Punto De Vista

Lescano vs Agapornis : Soldados de Pablito

En esta batalla que Pablo Lescano acaba de empezar, en Rock ‘N Ball ya sabemos de qué lado de la mecha nos encontramos. Pablito, el líder de Damas Gratis y el creador de la “Cumbia Villera” (cómo lo bautizaron las discográficas, a pesar de él), un estilo que empezó cuando manejaba la parte compositora de “Flor de Piedra” en el anonimato, tiene razón. Después de su etapa en “FDP”, Lescano quiso ser protagonista de su propia banda. Creó “Damas Gratis” y ya nada pudo pararlo. Con aquella Laura a la que se le veía la tanga –y que bailó hasta Susana Giménez- impactó de lleno a lo careta de la sociedad. Les hizo escuchar, cantar, bailar y luego aceptar que a las chicas se les podía ver la tanga y cantarlo estaba bueno. Estaba buenísimo. Pablo 1- Chetaje 0. Ahora, en este momento de la industria musical, donde el Pro-tools es amo y señor –Y Pablo lo sabe manejar a la perfección- surgen grupos como Agapornis, que vive de resignifcar la lírica y la música de otros. Sin ser músicos quienes tocan, sin ser cantante la –belleza- que canta. Todo prefabricado. Todo de durlock. Y Pablo, que sabe más que nadie lo que costó tener su “casa propia”, levantarla ladrillo a ladrillo, estalló. Está enojadísimo con los Premios Carlos Gardel y, sobre todo, con Agapornis. Una banda que, buena, mala, regular, tiene dos verdades irrefutables 1)  Es una banda de Covers 2)  Tiene a la industria atrás, sosteniéndola para que no se caiga y poniéndola en todos lados. Pablo Lescano no tuvo nada de eso. Cuando se puso a escribir lo que vivía día a día y le metió música, gestó la música villera. Un género que primero causó sorpresa, luego estupor, después malestar y por último aceptación y se masificó. De ser “chocante” y atrevido, pasó a ser piola e inclusivo. Los chetos podían bailarla y estaba todo bien. Lescano ganó esa batalla. Si hasta llegó a tener un imitador en Miguel del Sel. Señal inequívoca que había trascendido la cumbia y la noche. Ya era una figura de la cultura popular. Las letras que hacia quizás no eran poéticas, ni tenían un sentido lírico profundo, más bien eran pícaras, reales, crudas, por momentos graciosas y escritas con el vocabulario de la villa, a saber “Gato”, “botón”, “Anti”, “rescate”, “amotinen” y más. Pero contaban lo que hacía un Lescano en pleno reviente, antes de sus hijos y antes de “rescatarse”. Detrás de esos “wipi”, detrás de esos pelos largos, detrás de esos sintetizadores, se esconde el padre de una movida que trajo tras de sí una catarata de bandas que hicieron la misma, pero nunca tan bien como Lescano. Lescano no tuvo dramas, jamás, en ponerle los puntos a sus competidores. Con su lírica tan directa y descarnada, destrozó a “Pibes Chorros”; la primera copia de Damas Gratis que hizo ruido. En el tema “Tres teclados al pedo”, Lescano dijo lo que pensaba: "¡Para vos, Chatrán, bigote! / Tenés tres teclados al pedo / y un negro que grita «¡Miau!» / Lavataper gato, negro / te cansaste de robarme todos los punteos / estás zarpado de rastrero / esta canción te voy a dedicar" Sí, no hay lugar a segundas lecturas. Es que entre todo lo que sucedió con la “Cumbia Villera”, ascenso, apogeo y sumersión del género la única banda que sigue en pie –y no es casualidad- es Damas Gratis, la que Pablo Lescano comanda. Es que Pablo Lescano es el más rockero de los cumbieros, mucho más rocker, incluso, que el tan mentado Chano y su Tan Biónica. No le hace falta colgarse una strato y clavar un solo Claptoniano. No, Lescano tiene actitud rock y por eso puede compartir la mesa con la gente de Catupecu Machu, grabar con bandas del palo e incluso producirlas. Porque las entiende. Porque en definitiva, todo es música. Y si sabes de música, todo piola. Lescano sabe. Y sabe mucho. No olvidemos, además, que su órgano llegó a escucharse en el mismísimo estadio de River. Si, la cumbia llegó al monumental de la mano de Pablo Lescano. El mismo lugar en el que tocaron Los Stones. De la mano de Los Fabulosos Cadillacs, el cantante de Damas Gratis se hizo escuchar en el césped del club de Núñez. Pero su trabajo no quedó solamente relegado a "una presentación".  Músicos de vanguardia y de otros ritmos lo buscan. Él selecciona, piensa y elige con quien trabajar. Dancing Mood, Andrés Calamaro, Kevin Johansen y León Gieco -entre otros-  trabajaron con él.   