El primer cruce con Patricio Santos Fontanet se dio en el pasillo que une la puerta de calle con la sala de la banda. Ahí, mientras entrabamos buscando pronto refugio del frío, Pato nos miró, saludó al pasar y se fue al baño. Luego, antes de sentarse, procuró que estuviera el mate listo, las facturas sobre la ‘conga’ para ser desgustadas -“son del barrio, eh”-, confirmó, más adelante. Es que Pato siempre fue esto: un tipo simple, de barrio, más preocupado porque esté el agua para el mate que por otras cuestiones más inherentes a un rockstar. Es que Patricio Santos Fontanet no es un rockstar. Es un hombre que la pegó con la banda de su barrio, con sus amigos, en su lugar en el mundo. Después sobrevino Cromañón y la mirada de Pato ya nunca fue la misma. Ni tampoco la de Christian Dios Torrejón, el ex bajista de Callejeros y actual hombre de las cuatro cuerdas en la banda que tributa a Don Osvaldo Pugliese desde su nombre.

En los ojos de Pato y de Dios está Cromañón. En esa tristeza que parece siempre estar ahí, por más mate que corra, y por más alegre que sea la anécdota. Quizás, quién mejor lo definió haya sido Luis Lamas, baterista de Ojos Locos y también sobreviviente de la Tragedia. Claro, Ojos fue ‘soporte’ de Callejé la noche del 30 de diciembre. “Cromañón siempre te acompaña y nunca duerme”, tiró con una claridad a la que luego sobrevino el silencio que sólo acompaña a las grandes verdades cuando son reveladas.

Es eso.

Podrán pasar los años, los discos, el éxito o no, la guita o no, pero dos cosas nunca se irán: la notoriedad que nadie quiso y la sombra de la tragedia tras cada paso que dé. Sin embargo, para algunas varias personas, eso no es suficiente castigo para Patricio, Dios y los otros ex integrantes de Callejeros. Los quieren presos, los quieren tras las rejas, desconociendo tal vez, que Pato, Dios, Juancho, Elio y Maxi están presos de por vida. De su tragedia y de su leyenda. De su suerte y de su castigo. De su presente y de su pasado.

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RNB: ¿Cómo están? Están esperando el resultado de la audiencia y ahí nomás de encerrarse a grabar, ¿cómo llevan las dos caras de los que le toca vivir?

Pato: Con lo judicial estamos atentos a lo que pase. Nos importa no solamente está instancia, también las que vengan. Es un poco lo que empezamos a tratar de hacer ese año, a discutir un poco la opinión y nuestra postura en lugares donde no lo veníamos haciendo. Estamos peleando por la absolución y en caso que no pase vamos a seguir discutiendo, pero la reivindicación de lo nuestro, que es hacer música, al grabar un disco se fortalece. Estás haciendo algo que, por ejemplo, Cristian y yo hace 7 años que no hacemos… Hace 7 años que no grabamos. Le damos mucha importancia en este momento a eso. Eso nos reafirma lo que pensamos. Y aparte nos da la posibilidad de volver a expresarnos después de 7 años. Ese tiempo sin grabar, para el que lo venía haciendo, ponele, cada dos años, es un montón. En serio, tenemos la necesidad de grabar este disco. Y después de poder tocarlo en los recitales. Una cosa por ahí no es tan compatible con la otra, pero te aclara mucho más el panorama y también las ideas a la hora de enfrentar lo judicial. Hablo del estar trabajando y de estar trabajando de lo que nos gusta. No estamos ni en una nube, ni tampoco sobrepasados por la situación. Estamos tratando de atender las dos cosas dentro de nuestras posibilidades, pero convencidos. Sobre todo eso. Una cosa sí contribuye al convencimiento para enfrentar la otra. Esto se dio medio de casualidad, nosotros en esta época del año ya queríamos tener el disco grabado, pero no llegamos y lo estamos empezando el próximo lunes. Queremos dejar registrado lo que venimos tocando acá en la sala. Tenemos ganas de escucharlo y que la gente también lo escuche.

Luis: Es un contrapeso importante. Por un lado se reciben golpes, calumnias, injurias, estigmatización y lo del disco nos ayuda mucho a sobrellevar esas situaciones adversas donde nos pone la Justicia. Bah, Casación. No hay que olvidarse que el TOC 24 los absolvió, por unanimidad. Después, la Sala III de Casación interpreta un resumen que le llega arbitrariamente y llevó a los chicos a estar condenados y presos inconstitucionalmente. Y corrió de foco y de eje la causa. Para soportar eso tenés que tener un contrapunto importante para seguir sobrellevando la vida.

RNB: El otro día en la audiencia me sorprendió que los testimonios de los abogados de ustedes tenían exposiciones muchos más claras y concisas, citando incluso jurisprudencia. Y los de la querella no. Era una cosa muy burda, no sé cómo decirlo…

Pato: Y hubo cosas inventadas. El incendio de Ojos Locos nunca pasó. Y el fiscal (NdR: Raúl Plee) dijo cosas que son mentira. Lo único que se me ocurre es que estén apuntando a que los jueces no hayan leído la causa. Y están tirando, a ver si una queda. Me parece terrible, a diez años y medio, vos que sos el que acusa, con el convencimiento que tenés que tener, con la libertad de, en este momento, seis personas, que al menos te remitas a los hechos y digas la verdad desde tu óptica. Pero si vos te ponés a mentir…A mí…yo sé que el trabajo del fiscal un poco es eso. Pero no suma en absoluto. Al margen que vayamos presos, nos condenen o quedemos absueltos, queremos que se discutan los hechos como fueron. Si no, no le sirve a nadie. Más en esta cuestión, que es grande e incluye a un montón de sectores de la sociedad.

