En Vivo

Mezclas raras: Mamasutra + Sambara

En tiempos corrientes de mixtura conjunta y expresiones que buscan ramificarse de forma independiente, el ambiente under del rock puede llegar a juntar varias ondas que se pueden parecer o diferenciar mucho. Lo que no quita, por supuesto que pueda funcionar libremente y fusionarse. Eso mismo ocurrió ayer por la noche en el Teatro Mandril (Humberto 1º 2758), donde se presentaron 2 bandas muy parecidas y muy distintas.SONY DSC Antes que nada, quisiera destacar el ambiente de libertad que allí circulaba. Porque por la diversidad de gente que allí había y lo que se hacía  bien podría haber sido prejuzgado o llenarse de divisiones internas, pero nada de ello ocurrió. SONY DSC Bien por el contrario, la buena onda se respiraba en el ambiente, donde había desde gente fumando en la entrada sin molestar ni ser molestada hasta artistas pintando cuadros en el interior. También se encontraba una hermosa muestra de cuadros y dibujos que sorprendió a más de uno. Esto es un buen síntoma: la Argentina toda necesita de espacios como estos, y no sólo eso: también necesita que los mismos sean conocidos. En el medio de todo este marco, asaltó el escenario Mamasutra. La banda (Lucía Rodríguez en voces y guitarra; Carola Zelaschi en coros y batería; Clarita Rodríguez en bajo; Ana Sofía Balbi en coros, saxo alto, flauta traversa; Rocío Chiara en trombón y Pepe Cáceres en saxo tenor) salió con un aire tranquilo pero fue en un in crescendo a medida que pasaba el recital. Con una cantante con evidente sentido del liderazgo –y vaso de por medio-, la música se iba desplazando entre rock, pop y funk. Los muchachos estuvieron presentando tanto material de su primer trabajo homónimo como temas nuevos, donde sobresaltaron las actuaciones de los vientos y una gran labor de la bajista (compositora de uno de los temas nuevos). Si bien la respuesta del público no siempre es la mejor (varió entre el baile y la charla en medio de las canciones), la cantante nos deja una frase picante: “Yo tengo más miedo que ustedes”. Es absolutamente comprensible: no siempre uno se siente tranquilo arriba del escenario, tocando para gente que a veces ni te escucha. Y que eso no genere nervios es poco que imposible. Desde este costado la defendemos. Aunque esto no perjudicó –afortunadamente – la performance final de la banda, que a veces pareció medio perdida en la mezcolanza de sus propios sonidos, pero siempre salió airosa. Cuarto intermedio para el público que tuvo la oportunidad de disfrutar de un bello y elegante mini-show de tela, aro y acrobacia de la mano de Victoria Serebrinsky y Emilia Cortelletti. Algo que en cualquier otro ambiente hubiera pasado casi como desubicado, acá calzó justo.

A la salida de Sambara sucedieron cosas parecidas y distintas. Con un simpático equipo de mate sobre uno de los amplis (que luego amagaría a romperse), la banda salió con ánimos de comerse a la gente, cosa que lograron ya que la respuesta fue inmediata. Ya hay pogo, con globos y todo, en el primer tema (!). Con la electrónica como aliada, la banda (Federico Schujman en voz; Marcos Lorenzo en sintetizadores y voz; Gabriel Kerman en guitarras y coros; Andrés Elijovich en pianos y coros; Ariel Schujman en bajo y coros y Julián Malosetti en batería) parece impulsar los temas para que la gente baile. Ya llamaba la atención que las 2 bandas tuvieran 6 integrantes, pero en este caso, junto con un cantante con actitud, 2 pianistas muy movidos y un baterista con bastante onda –que llegó a romper un palillo en un momento- los muchachos fueron exhibiendo buena parte de las canciones que figuran en su bandcamp, aunque ya están cerca de sacar su primera placa, que contará con la producción de nada más y nada menos que Javier Malosetti. Y por si dudas quedaban sobre la fidelidad del público, en el medio de ‘Hojas’ (un tema que parece seguir la línea de ‘Todas las hojas son del viento’, de Pescado Rabioso/Luis Alberto Spinetta), la banda calla y la masa grita la letra como si fuera el hit radial del momento. Ya en un punto en que el recital era una absoluta fiesta, se fueron repartiendo máscaras y papel picado para cerrar el espectáculo. Entre efectos de megáfono y 5 miembros sin remera, idos en su propio viaje musical, terminó esta celebración.SONY DSC

Ambas bandas terminaron agradeciendo al lugar y a ‘La Casa del Árbol’, la organización encargada de llevar todo esto adelante. Así terminó una jornada maravillosa de arte. Entre 2 bandas similares y no tanto,  el Teatro Mandril se llenó de expresiones artísticas que condecoraron una gran velada. Esperemos que siga así.