Lo que hizo ayer contra Agapornis es, hasta lógico. Se trata de una banda que, insistimos, no pasa de ser una banda de chicos bien que se juntó a bromear en torno a unos instrumentos justo cuando se dio cuenta que ESO era lo que la Industria necesitaba. No sólo música prefabricada, sino música ya escrita readaptada. Cero laburo. Pura interpretación y banalización. No comulga con la idea de un tipo que, en declaraciones a la Rolling Stone, aseguró una vez: “No me veo fuera de la música. Y si no pintan shows, haré gira por cabarets, tocando por la coca y la empanada”. Lescano es uno de los mejores productores de este país, su origen musical hace que muchos lo subestimen, pero es un incasable trabajador y un tipo que, sobre todo, sabe de música. Por eso, es lógico que la vena le reviente cuando ve que los laureles son para los covers, y encima los covers, todos, de una misma compañía. SON Yncreíbles esas cosas. [youtube 5T1QYdhq-j4] “Giles, música tropical?? Llegan a tocar en un baile y se los cogen de parados!!”, puso en uno de sus tuits de ayer. Ese es Lescano. Nunca jamás cambió su manera de expresarse. El éxito tremendo de Damas Gratis no lo cambió. Y si él lo pudo generar es porque no es ningún boludo, hablando mal y pronto. Agapornis llegó para disputar lugares que eran de Damas Gratis. Fiestas privadas, shows nocturnos, presentaciones fugaces en boliches. Empezó a comer de la torta que le pertenecía a D$ G$ y a las bandas del género. La diferencia es que las bandas del género casi que quedaron knock out, hoy la noche es de “Los Del Fuego”, “Los Totora”, “Los Pera de Goma” y “Agapornis”, mientras que “Pibes Chorros”, “Yerba Brava”, “Supermerk-2”, “Los Gedes” y más quedaron relegados y algunas hasta ya han pasado a la historia. “Damas Gratis” no. Sigue ahí, viva y coleando. Es que su líder y mentor sabe cómo es esto: "Acá no es como el rock, que los fans te van a ir a ver para siempre. Para seguir vivo, tenés que grabar un disco bueno. Sino, chau. Fuiste. Nosotros metemos dos o tres temitas piolas por álbum para refrescar la propuesta, y así nos logramos mantener”. [youtube cRgDYpU_wMk] Lescano, una vez más, supo reinventarse. Ya con más de 30 años, supo editar por “Pelo”, un sello rockero y encontrarse con Los Fabulosos Cadillacs, Fidel Nadal y Calle 13. El que mezcló la cumbia con el reggae, con la electrónica y todo lo hizo con una actitud rocker que le generó aceptación en todos los ámbitos. Lescano es músico y productor, hace rato dejó atrás el rótulo de mero “cumbiero”. Quizás por eso tiene la inteligencia como para que esta ola de bandas-cover no lo tape. Ayer lo puso claro en uno de sus tuits: “¿Por qué no dicen que el mismo día que Damas Gratis tocaba en el Luna Park, ellos hacían el club GEBA y no vendieron ni una entrada a los parientes?”. Game, set and match. En igualdad de condiciones, tocando en capital, en sendos recitales, Damas Gratis sigue goleando. Para muestra vale un botón. En el último disco de Damas Gratis conviven Andrés Calamaro, la mexicana Nayeli, hay una versión de un legendario cantante santiagueño Koli Arce y, de yapa, una versión de “Sos un botón", tema hito en la cumbia villera que popularizó “Flor de Piedra” y compuso…Lescano. Todo tiene que ver con él. La cumbia villera, la que vino después de “Red”, “Green”, “Comanche”, “Los Charros”, “La Nueva Luna”, la denominado Cumbia noventosa, y luego del boom de Rodrigo y el cuarteto, llegó, triunfó, se cayó y resiste. Resiste en el teclado y en la cabeza de Pablito Lescano. ¿Agapornis? Lo definió el propio Lescano, en un tuit: “Te dicen Serrucho de goma!! Por qué? Porqué no cortas ni una entrada”. ¿Guerra? No, esto es un paseo. El rival no está a la altura. Por @JavierHGarcia, @ElenaJuanes y @Fglamas

En esta batalla que Pablo Lescano acaba de empezar, en Rock ‘N Ball ya sabemos de qué lado de la mecha nos encontramos. Pablito, el líder de Damas Gratis y el creador de la “Cumbia Villera” (cómo lo bautizaron las discográficas, a pesar de él), un estilo que empezó cuando manejaba la parte compositora de “Flor de Piedra” en el anonimato, tiene razón. Después de su etapa en “FDP”, Lescano quiso ser protagonista de su propia banda. Creó “Damas Gratis” y ya nada pudo pararlo.