Luis: Para que Cromañón no vuelva a ocurrir, se debería focalizar en lo que realmente pasó. Como se desencadenaron las diferentes situaciones para llegar a esa tragedia. Nosotros, la gran mayoría, ya somos padres y queremos que el día de mañana nuestros hijos vayan a un lugar y estén seguros. Lo mejor que podemos hacer para los chicos que pagaron con su vida esa noche es ocuparnos de que nadie vuelva a pasar por esa situación tan terrible como fue Cromañón.

RNB: Después de 10 años de todo lo que pasó, concluís que hay gente que cree en la culpabilidad de la banda por convencimiento, por no saber o incluso por que necesitan ponerle una cara, una cabeza a todo lo que pasó. Parece muy difícil entender que Cromañón fue una cadena de negligencias

Pato: También parte de un sector de la Justicia necesita eso. El fiscal, cuando acusó, al primero que acusó fue a mí. Antes que los funcionarios, que tienen más responsabilidad. Y además, no le conocemos la cara a ninguno. La única cara que se conoce es la nuestra. Y no es porque tocamos. Si hubiésemos dejado de tocar, igual las conocerían. Está planteando desde el sistema, hay una necesidad que no se hable de la responsabilidad de la Jefatura de Gobierno, del Ministerio del Interior y de la Policía Federal. Están involucrados policía, bomberos, inspectores… Se habla de nosotros, que ya fuimos presos. Y ponele que vayamos presos de nuevo. No se va a modificar nada. Diez años y medio como lelos discutiendo, entre nosotros, si tendrá o no tendrá que ver la banda. Mira: nosotros somos músicos, otra cosa no somos. Esta gente sí se encarga de controlar, el lugar queda a 30 cuadras de la Casa Rosada. Nada…

RNB: Claro, pero yo hablo de ‘Doña Rosa’, es como que ella necesita. Pero que lo haga un fiscal también…

Pato: Sí, sí

Luis: La Justicia debería querer justicia, no ganarla. Que Callejeros fue preso inconstitucionalmente los abogados lo saben. Nilda Gómez ahora es abogada. Yo creo que lo sabe, Iglesias lo mismo.

Dios: Es más, lo dijo.

[su_pullquote]”La desinformación es lo que más contribuye a que no se termine de resolver el odio”.[/su_pullquote]

Luis: Entonces, ¿por qué no dicen que esto es un proceso y mientras se resuelva no tienen que estar presos? No lo dicen. Y callan. Y eso es gravísimo. No pueden ser partícipes de algo que va contra la Constitución Nacional sólo porque les favorece. ¿Se entiende el concepto? A Doña Rosa le falta información y puede no saber. Pero los abogados saben, y no lo denuncian, entonces…

RNB: Se convirtió en una especie de partido de fútbol…

Pato: Sí.

Luis: Sí. Y parece que para algunos hay que ganar a cualquier costo. Incluso con reglas sucias. Es lamentable que se haya convertido en esto.

RNB: Cuando la realidad es que perdimos todos, ¿no?

Pato: Olvídate.

Luis: Sí, Justicia hubiese sido que Cromañón no haya ocurrido. Fue una cadena de irresponsabilidades y la gente vinculada al dolor más tremendo, que es la pérdida de un hijo, necesita encontrar alguien a quién culpar. Y, por lo general, en tragedias de esta magnitud nunca se puede hablar de un responsable. Dentro de esa cadena hay millones de eslabones.

RNB: Sí, pero nos centramos en dos o tres eslabones, ¿no? Ahora que Chabán se murió, incluso, parece quedar uno. A mí me llamó la atención que los cables de las Agencias se detuvieron en la exposición de los abogados de la Querella, y no la de ustedes.

Luis: En la gran mayoría no están las de Callejeros. Los títulos vaticinan que Callejeros podría volver a la cárcel. Pero también podría ser absuelto. Entonces, desde los títulos mismos, ya está manipulada la información. En la audiencia no hubo incidentes, hubo agresiones que recibieron sobrevivientes que apoyan a la banda, no fanáticos.

[su_pullquote align=”right”]”Justicia hubiese sido que Cromañón no haya ocurrido. Fue una cadena de irresponsabilidades. (Luis)[/su_pullquote]

RNB: Esta banda parece ser muy unida y, cuando toca algo como lo de Comodoro Py, se quiebra: quedan ustedes dos, Pato y Dios, del lado del vidrio y el resto del otro lado, apoyando, bancando la parada, estando. ¿Cómo se vive eso? El dolor es entendible, ¿pero entienden el odio?

Pato: Con la desinformación es mucho más fácil que no la vean clara. Eso es lo que más contribuye a que esa cuestión no se termine de resolver. Yo el dolor sí lo entiendo, porque lo sentimos nosotros. Lamentablemente, lo compartimos todos. Hemos pedidos familia y amigos. Esa parte sí. Lo del odio… yo al principio, no sé si era odio lo que sentía, pero me parecía que todo estaba mal y no podía verlo de otra manera. Después, con el tiempo eso fue mejorando. Me tomé el trabajo de hacer un tratamiento psiquiátrico y eso es algo que te ayuda a colocar el dolor en algún lado. Y no a colocar ese dolor en el odio y que todo eso se potencie y termine en ‘no me importa si sos o no inocente, yo te odio’.

Luis: Sí, y que el dolor tampoco sea una credencial que te de impunidad, ¿no? El dolor tenés que aprender canalizarlo en un lugar y aprender a convivir con él. En mi caso, yo aprendí como sobreviviente. Los verdaderos testigos y los que sabemos cómo pasó todo fuimos los sobrevivientes. Los padres que repiten lo que dicen los abogados no escuchan a los que estuvimos. No nos escuchan. Los que estábamos con sus hijos, éramos nosotros.

RNB: Ni siquiera fue a la banda en sí, ¿no? Fue a Estefanía, tu mujer, a otras chicas. Que no tenían nada que ver.

Pato: Nada.

