Los pasaron por encima. Los superaron todo el tiempo. Los Leones no dejaron que Alemania respire. Lo golearon 5-0 con autoridad, como si ya hubiesen jugado muchas semifinales olímpicas (es la primera que juegan). El actual bicampeón no pudo hacer nada para superar a los de Retegui. El primer cuarto fue todo celeste y blanco. Los leones salieron a morder desde el minuto cero y rápidamente se pusieron en ventaja con tres goles de Gonzalo Peillat.
Los Leones no se quedaron, ni aflojaron nunca. Salieron a jugar el segundo cuarto con los dientes apretados. Durante todo el encuentro dio la sensación de que cada jugador argentino jugaba el partido de su vida. La garra, la entrega y el sacrificio colectivo fueron tres ejes fundamentales para el equipo de Carlos Retegui. El segundo tiempo solo hubo que aguantar. Alemania empezó a atacar con desesperación pero tan solo pudo convertir dos goles. Juan Manuel Vivaldi tuvo mucho que ver, con muy buenas atajadas, ayudó a que el reloj vaya corriendo y el tiempo se acabe. El cuarto gol lo marcó Joaquín Menini luego de una extraordinaria jugada de Agustín Mazzilli. En el último cuarto, Lucas Vila, sacó un bombazo para el quinto.
Argentina no para un segundo de crecer. El final fue conmovedor. Los Leones abrazados con Carlos Retegui en el medio. El Chapa con un hilo de voz les dijo “Muchachos no terminó esto, no entreguen el torneo, vamos por la gloria”, quebrando la garganta y los sentidos de todos nosotros. Como si fuese poco esto, el entrenador argentino fue a abrazar a los jugadores alemanes, que desconcertados lloraban en el suelo.
Los leones ya se aseguraron la de plata, pero son de oro. Ya está. Poco importa lo que pase con Holanda o Bélgica. Este equipo logró lo que parecía imposible. Los Leones nos regalaron todo. Y si en la final no se da, si nos quedamos en las puertas del oro, si la victoria definitiva nos roza la mano, si nos quedamos camino al cielo, juremos con gloria morir.
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