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Pendejos holandeses, cabrones y malhablados en Uniclub

¡Pendejo! pisó por segunda vez Argentina y no interesó que fuese miércoles o que el jueves fuese día laborable: en Uniclub hubo metal igual. Se tomó un avión desde Holanda y cargó con un stoner noventoso y en castellano, rebosante de insultos y giros chistosos.

¡Pendejo!
¡Pendejo!

El estilo de vida de los Países Bajos debe haber llevado a ¡Pendejo! a definir el suyo a nivel musical. Mirar la vida con ojos descansados y faltos de stress gracias a los sistemas que mueven el territorio como si de un finísimo y ajustado reloj se tratase, podrían llevar a una necesidad imperiosa de “conflicto”; alguna que otra onda que desestabilice la calma que reina en el lugar.

Nadie quisiese reencarnar en el set acotado pero letal de este baterista, cuyos compases de bombo duelen en el pecho como balas de salva. Un bajista juvenil y con el pelo alisado: rubio blanquecino cual héroe a caballo de cualquier libro de Tolkien. Un guitarrista con las uñas pintadas que marca la cadencia de un grupo preparado para taladrar cualquier cerebro. Un vocalista que no logra despegarse de su preciada (y costosa) botella de whisky, que marca las melodías con su trompeta y al que no parecieran dificultársele los parámetros propios que rigen el castellano, tales como variaciones de género y número en sustantivos o tiempos verbales.

Es mitad de semana pero esta noche es propensa para campera de cuero. Muchos, a pesar del calor, no se la sacan y hacen air guitar mientras las canciones de Banda de la Muerte anticipan la llegada de los hombres que vienen del otro lado del océano.

“Nacieron en la con… de la lora”, es uno de los comentarios que hace Xon, guitarrista y cantante de BDLM, antes de cederle el espacio a El Pastuso, líder de ¡PENDEJO! Personaje peculiar y entrañable, suele abandonar el escenario para cederle la magia a sus compañeros. En uno de sus escapes (producido durante “Eclypse 2000”), reaparece con dos incensarios y vestido con un traje negro de botones resaltantes. Durante la siguiente canción, “Juanita”, no dejó de balancear esos recipientes aromáticos (con un movimiento pendular), para increpar las narinas de todos los presentes.

“Camarón que se duerme, se lo lleva… la chingada”. Entre este giro gracioso de “Camarón” y otros cortes que pudiesen aparecer en historias como “La chica del súper no se puede callar” y “Verano del ‘96”, ¡PENDEJO! se calza los pantalones con humor y desfachatez. Se convierte en la banda que grita por su ausencia en el playlist de todos aquellos que buscan una fresca experiencia auditiva. Parte de la misma es causada por la trompeta del Pastuso: el único instrumento de viento en el grupo, encargado de llevar adelante melodías y cambios a nivel atmosférico. Caso concreto: “Amor y pereza”.

¡PENDEJO! es metal stoner desde Holanda que vino a levantar el puño por segunda vez a Argentina. Uniclub los recibió con los amplificadores prendidos y los porteños, con el cariño y fraternidad de quién te invita un trago a la salida del show. Y si es de alguna bebida fuerte… mejor.

SETLIST:
Flotadores
¡DOS!
Cuarenta y Siete
Uñero
Eclypse 2000
Juanita
Amor y Pereza
Camarón
La chica del súper no se puede callar
Arrecho vengo
ENCORES:
Verano del ‘96
Comunicado