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Massacre: un poco de rock y un poco de show en La Trastienda

Massacre cerró un año especial con dos shows en La Trastienda. El cuarteto le puso un broche de oro al 2016 con un doblete en San Telmo.

Massacre
Massacre

Luego de telonear a los Guns N’ Roses en Rosario y de la doble nominación a los Premios Grammy Latinos -por su disco Biblia Ovni en Mejor Álbum de Rock y por Niña Dios como Mejor Canción-, la banda encabezada por Guillermo “Walas” Cidade redondeó un año movido con dos shows íntimos y potentes en La Trastienda.

El conjunto que supo ser punk y que ahora navega las corrientes del rock-pop psicodélico, lo completan Pablo “El Tordo” Mondello (guitarra), Luciano “Bochi” Facio (bajo), Federico “Fico” Piskorz (guitarra) y Carlos “Charly” Carnota (batería). Según el propio “Walas”, llevaron “un poco de rock, un poco de show y un poco de espectáculo” al recinto de Balcarce 460.

Pasadas las 21 se corrió el telón y Massacre entró en acción con un tema de 1992: “Cae el muro”. Con una hora y media de música sacudieron a un público que cumplió su tarea y no paró de subirse al escenario en cada pogo para abrazar a “Walas”, cantar algunos segundos de un tema a dueto, o simplemente para volver a sumergirse de modo salvaje en la marea que iba y venía debajo del escenario.

El carisma del cantante apareció en cada intervalo, con frases máximas: “¿Cómo están? ¿Todo bien o esperamos al tercer semestre?”, o “En realidad nosotros seguimos en los Grammys, esto es un holograma, esperemos que esté llegando bien el video”. El “Gordo”, como de costumbre, fue el centro de atención luciendo una camisa leñadora y una remera bien ajustada que no tardó en empaparse de sudor, alternando sombreros de copa, gorros y hasta un casco.

Hubo tiempo para recorrer varios discos. Sonó “Querida Eugenia”, de Fue una suerte, “No puedo dejar” y “Te leo al revés” de Aerial, “La octava maravilla” de El Mamut, “La virgen del knock out” y “Tanto amor” de Ringo. También tocaron algunos del último trabajo, Biblia Ovni: “Mi amiga soledad” y “Niña Dios” -al grito de “a este pónganle un sticker que diga nominada a mejor canción”. Se mostraron muy orgullosos a lo largo de todo el recital y agradecieron compartir la terna junto a los “monstruos” de los Fabulosos Cadillacs. Walas no se cansó de elogiar a Flavio Cianciarulo, presente en las mesas del lugar.

90 minutos concisos, llenos de rock y espectáculo, satisficieron las expectativas. Con el pecho inflado y luego del año que los terminó de catapultar del under al mainstream, el cuarteto se despidió: Gracias, un beso, esto es Massacre Palestina. Bienvenidos al Rock del futuro”.

Fotos de Luis Usandizaga

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