Entrar en el salón de la fama de un deporte no es para cualquiera, llegar hasta ese escalafón, ser respetado por tus compañeros y rivales tampoco. Por eso Kobe supo a base de categoría y esfuerzo ganarse un lugar entre los mejores.
Se despidió a lo grande, con un partido sin fisuras y sumando 60 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y una tapa, para que el final sea con una sonrisa ante Utah por 101-96. Pese a que su equipo no se clasificó a los plays off y hubiese sido ese, quizás, su mejor despedida.
Hay jugadores que a lo largo de su carrera se van transformando en sinónimo de éxito, y el oriundo de Filadelfia tenía marcado en su camino ese destino. No es casualidad que solo haya jugado para los Lakers porque también se trata de eso, de respeto, de historia e identificación con los colores. Y él también lo buscó ya que en el draft había sido seleccionado por los Hornets pero en su momento se expresó por medio de su agente para que esto no termine ocurriendo.
Bryant supo ser uno de los mejores escoltas, pero era tal su capacidad que también pudo jugar y de gran manera como alero o base, dándole opciones y variantes a sus entrenadores. Fue elegido entre los mejores cinco jugadores en 11 temporadas y dijo presente en 14 ocasiones para jugar el All-StarGame.
Cuando emblemas tales como Magic Johnson, Michael Jordan y Shaquille O´neill dan tan buenas referencias sobre un jugador es porque algo entienden de todo esto, eminencias en el básquet y sin dudas con autoridad para dar referencia sobre otro. A esta lista se suman nombres tales como Ronaldinho o Messi que destacaron la categoría de “Black Mamba”.
Su carrera fue de menor a mayor, entrando en algunos encuentros para sumar en confianza y poder estar en sintonía con el primer equipo, pero sería poco el tiempo para que todos se dieran cuenta que “Vino” debía estar adentro de la cancha. Su salto final se dió con la llegada de Phil Jackson donde además encontró un gran socio, Shaq. El pivot supo entenderse a la perfección y juntos consiguieron tres anillos consecutivos (2000/01/02).
Su primera decepción llego en 2003 ante los Pistons, y las malas noticias no pararon ahí, sino que al año siguiente su ladero se mudó a Miami y la sequía de títulos duró 3 temporadas. Las dudas y cuestionamientos no tardaron en llegar, hasta se llegó a pensar en que podría jugar con otro equipo. Pero nada de esto ocurrió y por el contrario fue el jugador más valioso (MVP) de la temporada 2007/08, donde compitió con LeBron James y Chris Paul. Ese año fue el puntapié inicial para volver a levantar dos títulos.
Tras dos grandes comienzos en las temporadas regulares los Angeles Lakers llegaron a las finales y quién apareció fue el número 24 con un show aparte, defensivamente y en ataque ante Orlando Magic. Al año siguiente ante Bolton Celtics también deslumbró a todos con sus movimientos y puntos. Luego llegaron las lesiones, las semifinales fallidas, pero algo bueno hubo en el camino y fue que consiguió la marca de al menos 25.000 puntos, 5000 rebotes y 5000 asistencias en la NBA.
Párrafo aparte para su actuación con la selección de los Estados Unidos, en un plantel plagado de súper estrellas, él nuevamente se hizo notar y siempre fue clave en cada cotejo. Jugó 26 encuentros, sumó 370 unidades, y se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
El momento más complicado de su vida seguramente fue fuera de una cancha, tras recibir la acusación de agresión sexual a Katelyn Faber, empleada de un hotel donde se hospedaban los jugadores. Tras pagar una fianza de 25.000 dólares y pedir disculpas de manera pública se levantaron los caros, pero todo este escándalo tuvo sus consecuencias y las principales marcas que lo auspiciaban dejaron de hacerlo.
Sin dudas el retiro de Kobe marcó una era, un estilo y un momento eterno en el deporte, veremos que le depara en el futuro a este crack, que sin dudas seguirá triunfado en la vida, siendo un ejemplo para propios y extraños. Eternamente Bryant.
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