Guasones lanzó “Hasta el final”, su último disco de estudio, en 2017 y -después de su gira de presentación- dedicó todo el 2018 de lleno a la celebración de sus 25 años de trayectoria.

Los festejos incluyeron shows en el Estadio Obras de Capital Federal, Rosario, Coronel Suarez, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy, Salta, San Juan, Mendoza, entre otros, además de una gira por México. El pasado 30 de diciembre, la banda de La Plata cerró el año en La Trastienda Samsung con una lista de más de 20 temas y dos horas de repaso por todos sus discos.

Fue una tarde de diciembre con temperatura alta pero a las 21hs, cuando la calle Balcarce estaba poblada de fanáticos de Guasones, corría aire fresco y ya se podía sentir el clima pre-recital. El show dio inicio a los quince minutos de la hora pactada con todos adentro y los cuatro platenses en el escenario: Facundo Soto en voz y guitarra, Maximiliano Timczyszyn en guitarra líder, Esteban Monti en bajo y Damián Celedón en batería.

La elegida para el arranque fue “Una noche más”, del disco Toro Rojo, seguida por “Extraña sensación” y “Una Razón” de Locales Calientes. Esas tres fueron suficientes para que el público los empezara con el cántico “vamo’ los guasó’” y, claro, desde el escenario respondieron con “El rock de mi vida”.

Las canciones siguieron una tras otra casi sin pausas con “Pobre tipo” y “Volar”. Un repaso desde el primer hasta el ultimo disco de la banda literalmente, que venía dejando al publico exhausto entre un tema y otro.

Haciendo caso al “pan y vino pan y vino pan y vino, el que no vino a Guasones para qué carajo vino” siguió, si se quiere, uno de los temas más rockeros y frenéticos: “Shaila show”. Seguido de “Nada que ganar” y “Hasta el final”, del ultimo cd que lleva el nombre de la canción y “Estupendo Día” con una sonrisa de oreja a oreja en las caras de los fanáticos.

Sin intervalo alguno Damián siguió dando los toques de batería para el arranque de un tema ni bien terminaba el otro, Facundo seguía con su cigarrillo en la mano y el sombrero cowboy puesto y sonando “Espejo Roto”, “Pasan las horas”, “Me estás tratando mal”,  “100 años más”, “Down”, “Desiree I”, y “Pequeños Ojos”.

El domingo 30 de diciembre, quizás no haga falta aclarar, fue otro aniversario de la Tragedia de Cromañón y muchos de los presentes en La Trastienda habían estado en Parque Centenario unas horas antes en la conmemoración del mismo y eso se sintió: “ni la bengala ni el rocanrol, a los pibes los mató la corrupción” se escuchó desde abajo del escenario. “Para las víctimas, los familiares, para todos nosotros” fue el pie para que, con las luces un poco más bajas y Soto arranque con su guitarra en mano “Flores negras”.

Después de “Tan distintos”, “Como un lobo” e “Infierno blanco ”, triplete letal para los seguidores, subió Manuel Quieto (La Mancha de Rolando), con su guitarra en mano y micrófono compartido con Soto para compartir escenario en “Reyes de la noche”.

Fueron más de 20 temas para finalizar el año. Uno atrás del otro casi sin respiro ni tiempo para pasar a refrescarse o ir al baño, pero nadie se veía angustiado por eso. Ya para lo último y a pedido del público, casi siempre de los seguidores más viejos o que buscan un poco de romanticismo dentro de toda esa vorágine rockera, le llegó el turno a “La flaca Pili y el negro Tomas”.

Con un verano haciéndose presente en varios puntos como San Miguel, Mar del Plata, Villa Gesell y el ya esperado Groove en febrero, la banda platense cerró la ultima fecha del año con una de las más cantadas de su segundo disco: “Amaneciendo”, con un público que sabía que se venía el final pero seguía como si recién empezara todo.

Crónica por Catalina Nocino Frick

Fotos por Cristian Sangermano