Con aquella Laura a la que se le veía la tanga –y que bailó hasta Susana Giménez– impactó de lleno a lo careta de la sociedad. Les hizo escuchar, cantar, bailar y luego aceptar que a las chicas se les podía ver la tanga y cantarlo estaba bueno. Estaba buenísimo. Pablo 1- Chetaje 0.

Ahora, en este momento de la industria musical, donde el Pro-tools es amo y señor –Y Pablo lo sabe manejar a la perfección- surgen grupos como Agapornis, que vive de resignifcar la lírica y la música de otros. Sin ser músicos quienes tocan, sin ser cantante la –belleza- que canta. Todo prefabricado. Todo de durlock. Y Pablo, que sabe más que nadie lo que costó tener su “casa propia”, levantarla ladrillo a ladrillo, estalló. Está enojadísimo con los Premios Carlos Gardel y, sobre todo, con Agapornis. Una banda que, buena, mala, regular, tiene dos verdades irrefutables

1)  Es una banda de Covers
2)  Tiene a la industria atrás, sosteniéndola para que no se caiga y poniéndola en todos lados.

Pablo Lescano no tuvo nada de eso. Cuando se puso a escribir lo que vivía día a día y le metió música, gestó la música villera. Un género que primero causó sorpresa, luego estupor, después malestar y por último aceptación y se masificó. De ser “chocante” y atrevido, pasó a ser piola e inclusivo. Los chetos podían bailarla y estaba todo bien. Lescano ganó esa batalla. Si hasta llegó a tener un imitador en Miguel del Sel. Señal inequívoca que había trascendido la cumbia y la noche. Ya era una figura de la cultura popular.

Las letras que hacia quizás no eran poéticas, ni tenían un sentido lírico profundo, más bien eran pícaras, reales, crudas, por momentos graciosas y escritas con el vocabulario de la villa, a saber “Gato”, “botón”, “Anti”, “rescate”, “amotinen” y más. Pero contaban lo que hacía un Lescano en pleno reviente, antes de sus hijos y antes de “rescatarse”.

Detrás de esos “wipi”, detrás de esos pelos largos, detrás de esos sintetizadores, se esconde el padre de una movida que trajo tras de sí una catarata de bandas que hicieron la misma, pero nunca tan bien como Lescano. Lescano no tuvo dramas, jamás, en ponerle los puntos a sus competidores. Con su lírica tan directa y descarnada, destrozó a “Pibes Chorros”; la primera copia de Damas Gratis que hizo ruido. En el tema “Tres teclados al pedo”, Lescano dijo lo que pensaba: “¡Para vos, Chatrán, bigote! / Tenés tres teclados al pedo / y un negro que grita «¡Miau!» / Lavataper gato, negro / te cansaste de robarme todos los punteos / estás zarpado de rastrero / esta canción te voy a dedicar” Sí, no hay lugar a segundas lecturas. Es que entre todo lo que sucedió con la “Cumbia Villera”, ascenso, apogeo y sumersión del género la única banda que sigue en pie –y no es casualidad- es Damas Gratis, la que Pablo Lescano comanda.

Es que Pablo Lescano es el más rockero de los cumbieros, mucho más rocker, incluso, que el tan mentado Chano y su Tan Biónica. No le hace falta colgarse una strato y clavar un solo Claptoniano. No, Lescano tiene actitud rock y por eso puede compartir la mesa con la gente de Catupecu Machu, grabar con bandas del palo e incluso producirlas. Porque las entiende. Porque en definitiva, todo es música. Y si sabes de música, todo piola. Lescano sabe. Y sabe mucho.