Luis: Incluso, en un video, se ve una madre con una tijera cortando una bandera de los chicos que apoyaron afuera. Por suerte nadie reaccionó y con argumentos le explicaron que estamos en un país libre y que cada uno tenía su postura. Yo entiendo el dolor, está ahí. Pero no te puede acreditar a ser el dueño de la verdad a cualquier costo. Si no, no estás buscando Justicia ni construcción, estás buscando venganza. El dolor ciega, paraliza y no deja ver. Nosotros no vamos a dejar de decir nuestra verdad. Yo puedo recibir amenazas y agresiones hasta que me muera, pero lo que vi, lo que conozco y lo que pasó esa noche lo voy a seguir diciendo siempre. Aunque entiendo el dolor de quién haya perdido un hijo, un tío, un primo, un hermano. También hay que decir algo: Cromañón ha dejado instalado que la muerte de un hijo en la más dura para un ser humano. Depende para qué ser humano, hay chicos que en su vida ni llegan a conocer a su papá y, para ellos, la muerte o pérdida más importante puede ser la de un tío, la de un hermano o la de un primo. No se puede generalizar las relaciones.

Pato: Es entrar en un terreno de medición del dolor. En eso, nosotros… (piensa) Qué se yo, hemos escuchado cosas que no están buenas.

Luis: En la audiencia nos han gritado que nosotros nos íbamos a morir todos como los pibes de Cromañón. Y que eso te lo diga un padre de Cromañón es muy fuerte. ¿Somos culpables por haber quedado vivos?

Pato: No estamos hablando de la mayoría de los padres, eh. Acá son 194 familias y el otro día había 30, 40 personas.

Luis: Y también había esa cantidad de personas en favor de la banda. Personas que llegamos temprano y así y todo nos mandaron arriba en la sala y nos escondieron.

RNB:  Pato, vos marcas como un error no haber hecho un tratamiento en 2005, ¿Otro error de la banda fue este silencio mediático de tantos años?

Pato: Va un poco de la mano. Y también que la banda nunca se manejó de esa manera ‘mediática’. Al estar involucrados en una causa mediática, esa la pagamos. No la cazamos. No la vimos. No sabíamos que también teníamos que discutir de forma mediática. Fuimos saliendo en determinados lugares y de forma esporádica. Pero por el nivel de repetición de lo que se decía, no teníamos ni la fuerza, ni la cabeza, para salir a responder todo lo que se decía. Desde que yo empecé mi tratamiento y desde que nos empezamos a preocupar de estar atentos a lo que se dice y salir a rebatirlo la cosa ha cambiado. Pero sí, si no empezas un tratamiento o si no haces algo serio en serio. Porque yo intenté hacer cosas, fui con algunos psicólogos y no me funcionó. Y ahora tengo una psiquiatra que es muy buena. Y ya van tres años. Yo quedo desgastado cada vez que hago una nota, pero en este momento lo vivo de otra manera. Antes no había forma que no me embroncara cuando empezaba a debatir. Veía que lo que me estaban diciendo era ‘cualquier cosa’ yo en lugar de debatir con esa persona, me enojaba.

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RNB: ¿Sienten que también tuvieron que lidiar con bastante desinformación de parte de los interlocutores?

Pato: Terrible.

Luis: Si interesa difundir la causa o investigar para llegar a verdades no sería importante sólo la voz de Pato. Hay un montón de sobrevivientes que han salido a hablar, con información, como Gustavo, Diego Cocu o Juano, que no es sobreviviente pero es un tipo que está muy involucrado y tiene mucha información jurídica. Pero no se trata de explicar lo que pasó, si no que la sensación es entrevistar a Patricio Fontanet. Uno no puede cargar a una persona que hable con la prensa permanentemente. También él es músico y tiene que cumplir con cosas dentro de la banda, con su rol. Es complicado eso. Nada más te escuchan o se reproduce lo que dijo Pato Fontanet. Pero acá habla Daniel Cardell, el escenógrafo, que es otro de los que habrá leído toda la causa y lo que diga él no toma la misma connotación mediática.

RNB: ¿Y sienten que hay medios que, incluso, esperan que pisen el palito?

Pato: O ni siquiera. Nos ha pasado de hacer notas y que te modifiquen lo que decís. La única manera sería que la nota sea filmada y que no tenga edición, que salga al mismo tiempo por internet. Qué se yo, entras en una locura que no da. Vos das una nota con un diario y ahí después sale un título que no dijiste.

[su_pullquote]”cuando se terminó Callejeros lo viví como un duelo grande.”(Pato)[/su_pullquote]

Luis: Sí, o ahora que dijo que “No tenía miedo de ir preso” y lo instalaron en todos lados como algo soberbio. Y en lo dice en un contexto que después de lo que pasó él, el 30 de diciembre y el haber estado preso, habló con tristeza.

Pato: Ya está semana la pregunta fue ¿Vos dijiste que no te preocupa ir preso? Y si me quedo callado en 20 días me van a preguntar: ¿A vos te chupa un huevo ir preso? Y dentro de tres meses van a decir que quiero ir preso. Yo la cuestión que esto se discuta en los medios me interesa, pero así como estoy mejor que hace tres años, llega un momento que te agotas. También tengo una resistencia. A mí me sorprende, admiro la voluntad de Aníbal Fernández para dar todos los días una conferencia de prensa a las 5 de la mañana. Yo no podía nunca en la vida, es impresionante.             

Luis: También está el tema que nos toca hablar a nosotros. Nos lleva a ese momento, a ese lugar, a esos momentos.

Dios: Y volver a revivir todo. Siempre el tema está.   

Luis: Nosotros a través de la música lo aprendimos a sobrellevar, pero ya no damos más notas que son sólo de lo artístico, del disco, de los temas, de las presentaciones. Siempre es un tema que sale y va a salir siempre. Siempre vamos a estar volviendo a esa noche. Hay que aprender a poner eso en un lado que no nos lleve a un odio.

RNB: Si Cromañón fuera algo que uno pudiera tocar ¿Eligen ponerlo atrás de ustedes, por delante o al costado?

Luis: Ninguno. Cromañón te acompaña y nunca duerme.     

Pato: Lamentablemente es así.