En tiempos corrientes de mixtura conjunta y expresiones que buscan ramificarse de forma independiente, el ambiente under del rock puede llegar a juntar varias ondas que se pueden parecer o diferenciar mucho. Lo que no quita, por supuesto que pueda funcionar libremente y fusionarse. Eso mismo ocurrió ayer por la noche en el Teatro Mandril (Humberto 1º 2758), donde se presentaron 2 bandas muy parecidas y muy distintas.SONY DSC

Antes que nada, quisiera destacar el ambiente de libertad que allí circulaba. Porque por la diversidad de gente que allí había y lo que se hacía  bien podría haber sido prejuzgado o llenarse de divisiones internas, pero nada de ello ocurrió.

SONY DSC

Bien por el contrario, la buena onda se respiraba en el ambiente, donde había desde gente fumando en la entrada sin molestar ni ser molestada hasta artistas pintando cuadros en el interior. También se encontraba una hermosa muestra de cuadros y dibujos que sorprendió a más de uno.
Esto es un buen síntoma: la Argentina toda necesita de espacios como estos, y no sólo eso: también necesita que los mismos sean conocidos.

En el medio de todo este marco, asaltó el escenario Mamasutra. La banda (Lucía Rodríguez en voces y guitarra; Carola Zelaschi en coros y batería; Clarita Rodríguez en bajo; Ana Sofía Balbi en coros, saxo alto, flauta traversa; Rocío Chiara en trombón y Pepe Cáceres en saxo tenor) salió con un aire tranquilo pero fue en un in crescendo a medida que pasaba el recital. Con una cantante con evidente sentido del liderazgo –y vaso de por medio-, la música se iba desplazando entre rock, pop y funk. Los muchachos estuvieron presentando tanto material de su primer trabajo homónimo como temas nuevos, donde sobresaltaron las actuaciones de los vientos y una gran labor de la bajista (compositora de uno de los temas nuevos).
Si bien la respuesta del público no siempre es la mejor (varió entre el baile y la charla en medio de las canciones), la cantante nos deja una frase picante: “Yo tengo más miedo que ustedes”. Es absolutamente comprensible: no siempre uno se siente tranquilo arriba del escenario, tocando para gente que a veces ni te escucha. Y que eso no genere nervios es poco que imposible. Desde este costado la defendemos. Aunque esto no perjudicó –afortunadamente – la performance final de la banda, que a veces pareció medio perdida en la mezcolanza de sus propios sonidos, pero siempre salió airosa.

Cuarto intermedio para el público que tuvo la oportunidad de disfrutar de un bello y elegante mini-show de tela, aro y acrobacia de la mano de Victoria Serebrinsky y Emilia Cortelletti. Algo que en cualquier otro ambiente hubiera pasado casi como desubicado, acá calzó justo.

A la salida de Sambara sucedieron cosas parecidas y distintas. Con un simpático equipo de mate sobre uno de los amplis (que luego amagaría a romperse), la banda salió con ánimos de comerse a la gente, cosa que lograron ya que la respuesta fue inmediata. Ya hay pogo, con globos y todo, en el primer tema (!). Con la electrónica como aliada, la banda (Federico Schujman en voz; Marcos Lorenzo en sintetizadores y voz; Gabriel Kerman en guitarras y coros; Andrés Elijovich en pianos y coros; Ariel Schujman en bajo y coros y Julián Malosetti en batería) parece impulsar los temas para que la gente baile.
Ya llamaba la atención que las 2 bandas tuvieran 6 integrantes, pero en este caso, junto con un cantante con actitud, 2 pianistas muy movidos y un baterista con bastante onda –que llegó a romper un palillo en un momento- los muchachos fueron exhibiendo buena parte de las canciones que figuran en su bandcamp, aunque ya están cerca de sacar su primera placa, que contará con la producción de nada más y nada menos que Javier Malosetti.
Y por si dudas quedaban sobre la fidelidad del público, en el medio de ‘Hojas’ (un tema que parece seguir la línea de ‘Todas las hojas son del viento’, de Pescado Rabioso/Luis Alberto Spinetta), la banda calla y la masa grita la letra como si fuera el hit radial del momento. Ya en un punto en que el recital era una absoluta fiesta, se fueron repartiendo máscaras y papel picado para cerrar el espectáculo. Entre efectos de megáfono y 5 miembros sin remera, idos en su propio viaje musical, terminó esta celebración.SONY DSC

Ambas bandas terminaron agradeciendo al lugar y a ‘La Casa del Árbol’, la organización encargada de llevar todo esto adelante. Así terminó una jornada maravillosa de arte. Entre 2 bandas similares y no tanto,  el Teatro Mandril se llenó de expresiones artísticas que condecoraron una gran velada. Esperemos que siga así.