La ansiedad que generó la primera edición de Arena Tour hizo que la espera para el segundo capítulo fuese más larga. Todo terminó cuando el anunciador Pablo Bañares apareció adentro de la jaula para dar inicio en el mítico buy Nexium Jul 19, 2015 – metoclopramide tablets pharmacokinetics, where to buy metoclopramide , metoclopramide online uk, metoclopramide 10mg tablets buyВ online from Canada Drugs, an online Canadian Pharmacy that offers free shipping on all orders of discount Nexium. Luna Park a una cartelera que prometió y cumplió con creces.
La primera pelea de la velada fue Víctor Borda–Maximiliano Aldao. Ambos contendientes no decepcionaron en nada, ya que dejaron todo. Borda fue superior a Aldao, quien aguantó los embates de su rival e incluso tuvo alguna posibilidad de finalizarlo. Terminó siendo triunfo por decision unánime para el debutante, quien fue reconocido incluso por su vencido. A continuación fue el primer combate internacional, entre otro quien peleó por primera vez, Martín Torres, y el invicto chileno Víctor Valenzuela. A pesar de un buen arranque del argentino, el trasandino terminó alzándose con el triunfo gracias a una palanca de brazos en la vuelta inicial.
Otra sumisión de un extranjero frente a un argentino fue la del peruano Martín Mollinedo frente al “Tano” Nicolás Sopranzi gracias a un estrangulamiento D’arce. Parecía que la tendencia de aquel 7 de diciembre en La Rural, con muchos sometimientos en la vuelta inicial se estaba repitiendo. Pero en el primer combate entre extranjeros apareció el nocaut: el brasileño Alexandre Hoffmann “durmio” con un rodillazo al chileno Iván Galaz, también en los primeros cinco minutos de pelea. Aquel “cloroformo” terminaría siendo a la postre el nocaut de la noche.
El combate más cerebral de la noche fue el que planteó Ezequiel Ricci frente a su tocayo Ezequiel Coslovsky quick essay writing help , ganador en AT1. El “Chino” trató de mantener distancia para evitar los derribos de “Uchimata”, y se llevó las dos vueltas iniciales con pocos golpes, algo que generó la reprobación del público. En la tercera vuelta, aprovechando la desesperación de su contrincante, el hombre de GOA noqueó al de Gracie San Miguel mediante golpes.
Igualmente, los espectadores cambiaron el humor con la aparición del carismático cubano (radicado en Buenos Aires) Guillermo Martínez Ayme, quien se convirtió en uno de los favoritos del público. Si bien, a pesar de tener un buen arranque, tuvo momentos de zozobra frente al chileno Cristóbal González, un slam (azote) al límite, y luego golpes de puño concretaron el nocaut del centroamericano.
La temperatura subió aún más con el combate entre los argentinos Pablo Dhorta y Víctor Oyarzábal, otra gran batalla que tuvo la noche en el Palacio de los Deportes. A diferencia de Borda-Aldao, fue un trámite más parejo, pero los últimos instantes de Oyarzábal inclinaron la balanza a su favor en el fallo de los jurados (decisión dividida). También hubo decisión dividida en el combate siguiente, pero fue una situación más controvertida: el brasileño Bruno Cro Cop Soares Lobato fue más que Fernando Martínez, sin embargo, un jurado dio victoria para el “Pitbull” y otro empate en 30. Esta inexplicable determinación generó que el local reconociese que su rival tendría que haber sido el ganador. Todo un gesto de honestidad.
Donde sí hubo victorias brasileñas fue en los dos combates siguientes: Dirlei Mao de Pedra Broenstrup realizó en la vuelta inicial un toe hold a Rogelio Ortíz que, afortunadamente, fue detenido a tiempo por el árbitro Carlos Villamor. Y luego, llegó la que tranquilamente pudo haber sido la Performance de la Noche, de haber sido este un evento de UFC: Ricardo Tirloni, hombre de Bellator que fue autorizado a pelear en Buenos Aires, hizo un monólogo de casi 10 minutos frente a Esteban “Houdini” Bonaveri, quien terminó con la cara literalmente destrozada por los constantes golpes que hicieron que su esquina tire la toalla cerca del final de la segunda vuelta.
La frutilla del postre fue Nazareno Malegarie, quien, tal como ocurrió en Palermo a finales el año pasado, demostró por qué es uno de los mejores sudamericanos no brasileños en MMA. El brasileño Naldo Guerra duró dos minutos más que Vitor Pastoriza, pero igual se llevó de recuerdo una sumisión del arrecifeño (triángulo de brazo).
Muy buenas peleas, mucho show (a las entradas del primer evento se le sumó también el uso del mapping en la jaula a la hora de presentar a los peleadores; además hubo un breve show de fuegos artificiales antes del último combate) y un marco inmejorable (un Luna Park lleno), hicieron que la espera de 105 días valiese la pena. Ahora, a esperar al Episodio 3.
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