RNB: Cuéntenme un poco cómo se conformó ‘Don Osvaldo’ cuando ‘Callejeros’ se disuelve…

Pato: El último año de Callejeros, el 2010, fue un caos. Entraron Luis (Lamas) a tocar la batería y ´Pedi´ (Álvaro Puentes) la guitarra. Crispín (Abel Pedrellos) venía tocando desde el 2009. Él fue uno de los primeros en venir a la ver a la banda. La primera bandera de Callejeros la hizo Crispín. Pasó a laburar de asistente, porque cómo publico era insoportable. Se emborrachaba todos los shows (risas).

RNB: Mejor tenerlo del otro lado de la valla, ¿no?

Pato: Totalmente.

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RNB: ¿Y Cómo siguió todo después?

Pato: Después, él empezó a grabar de a poco. Y cuando hubo un lugar para tocar, entró. La última formación de Callejeros éramos nosotros cinco con Juancho. Cuando se terminó Callejeros lo viví como un duelo grande. También tuve que hacer como un análisis. Fue el momento. No estuvo mal. Ya en 2010 hacíamos un esfuerzo muy grande por tocar. Y si bien yo viví todo el comienzo de Casi Justicia como un esfuerzo muy grande porque no quería que se separara Callejeros y eso me generó una gran depresión que me dificultaba todo eso. Después, con el tiempo, aprendí a disfrutarlo de nuevo. José Palazzo nos propuso trabajar de otra manera a como veníamos haciéndolo con Callejeros, que hacíamos recitales grandes cada dos o tres meses, que nos generaban otras preocupaciones, otro ruido en la cabeza. Él nos propuso hacer recitales chicos, más seguidos, para menos gente. Y yo pensé que era imposible al principio, acostumbrado a lo otro. Yo pensaba que iba a ser más quilombo todavía y no, nos descomprimió un montón. Yo al principio tenía una depresión bárbara, pero después aprendí a disfrutarlo. Incluso, a disfrutarlo mucho. Me di cuenta que podía cantar cinco noches en una semana y no quedar mudo. Me empecé a dar cuenta que podíamos disfrutar tener el contacto con la gente desde otro lado, y no algo tan solemne, como terminaron siendo los recitales de Callejeros, que si bien nos hacían bien, se generaba cierta solemnidad porque era uno cada tanto y cualquier error mínimos en lo musical era tremendo. Pasaban tres meses hasta que podías resolverlo. Ahora, recuperamos el oficio de tocar. Nosotros con Callejeros lo teníamos hasta Cromañón, tocábamos una vez por mes o dos. Cualquier error que vos tenes en vivo, ese error te puede llevar a otros errores. Se distorsiona todo. A mí me encantaría poder estar en un lugar donde poder tocar todas las noches o muchas noches por semana. Cuando vos adquirís ese oficio los errores se van corrigiendo y hasta terminan pareciendo arreglos. Entre CJS y Don Osvaldo, estando un año y ocho meses preso, hicimos 76 recitales. Y nunca quedamos pintados. Y eso que pasaron algunas. En Baradero tuvimos una, pero salimos bien. En Olavarría hubo un corte que quedó colgado y yo dije “Bueno, que caiga dónde tenga que caer” y se acomodó y entró dónde tenía que entrar. Y es un poco eso. Volvimos a recuperar el disfrutar arriba del escenario. Y ahora, con la grabación, también recuperamos ese hábito. Venimos grabando demos desde Enero hasta ahora. Venimos escuchándonos. A mí me sigue pasando lo mismo: estoy convencido que cuando arrancó a cantar arruino el tema. Pero, me gusta el sonido de la banda, el contenido de las letras. Yo estoy estudiando canto de nuevo, empecé este año. Tengo ganas de aprender, estudiar. Cuando vos te metes en la cabeza que ya aprendiste, que ya está, empezas a envejecer para adentro. Envejecer para afuera es una cuestión natural. Pero lo más importante en la vida es eso: aprender. Eso es fundamental. Yo he estudiado guitarra, canto y un poquito de piano. Y ahora quería volver a estudiar guitarra, voy a estar acá en Buenos Aires durante toda la grabación, entonces, está esa idea. Yo la guitarra, sobre todo, para componer: no tengo tanto el pensamiento del guitarrista. Estamos mucho más relajados de lo que estábamos. Inclusive más que en Casi Justicia Social, donde no se le daba tanta prioridad a tocas los temas exactamente como estaban grabados. Había una cuestión librada al nivel de improvisación, porque tanto Leopoldo (Saxo) como Pedi (guitarra) tienen su fuerte en la improvisación. Ahora, en Don Osvaldo, estamos laburando más la prolijidad. En CJS era todo mucho más improvisado. Dejamos el momento de la improvisación, pero estamos tocando los temas más tranquilos, más pendientes de lo musical, que tendría que ser de lo único de lo que tendríamos que estar pendiente. Pero con todo lo que pasa afuera de la banda es complicado. Cada uno ha ido teniendo hijos y eso te da otra mentalidad y otra perspectiva y también la edad te va acomodando en otro lugar: empezas a disfrutar la música como la tenes que disfrutar. Para que lo disfrutes y salga bien, tenes que no bajarte una botella de Whisky antes de tocar, haber ensayado bien en la sala y preocuparte por la cuestión interpretativa.

RNB: Eso te lo da la edad, ¿no?

Pato: Sí, todo tiene que ver con eso.             

Luis: Si bien lo emocional a veces te puede influir, nosotros tenemos un entrenamiento. Antes del show, ensayamos como diez veces la lista. Pero somos humanos, hay días que te salen mal las cosas. Somos 9 que tenemos que coordinar, entrar en una armonía que coincida.               