No olvidemos, además, que su órgano llegó a escucharse en el mismísimo estadio de River. Si, la cumbia llegó al monumental de la mano de Pablo Lescano. El mismo lugar en el que tocaron Los Stones. De la mano de Los Fabulosos Cadillacs, el cantante de Damas Gratis se hizo escuchar en el césped del club de Núñez. Pero su trabajo no quedó solamente relegado a “una presentación”.  Músicos de vanguardia y de otros ritmos lo buscan. Él selecciona, piensa y elige con quien trabajar. Dancing Mood, Andrés Calamaro, Kevin Johansen y León Gieco -entre otros-  trabajaron con él.

 

Lo que hizo ayer contra Agapornis es, hasta lógico. Se trata de una banda que, insistimos, no pasa de ser una banda de chicos bien que se juntó a bromear en torno a unos instrumentos justo cuando se dio cuenta que ESO era lo que la Industria necesitaba. No sólo música prefabricada, sino música ya escrita readaptada. Cero laburo. Pura interpretación y banalización. No comulga con la idea de un tipo que, en declaraciones a la Rolling Stone, aseguró una vez: “No me veo fuera de la música. Y si no pintan shows, haré gira por cabarets, tocando por la coca y la empanada”.

Lescano es uno de los mejores productores de este país, su origen musical hace que muchos lo subestimen, pero es un incasable trabajador y un tipo que, sobre todo, sabe de música. Por eso, es lógico que la vena le reviente cuando ve que los laureles son para los covers, y encima los covers, todos, de una misma compañía. SON Yncreíbles esas cosas.

“Giles, música tropical?? Llegan a tocar en un baile y se los cogen de parados!!”, puso en uno de sus tuits de ayer. Ese es Lescano. Nunca jamás cambió su manera de expresarse. El éxito tremendo de Damas Gratis no lo cambió. Y si él lo pudo generar es porque no es ningún boludo, hablando mal y pronto.

Agapornis llegó para disputar lugares que eran de Damas Gratis. Fiestas privadas, shows nocturnos, presentaciones fugaces en boliches. Empezó a comer de la torta que le pertenecía a D$ G$ y a las bandas del género. La diferencia es que las bandas del género casi que quedaron knock out, hoy la noche es de “Los Del Fuego”, “Los Totora”, “Los Pera de Goma” y “Agapornis”, mientras que “Pibes Chorros”, “Yerba Brava”, “Supermerk-2”, “Los Gedes” y más quedaron relegados y algunas hasta ya han pasado a la historia. “Damas Gratis” no.

Sigue ahí, viva y coleando. Es que su líder y mentor sabe cómo es esto: “Acá no es como el rock, que los fans te van a ir a ver para siempre. Para seguir vivo, tenés que grabar un disco bueno. Sino, chau. Fuiste. Nosotros metemos dos o tres temitas piolas por álbum para refrescar la propuesta, y así nos logramos mantener”.

Lescano, una vez más, supo reinventarse. Ya con más de 30 años, supo editar por “Pelo”, un sello rockero y encontrarse con Los Fabulosos Cadillacs, Fidel Nadal y Calle 13. El que mezcló la cumbia con el reggae, con la electrónica y todo lo hizo con una actitud rocker que le generó aceptación en todos los ámbitos. Lescano es músico y productor, hace rato dejó atrás el rótulo de mero “cumbiero”. Quizás por eso tiene la inteligencia como para que esta ola de bandas-cover no lo tape. Ayer lo puso claro en uno de sus tuits: “¿Por qué no dicen que el mismo día que Damas Gratis tocaba en el Luna Park, ellos hacían el club GEBA y no vendieron ni una entrada a los parientes?”. Game, set and match. En igualdad de condiciones, tocando en capital, en sendos recitales, Damas Gratis sigue goleando.

Para muestra vale un botón. En el último disco de Damas Gratis conviven Andrés Calamaro, la mexicana Nayeli, hay una versión de un legendario cantante santiagueño Koli Arce y, de yapa, una versión de “Sos un botón“, tema hito en la cumbia villera que popularizó “Flor de Piedra” y compuso…Lescano. Todo tiene que ver con él. La cumbia villera, la que vino después de “Red”, “Green”, “Comanche”, “Los Charros”, “La Nueva Luna”, la denominado Cumbia noventosa, y luego del boom de Rodrigo y el cuarteto, llegó, triunfó, se cayó y resiste. Resiste en el teclado y en la cabeza de Pablito Lescano. ¿Agapornis? Lo definió el propio Lescano, en un tuit: “Te dicen Serrucho de goma!! Por qué? Porqué no cortas ni una entrada”. ¿Guerra? No, esto es un paseo. El rival no está a la altura.

Por @JavierHGarcia, @ElenaJuanes y @Fglamas