La decisión de David Nalbandian de decirle adiós al tenis tiene un lado B. Más allá de lo que implica la partida del último grande La Legión, hay que mirar para adelante. Y allí se ve la Copa Davis 2014.
Argentina arrancará ante Italia como local, y tiene un buen cuadro por delante. Podría jugar todo el certamen en el país, algo que representa mucho más que una ventaja. Pero el no poder contar con el Rey debilita al equipo albiceleste. Sin el líder, surge la necesidad de uno nuevo.
Y ahí aparece Juan Martín Del Potro. O debería aparecer, mejor dicho. El sueño de la ensaladera debe permanecer intacto más allá de Nalbandian y eso depende, en gran parte, del tandilense.
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Raqueta número uno de nuestro país, Delpo decidió no ser parte de la Davis en 2013. Y cumplió, a pesar de que los dirigidos por Jaite llegaron a semifinales y una actuación suya hubiera cambiado las cosas. La palabra es más fuerte que el resultado, decíamos hace un tiempo, y es respetable.
Pero el 2014 que se avecina es distinto. Es hora de que La Torre tome las riendas, se ponga el traje de héroe (que ya usó, claro) y se cargue el equipo al hombro. Con él, el sueño se mantendrá firme.
Jaite y Zabaleta serán los encargados de rodearlo de la mejor manera posible. Juan Mónaco tuvo buenas victorias ante Alemania y Francia este año, pero decayó en Praga. Será necesario un segundo singlista que pueda dar garantías en cualquier superficie.
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También permanece la deuda del dobles. Todavía no se ha encontrado a una pareja estable y rendidora. Acá está el gran hueco que deja David. Zeballos, Schwank y Berlocq son los nombres, veremos quiénes se quedarán con el lugar.
El último partido de Juan Martín en Copa Davis fue en el primer punto de la serie de semifinales ante República Checa, en 2012. En un Parque Roca repleto, derrotó a Stepanek por 6-4, 6-4, 6-2 y puso a Argentina arriba. Luego se bajó del cuarto partido ante Berdych por dolores en su muñeca y los checos pasaron a la final. Hubo silbidos el domingo cuando se anunció su nombre. Del Potro deberá dejar el pasado atrás y pensar en el lado B del retiro de Nalbandian. Deberá mirar hacia delante y ver que es su turno.
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