Pato: En un determinado contexto. El día ese de Olavarría, a él (lo señala a Lulu) se le había muerto al padre. Se Fue en medio de una gira por el Sur, vino acá, lo despidió como pudo y volvió a tocar. En una decisión de él. Nosotros lo acompañamos y lo respetamos, lógicamente. Nos da orgullo. Tocó igual. Y tocó bárbaro. Está también eso. Obviamente, nosotros sabemos lo que es romperte el orto y levantarte a primera hora, el trabajo del músico, en ese sentido te da muchas satisfacciones. Muchas. Y no pasa exclusivamente por lo económico. Te deja disfrutar más de tu familia, te da la posibilidad de ser músico y si te gusta la música lo pasas bárbaro. Cuando yo veo el entrenamiento de la Selección o de Boca digo ‘Mira loco el trabajo que tienen estos chabones’. Pero también tiene su sacrificio. Y en el caso nuestro, que es complicado formar parte de esta banda, tiene una connotación especial y hace que el trabajo sea distinto. Surgen estas situaciones: Nace un hijo, se muere tu viejo y vos tenes la convicción que tenes que tocar. Porque eso es lo que te motivó la primera vez. Eso te moviliza siempre. Eso es algo que, nos vaya como nos vaya, siempre cada uno va a estar vinculado a la música. No nos podemos despegar de esto.             

RNB: Dijiste que es complicado formar de Don Osvaldo o de Callejeros, y en el caso de Don Osvaldo, este contexto genera más unión puertas para adentro y menos para los egos…

Pato: Sí, y no nos preocupamos por cosas, qué se yo, porque las luces en el camarín estén buenas y podamos tomar algo y brindar. Antes de Cromañón tampoco había ese tipo de cosas. Acá lo más importante es llegar al escenario y tocar.       

Dios: Que la banda suene.             

Pato: Obvio queres que el camarín esté bueno, no cagarte de frío, si te pueden traer una comida más copada para no vivir a pizza (risas). 

Luis: O calentita. No pedimos Sushi. Pero si es una pizza, que no esté fría por lo menos.

Pato: Pero lo único que tenemos en la cabeza es tocar. José, a veces, se pone loco porque nuestras pruebas de sonido duran mucho, algunas como hasta tres horas. En Baradero hicimos dos pruebas de sonido larguísimas.

Luis: Es que somos felices ahí arriba. En el escenario. La sala, la prueba o el show. Pero obvio que el show, que es la culminación, que dejaste un montón de cosas de lado, es como la emoción máxima. Pero difiere el disfrute de tocar. Ni pasa en nuestras otras bandas.               

Pato: Eso también. Al venir todos de otras bandas, también pasa eso. Todos tuvimos experiencia en otras bandas.

RNB: Y en el viejo under, ¿no? Tocar seis de la mañana en Cemento…

Pato: Claro, con él (señala a Dios) hemos repartido dos millones de volantes. Y dos millones de volantes literalmente. Un millón cada uno. Es una cosa de locos. Que hoy en día, por suerte, las bandas tiene Facebook, internet, pero en esa época no había nada, te tenías que cagar de frío, de calor o quedarte en un boliche que no tenías ganas de estar porque tenías que repartir volantes.

RNB: Es como el pibe que arranca en inferiores y se toma el bondi a las cinco de la mañana. Después llega a Primera…               

Pato: Sí, y cuando llega a Primera no puede salir de joda, no puede nada. Hay mucho sacrificio. El deporte te exige más, porque es más corto el tiempo. En la música por ahí no es eso, pero cada uno desde su lugar toco en bandas que hicieron un camino. Tu experiencia no es infinita, nosotros no venimos de tocar en “Los Beatles”, venimos de tocar en Callejeros. Para nosotros ir a Uruguay fue un acontecimiento e ir a Chile ahora también lo será. Pero ya pasamos por determinadas cosas que te acomoda un poco a la hora de salir a tocar. Tuvimos una experiencia bastante pareja. Todos e sus bandas pasaron buenas y malas, y eso nos da cierta madurez. No tenemos la experiencia de un tipo de 60 años, que haya tocado durante 40 años, pero nosotros ya hace 20 que estamos. Luis, debe hacer 30 años que tocas.   

Luis: Sí, más o menos. Con Xeito Novo toco desde los 6 años.

Pato: Claro, es eso. Te da experiencia. Y También es entender qué es lo importante. Lo importante es que suene bien, que estemos ensayados, que todos trabajen bien. Es un laburo lindo.         

Luis: Cuando cada rayo está en la rueda, la rueda gira aceitada.      

Dios: Esto es un grupo de trabajo.

RNB: Y vos, Christian, que viviste lo mismo que Pato, pero con menos exposición, ¿cómo es para vos volver a grabar, subirte a tocar, estar en las audiencias?             

Dios: Es básicamente todo lo que contó Pato. La cabeza, los días que hay que ensayar, está acá. Cuando está la audiencia o reuniones con los abogados, la cabeza está en eso. Volver a grabar es volver a pensar en temas nuevos, en preocuparte que suenen bien, es volver a crear. A pensar, a ver qué meto acá, que puedo hacer acá. Básicamente, ahora mi cabeza está en la grabación. Que salga lo mejor posible, que cada vez que grabemos un disco, que sea mejor que el que estaba grabado.

RNB: Y a vos Crispín, ¿qué te pasa con todo esto de entrar a grabar? 

Crispín: Lo vivo con mucha ansiedad. Es mi primer disco. Grabé con Callejeros algunos temas, pero este es mi primer disco. Más con la participación que te dan los chicos, que te dejan aportar arreglos, temas, ideas. Arrancar con un primer CD así está buenísimo. Con esa libertad.

RNB: Esta es una banda que parece no tener el control creativo cerrado a una persona ¿no? Es un disco del que ya conocemos cinco temas. Incluida “Suerte” que la gente la adoptó como un himno, son tatuajes, son remeras. ¿Qué les pasa con eso?             

