Todo cambio produce expectativas. Todo cambio significa dejar atrás una etapa. Representa la antesala de una época diferente. Todo cambio acarrea cosquilleos peculiares. Sin embargo, siempre habrá algo que resista a los embates del tiempo. Inmutable, estoico. En el caso de la Selección Argentina de básquet, aquello que permanece impertérrito es su esencia: solidaridad y compañerismo al servicio de una camada joven y sucesora de una generación legendaria.
Guiada por la luz que emana Luis Scola (goleador con 25 puntos) y con una buena eficacia desde los anillos de Saturno (14/21, 67%), Argentina consiguió sus pasajes para la segunda instancia del Premundial 2013, que se disputa en las tierras vinotinto de Caracas. En el último partido de la zona B, el Alma se impuso con claridad sobre México por 98-78. Un suculento resultado que, más allá del aspecto deportivo, demostró que el ADN del conjunto nacional no ha sufrido modificaciones en la última década.
El primer cuarto exhibió un juego altamente eléctrico y con un goleo insaciable. Tanto la Albiceleste como el elenco norteamericano saltaron al parquet con una inusitada efectividad hacia el canasto. En ese contexto, fue Héctor Hernández el componente más destacado: el hombre de Pioneros de Quintana Roo registró 15 puntos en los 10 minutos iniciales (tres triples) y se erigió en un arma peligrosa en el perímetro. El cuadro de Julio Lamas, sin embargo, contó con un tanteo repartido (8 puntos de Scola y un buen aporte desde el banco de suplentes) para dejar el marcador igualado en 26.
A pesar del enorme poder de fuego exhibido por Hernández en el 1C, el quinteto azteca dejó huérfana a su figura en el segundo capítulo. Momentáneamente con una doble base (Nicolás Laprovíttola ingresó para acompañar a Facundo Campazzo), la escuadra sudamericana aprovechó la coyuntura, ajustó clavijas en el aspecto defensivo y maniató a su adversario. A falta de pocos minutos para el descanso, Argentina plasmó un parcial de 9-0 y se retiró del rectángulo de juego en ganancia 40-45.
Las charlas en los vestuarios motivaron a México, que recortó distancias rápidamente y llegó a estar tan solo un punto por debajo en el marcador (53-54). No obstante, y cuando parecía que los jugadores de Lamas no hallaban los caminos, un fantástico triple y falta generado por Selem Safar entregó una deliciosa porción de aire fresco. La acción del tirador de Boca Juniors desencadenó una furiosa racha a favor de los argentinos, quienes comenzaron el chico decisivo con una ventaja de 11 unidades (59-71).
Argentina jugó el último cuarto con tranquilidad y con el reloj como sexto hombre. La ventaja conseguida en el 3C representó un colchón lo suficientemente confiable para manejar las acciones del encuentro a placer. El equipo de Sergio Valdeomillos, impulsado por su capítan Gustavo Ayón (5), intentó recortar brechas por puro amor propio, pero la desesperación reinó en su seno y no concretó su meta. Así, la tripulación de Lamas sepultó el invicto mexicano en este certamen. Ahora, resta esperar por la siguiente fase y seguir alimentando ilusiones.
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