianza se transformaron con respecto a lo que fue la última etapa de Américo Gallego. El Rojo superó a San Martín de San Juan por 3 a 1 en un partido clave para definir los puestos de descenso. A los dirigidos por Miguel Brindisi no les pesó la magnitud del encuentro e, inteligentemente, fueron medidos para doblegar al equipo cuyano. En la recta final, El rey de copas demuestra que tiene con que quedarse en la máxima categoría.
El comienzo del Primer Tiempo fue de trámite fue parejo. Medido. Sin embargo, pasados los primeros 10 minutos de juego, Independiente comenzó a inclinar las acciones hacia el campo rival. Esta premisa se desarrolló a lo largo de la primera mitad, teniendo en cuenta que rara vez, Diego Rodríguez fue exigido. El Rojo avanzaba utilizando el ancho del campo de juego, con subidas constantes por parte de Gabriel Vallés y el juvenil Lucas Villalba. El juego visitante proponía más ganas que ideas, ya que cuando buscaba avanzar, no lograba hacer frente ante la presión del rival. La ausencia de Cristian Tula generaba dudas con respecto a la solvencia defensiva, sin embargo la saga compuesta por Leonel Galeano y Claudio Morel Rodríguez se mostró sólida, lo que permitió no extrañar al ex jugador de San Lorenzo. El local insistía, buscaba ponerse en ventaja. A los 25 minutos, tendría su recompensa. Osmar Ferreyra ejecutó un tiro libre cercano al vértice izquierdo del área. Tras un rechazo de cabeza por parte de Lucas Landa, Fernando Godoy capturó el rebote y tras un desvió en un defensor, entró pidiendo permiso al arco, ante un abatido Luis Ardente. Independiente ahogaba sus cuerdas vocales entonando el grito sagrado, en busca de Argentinos Juniors.
Tras el gol, el Rojo se potenció y San Martín se disminuyó aún más. Los cuyanos exponían no estar conscientes de lo que se jugaban, mientras el local se inflaba en confianza para ir en busca de una diferencia mayor. Cuando se iba la primera mitad, Vallés, quién termino siendo clave en la ofensiva, realizó un lateral que, tras ser cabeceado por Adrián Fernández, encontró la posición de Juan Caicedo, quién por fin consiguió su tan preciado bautismo en las redes Argentinas. La participación de los tres mencionados en la jugada fue clave. Sin ser vistosa, requiere de una noción táctica importante para conseguir efectivizar, situación que a lo largo del certamen no le resulto sencilla al Rojo. El Primer Tiempo se marchitaba junto con la ilusión de los de Ruben Forestello de pasar a su más cercano perseguidor. Los de Brindisi se iban al descanso felices por lo desarrollado.
La segunda mitad también encuentra un antes y un después a partir del minuto 10. Hasta allí, las acciones de sucedían de igual manera que en el período anterior. Sin embargo, un óptimo pase entre líneas de Jorge Luna hacia la posición de Humberto Osorio, permitió que éste ganara en velocidad a los defensores y al propio Rodríguez y, de tal forma, definió ante un arco que no ofrecía resistencia alguna. Aquel gol revivía los fantasmas del pasado. Sobre la situación planteada por aquellos minutos, el entrenador opinó: “Hoy tuvimos una prueba con el descuento de ellos. No nos desordenamos, marcamos el tercero y eso fue un alivio. Ese gol alejó los fantasmas. Y más que lo individual, rescato lo colectivo”.
Sin dudas, es así. Independiente, ante tal situación, solía no encontrar el camino. Se desordenaba; se desorientaba. El ingreso de Francisco Pizzini por Fernández, revalidán la confianza del entrenador hacia los jóvenes. El juvenil, al igual que Villalba, no desaprovechó su retorno a las canchas. Con su entrada, el local ganó en velocidad y gravitación por las bandas. Los jovenes buscan derrumbar aquella idea del técnico de apostar por los jugadores de más experiencia. Actualmente, parece muerto aquel concepto.
El paraguayo no se mostraba tan fino como en los anteriores cotejos, aunque desarrolló un aceptable partido. Brindisi apostó a que Caicedo siga en el encuentro, y no se equivocó. El colombiano se mandó. Mezcla de técnica y de empuje, pasó a sus rivales y cuando no podía, progresaba igual a través de rebotes. Luego de la “corajeada”, el Niño definió y, tras un floja respuesta de Ardente, el local justificaba su triunfo y el delantero transformaba sus ganas en goles. A partir de este momento, empezó a aparecer en escena la figura del Ruso. Los Sanjuaninos escenificaron una muestra de amor propio en busca de emparejar el marcador. Sin embargo, el arquero local respondió en todo momento para decretar así el 3-1 final.
Independiente esta embalado. Esta dulce. Los últimos 10 puntos conseguidos en los últimos cuatro partidos avalan tal afirmación. En la carrera, San Martín quedó más atrás. Argentinos Juniors aparece cada vez más cerca, a tan sólo tres unidades, aunque mañana se podrá alejar, dependiendo como salga en su compromiso frente a Belgrano en La Paternal. El calendario indica que el próximo miércoles Boca Unidos será el rival Copa Argentina. Se estima que en tal encuentro, tendrán minutos varios suplentes. “Va a haber una gran posibilidad para los jóvenes”, subrayó Brindisi. El sueño se muda a Córdoba. Independiente esta más vivo y esperanzado que nunca.
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