Pato: Está zarpado. Vos tenes en la cabeza por ahí algo que querés decir. Así arranca todo desde que sos chico. Y después que pasa el tiempo, que ves que cosas que vos escribiste hacen que un pibe se identifique. Yo ahora cada tanto me agarro un pedo, pero ponele, “Palo Borracho” es algo que yo escribí cuando a mí me pasaba eso, hace un montón de años. Y por ahí son sensaciones que hoy identifican a un pibe que está pasando por una situación así.

oslva1Con ‘Suerte’ pasa lo mismo. Cuando vos lo haces y lo escuchas, a vos te gusta por ahí. Pero nunca sabes hasta donde va a llegar. Los tatuajes te dan como una sensación de decir, mira si mañana me invita Tinelli a Bailando por un sueño, el pibe que se tatuó puede decir ‘este es un pelotudo, y yo me lo tatué’. Yo quiero pensar que simplemente es una identificación con la letra y que hay un poco de cariño. Que hay algo ahí que tiene que ver con el afecto, que lo recibimos, así como nosotros lo que hacemos lo hacemos con cariño y con amor. Esta es una de las pocas cosas que nos puede generar una motivación importante, fuera de nuestros hijos y nuestra familia. Y por ahí, con las letras, se identifican de una manera que a mí me sorprende. Nos pasa con estos temas que todavía no son disco, y que de a poquito, la gente los tomo como propios. Es la parte más interesante de todo esto. Una cosa cuando vos lo estás tocando en tu casa, otra cuando lo pasas en la sala, otra muy distinta cuando tus compañeros aportan a ese tema y el tema se transforma y después cuando escuchas que eso que a vos se te ocurrió en tu casa lo cantan miles de personas. Eso es el premio mayor de todo esto. Obviamente, uno después tiene que tener los pies en la tierra de que simplemente es una canción, y la gente la adoptó como algo propio. Las endorfinas que se generan y la adrenalina que vos sentís en ese momento…No sé si todos los laburos te generan lo mismo.

Luis: Yo creo que a cada uno le debe pasar con la profesión o con el laburo que eligió. El tipo que patea una pelota o vos cuando haces alguna nota en específico o el abogado en un Juicio.

Pato: No es lo mismo cuando vos lo tocas en la sala a cuando lo tocas con la gente. Y te genera un cansancio. Porque es una energía que vos tratas de que sea recíproca, de devolverla y te desgasta.              

Luis: Y es una energía que al no poder depositarse en ningún lado, te vuelve. Y te aniquila.       

Pato: Pero lo que te deja está buenísimo. Por suerte, algo que yo pensaba que me pasaba a mí sólo, es bastante común. Me agarra una depresión cuando se va la gente y termina el recital. No sé, a veces terminó, salís por saludar a alguno y ves el lugar vacío.             

Luis: Ya sin verlo, también. Escuchas como se va apagando todo el bullicio. Tenemos la suerte de hacer dos recitales. Entonces, lo vivís seguido. Y la llegada de nuestros hijos hizo que tengamos ganas de volver a casa.

RNB: Estas letras, “suerte”, “Dos Secas”, “o no”, ¿Son todas compuestas en Ezeiza?

Pato: No. Estas cinco son más viejas. No hay tanto de Ezeiza en el disco.

RNB: Pero vos sí escribiste, ¿no?          

Pato: Sí escribí, pero de las que terminaron entrando no son justo las mías. Yo escribí algunas cosas en letras de Juano, que escribió dos temas. Yo le puse música a los dos. Y agregué algo en alguna letra. Hay una letra que hice yo, con música de Luis. Hay un tema con letra y música de Luis. De las que están escritas en Ezeiza, la única es “El Ángel de Fournier”.             

Luis: ¿No había cosas de antes?    

Pato: De la letra no.         

Luis: ¿Ahí salió?

Pato: Sí, después, hay partes de “El Reto” que si fueron escritas en Ezeiza. Después los otros…

Luis: ¿’Desierto’?

Pato: No, ya estaba. Después, los otros que se escribieron ya no entraron en este disco. Hay cosas de los siete años en el disco, a mí las letras de Juano y la de Lulu me identificaron. Para este momento estaban buenas. En eso sí yo me meto un poco más. No tanto en lo que se compone, pero sí en lo que se compone y se dice.

RNB: Claro, porque las cantas vos        

Pato: Exacto. Es un aprendizaje, además, como cantante e intérprete cantar algo que no escribiste. A medida que van pasando los ensayos, las letras adquieren otro significado. La mejor manera que una banda funcione como banda es que cada uno aporte hasta donde pueda. Tampoco tenes una obligación, pero hasta donde puedas aportar sí. Eso va a contribuir a que sea una banda y no “la banda de tal chabón”. Yo nunca cierro la puerta a que los demás compongan o aporten. Nunca.  Spinetta lo decía a eso, que cuando uno compone un tema que está muy bueno, inconscientemente le va “choreando” en otras de las composiciones durante un montón de años. No sé si es “robarse a uno mismo”, pero vos ya tenes una manera de componer, un gusto. Y encontrarte con el gusto de otro, con la visión de otro te sorprende. Me pasa que cuando me taren una letra que no es mía me encuentro haciendo melodías que si la letra fuera mía, no se me ocurrirían. En los últimos años me emociona más eso: aportar algo sobre lo que el chabón ya pensó que proponer lo mismo. Esa es la base de no reiterarte tanto. Darle un aire.

Luis: Además pasa algo interesante con eso. Cada integrante de la banda da lo mejor y cada uno puede ir progresando. La banda deja de funcionar como un lugar de trabajo, donde vos tocas lo que otro hizo. En cambio, como vos tenes lugar para aportar, te encentras leyendo, investigando. Me pasó a mí, que yo no componía, que se me han despertado esas ganas. En todos los temas hay aportes de todos. No sé, desde cortes, arreglos hasta dibujos. Y eso antes no pasaba.

RNB: El Indio dijo, cuando dio su última entrevista, ‘solo hablarán mis canciones’ En el caso de ustedes ‘Señales’ habla mucho y ‘Disco Escultura’ también.      

Pato: Señales es un disco de duelo y “Disco Escultura, de denuncia. Con “Lo que hay” yo tardé un año en escribir la letra. No porque no supiera lo que quería, si no porque yo quería que fuera contemporáneo a cuando saliera el disco. Necesitaba que se entendiera que esa era nuestra situación en ese momento. Que era una denuncia sobre ese momento, que no podía ser tomado en cualquier otra época o en cualquier otro momento. ‘Señales’, por ahí es un disco con una carga de mucha más tristeza.

RNB: En ese momento, la banda no hablaba casi, entonces, los discos hablaban por ustedes: “Bueno, nos está pasando esto”    

Pato y Dios: Sí, sí.           

Pato: Disco Escultura fue eso.

RNB: ¿Y ahora, este disco qué dice?

Pato: Es un disco que tiene buenos mensajes. Al no ser todas las letras mías, yo voy leyendo lo que escriben los demás. No hay sólo mensajes que tienen que ver con la lucha, sino también con la construcción.

Luis: Hay muchos guiños a lo social. A una sociedad más justa.          

Crispín: El día que al rock se le acabe eso, ya no es rock.

RNB: No, ya sé, pero no es un tema menor, me imagino decidir qué se va a comunicar…

Pato: No, claro. Hay tres canciones que hablan de tres personas que fallecieron. Dos en Cromañón, y una que no. Ninguna de las tres está escrita con pesar, ni tristeza, ni dolor. Es todo lo contrario. Es como una conmemoración, hasta es alegre la música. No hay una denuncia clara sobre determinado tema, si no que hay una exposición sobre las ideas que uno tiene en general sobre determinadas cuestiones de la sociedad. No se parece ni a Señales, ni a Disco Escultura.      

Luis: Es el concepto más de sembrar, que de enterrar.

RNB: ¿Es más optimista?          

Luis: Yo creo que sí. El entierro puede estar y podes estar en una postura de lamento y también lo podes transformar en algo lindo y maravilloso.

RNB: Hay algo que dice Juano en las concentraciones, que a mí me impacta. “A la generación de Cromañón se la puede enterrar o se la puede sembrar”            

Pato: Ese es un poco el pensamiento de todos. Pasa por ahí. Está bueno verlo así. Yo no quiero aventurarme sobre cómo va a salir, pero va a ser lindo.

RNB: Están como ansiosos, ¿no?          

Pato: Sí. Nos gustan los temas.      

Luis: Hubo cosas que naturalmente viraron y tomaron un lado muy copado. A mí me ha sorprendido, y creo que a todos, como han quedado los temas. Hay cosas que al tocarlas acá y grabarlas, cuando las escuchamos, nos sorprendieron. A mí me pasó mucho con dos temas.

RNB: ¿Eligieron algún productor?

Pato: En esta vuelta no llegamos. No tuvimos el tiempo. Grabamos en Ezeiza el demo. Cuando salimos y nos empezamos a juntar, se ensayaba para tocar en los recitales. Después, en enero, empezamos a trabajar los temas. Y al no tener ni definido los temas no podíamos convocar a un productor. Los terminamos de cerrar hace un mes, más o menos. No podíamos llamar a alguien.

RNB: Que encima te puede cambiar algo, ¿no?

Luis: claro, no había tiempo natural para que alguien venga, cambie algo, nosotros le demos la razón y volver a cambiarlo.

RNB: Además, no digo que se sientan obligados, pero la gente ya pide un disco nuevo, ¿no?

Pato: Sí, además es una necesidad. Hace siete años que no grabamos nada. Tenemos una necesidad.

Luis: Hay algo ahí que nos reconforta. Siempre hay cosas para arreglar y el artista todo el tiempo estaría modificando su obra. 

Pato: Borges decía que uno saca el libro para dejar de corregir. Y acá pasa lo mismo

RNB: ¿Cuándo saldrá a la luz?

Pato: Tendríamos que terminar Julio ya con el disco grabado y empezado a mezclar. 

Luis: Para fines de Agosto-Septiembre. Pero no lo vamos a apurar.  

Pato: Tenemos que quedar conformes con el grabado y la mezcla. Y la masterización. Nosotros podemos decir si nos gusta o no, pero no podemos masterizar. En la mezcla sí podemos estar al lado del técnico y decirle “no” o “sí”. La masterización en general trabaja sólo, uno escucha lo que queda y le dice “sí” o le pide los cambios. Y él vuelve a laburar sólo hasta que te quedas conforme y se edita. Y pase lo que pase, la decisión es sacar el disco. Por eso, lo más importante ahora es la grabación. Y poder estar en la mezcla cuando el técnico, que será Eduardo Herrera, se encargue de eso. Dejar en el disco lo que nosotros venimos escuchando en la sala, que cada uno en eso tiene su visión y escucha determinadas cosas.

RNB: Es un disco que lo van a presentar en Córdoba, ¿no?      

Pato: Sí, seguramente. Desde rocanroles, siempre presentamos discos allá. Nosotros, antes de Cromañón ya lo habíamos elegido para eso. Seguramente habrá sido por el cariño.               

Dios: Es como nuestra segunda casa.          

Pato: Si bien nosotros somos de la Provincia de Buenos Aires y siempre tocamos en Capital, somos muy conscientes que si queres tocar para todo el país, tenes que tocar en Córdoba. Sí, habrá gente que se lo va a perder, pero en Capital hay mucho más que se lo van a perder. Nosotros lo vivimos mucho con los Cosquín eso.

Luis: El de Salta acá está a 2500 kilómetros y de Córdoba a 700.

RNB: Además, ustedes giraron por muchas provincias con Don Osvaldo…      

Luis: Sí, igual la idea es girar con el disco. La intención es esa.           

Pato: El primer show va a ser en Córdoba.               

Luis: Pero no vamos a hacer una presentación. Va a ser el mismo show que vamos a llevar a Córdoba, Mendoza, a Baradero. La misma puesta, todo. Cuando salimos de gira, la gente debatía si teníamos que tocar en un lugar chico o grande. No había que tomar la vuelta como “en Córdoba”. La vuelta fueron diez shows. Entendemos que el primer día que lo toques, ya va a estar en todos lados. Pero nosotros lo vamos a tomar de la misma manera en todas las presentaciones, y no sé si saldrá Rosario, Salta o algún lado más.

RNB: Hablan de Baradero, Mendoza, ¿y tocar acá en Capital Federal?              

Pato: Tenemos ganas de hacerlo. Pero se tiene que dar todo. No pasa solamente por las ganas. Cuando estuvimos en Baradero, Olavarría, estamos cerca. Se arriman “los pibes”, que ya son chabones de 35 años como yo. A esos shows vienen los amigos, la familia que tengo en el barrio, mis viejos, mis hermanos. Se acerca toda la barriada. Es otra emoción y sensación.  

Luis: Claro, la mayoría ya tiene pibes y no se pueden ir un fin de semana a Córdoba o Mendoza. En Baradero van y vuelven en el día.               

Pato: En Capital vienen todos. El que no viene es porque está enfermo. Es algo que nos debemos. Nos debemos Capital o tocar cerca, como La Plata. Pero tiene que darse el tiempo justo. Puede llegar a ser contraproducente generar una expectativa, que termine en un recital, que haya lío en la puerta. No sabemos cuál va a ser la actitud de la Policía ese día. La actitud de los políticos, que le den la orden a la policía. Cuando vos ya sabes que ellos no se la van a jugar, tenes que ir tranquilo. Cuando todo este dado, cuando se comprometan la policía y los funcionarios y los tiempos nuestros nos permitan llegar a esos lugares lo haremos. Es algo que no…Capital ni siquiera lo pienso. Sí me encantaría tocar, es algo que nos lo debemos, pero se ha desvirtuado tanto toda esta historia.          

Luis: Además sería un lugar ya no tan chico. Se sobredimensionarían las cosas y se podría ir de las manos. Preferimos esperar, estar a la altura de lo que un show en Capital nos demandaría.

RNB: La última, ¿qué sienten hacia los sobrevivientes que apoyan a la banda y militan la causa?

Pato: Te hablo por nosotros dos (Lo señala a Dios), porque ya lo hemos hablado bastantes veces. Y la verdad, es lo más importante de todo esto. Son los que estuvieron ahí. Nadie puede saber más que aquel que nos vio qué hicimos, cómo nos portamos, qué cara pusimos, quién corrió, quién no, quién entró, quién no.

Luis: Quién acompañó, en las horas posteriores, los integrantes de la banda estuvieron en muchos hospitales, incluso entierro.      

Pato: Y ponele que no luchen, que no militen. No sé. En el caso de la juventud me parece buenísimo que se dé, es producto de años de democracia. Van a aparecer pibes que son chantunes y otros que nos van a gobernar bien. O eso espero, al menos. Está bueno que militen, pero pongamos que no lo hagan, es importante que a pesar de todo lo que pasó y todas las cosas que se dijeron, ellos nunca se morfaron el cuento. Nunca. Quizás hubo alguna confusión, alguna charla, pero nunca hubo cuestionamientos tan descabellados como los que te hace alguien que no está informado. Ellos no precisan esa información. Yo espero que se sigan juntando. Nosotros, en el caso de ser absueltos, vamos a tener una mayor libertad para acompañar desde otro lado. Nosotros hay un montón de cosas que dicen ellos que las queremos decir, pero no queremos que sea tomado que las decimos para zafar nosotros de la causa. Para nosotros es importante la absolución para eso, para nosotros lo que están diciendo no solamente es válido, si no que es lo substancial de todo esto: una ausencia total del estado para que pase Cromañón, o la Tragedia de Once. Es una discusión que ellos la han planteado, así como también padres de víctimas que no están tan desesperados por condenar a la banda, si no por la ausencia del estado en las cuestiones básicas de nosotros, los ciudadanos. Lo que están haciendo es re contra válido. Te gratifica un montón que estos pibes te estén bancando en una situación que los involucró tan directamente. Porque ellos no fueron esa noche a convertirse en sobrevivientes de nada. A mí, en general, me pasó después. Cuando vas a un bar, a un boliche, pero la charla que tenes con un loco que no estuvo ahí, que puede venir de la admiración o sobre lo que pasó y lo que no pasó, cuando hablas con un sobreviviente hay otro entendimiento. Hay cuestiones básicas, sobre las sensaciones que a uno le quedan, como entrar a un boliche y que te transpiren las manos, todo el tiempo pendiente que no pase nada y no salir corriendo. Cosas que con el tiempo se te van pasando, las vas empezando a ver de otra manera. Pero es algo común, inherente a los sobrevivientes. Hay como otro entendimiento, tenemos otra conexión. Obviamente, ninguno de nosotros la buscó, o la quiere, pero la tenemos y es básica. Nos entendemos y para nosotros el apoyo de los mayores testigos de lo que pasó es fundamental. Y al margen de eso, no solamente agradezco que defiendan a la banda, también le doy muchísimo valor a que ellos están abocados a laburar para que esto no vuelva a pasar. Que es una de las patas de todo esto que menos repercusión ha tenido y son los que más trabajan. Se vienen juntando hace un montón, hacen un laburo de años y la verdad es que han conseguido cosas re copadas. Me vine enterando en los últimos tiempos, por bocas de otros, porque yo estaba en cana. Pero yo me acuerdo de haber ido en 2005 a la del Obelisco, que por ahí había 1000 pibes y ahora estamos hablando de manifestaciones de casi diez mil personas. Lo que han logrado es recontra válido y ojalá lo sigan haciendo. Es lo más importante y yo creo que ellos sí van a tratar de dejar un mensaje a futuro y no están enardecidos en una sed de venganza. Están preocupados porque se sepan la verdad y que haya Justicia y, en función de eso, construir un futuro. Solamente agradecerles, no tenemos más que palabras de agradecimientos para los sobrevivientes y nuestra solidaridad para con la lucha de ellos que nosotros la sentimos como propia.