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El Error: Carajo en La Plata, suspendido

Durante el recital de Carajo en El Teatro Opera, un espectador tiró gas pimienta. Cuatro personas tuvieron que ser hospitalizadas y el show fue suspendido.

Carajo
Carajo

La noche en El Teatro Opera era prometedora desde el principio. Habían pasado varias bandas soporte, e incluso Marcelo “Corvata” Corvalan, cantante y bajista de Carajo, se había apersonado sobre el escenario como invitado del grupo Plan 4 para cantar el tema “El Señor De La Guerra”. Las expectativas eran altas, y con buenas razones.

Cuando las cortinas se abrieron por última vez y las luces se encendieron, dejando ver al trío de Nü Metal formado por Corvata, Hernán “Tery” Langer (guitarra) y Andrés “Andy” Vilanova (batería), la aclamación fue unánime. El cantante saludó antes de que la banda comenzara a tocar una versión arrolladora de “Pura Vida”, que abrió la lista de temas con mucha intensidad. Por sobre las cabezas del público sobresalía un nene de no más de 10 años, que subido a hombros de un adulto, agitaba los brazos haciendo la mímica de tocar la batería, sacudía la cabeza y hacía cuernitos con los dedos. Así de familiar era el ambiente en el que se desarrollaba el show.
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Entre los aplausos que llegaron con el cierre del primer tema, empezó a sonar “El Error”, un clásico del disco Atrapasueños”, muy celebrado por todos los presentes. La canción fue acompañada por palmas y coros hasta el final. A continuación, mientras Tery tocaba una intro de guitarra muteada, Corvalán preguntó: “¿Hay algún “Chico Granada” entre los presentes?”. Las respuestas afirmativas de los seguidores fueron correspondidas por el inicio del  gran tema del álbum Inmundo”.

Tras una muy breve pausa, la banda continuaría su rumbo, primero con “Drama”, del disco Hoy Como Ayer”, y a continuación con “La Venganza De Los Perdedores”, de la placa Frente a Frente”. El público renovaría su fervor para poguear al ritmo de “Ironía”, y luego para acompañar a “Histeria, TV, Canción De Moda”.

Carajo entonces le devolvió la gentileza a Plan 4, la banda soporte que había invitado a tocar a Corvata, al compartir escenario junto a su vocalista, Javiar “Knario” Compiano. El invitado, que primero compartió la voz junto con Corvex o en “Cicatriz” fue muy recibido por el público y se quedó para cantar “Joder”. La versión fue un desborde de acción y energía, y la gente despidió a Knario con una ovación.

Corvata y Knario dando el máximo.
Corvata y Knario dando el máximo.

Carajo: El principio Del Fin

Hasta ese momento todo había transcurrido sin problemas. Andy marcó el comienzo de “Tracción a Sangre” con el bombo de la batería, y la canción empezó  con normalidad. Sin embargo, a los pocos minutos, los espectadores que estaban más cerca del escenario comenzaron a retroceder. Al principio pareció que se estaba formando una de las clásicas rondas de pogo, pero luego se hizo evidente de que se trataba de algo más. Las toses, las expresiones de desesperación y las bocas tapadas por las remeras daban cuenta de que algo no estaba saliendo bien. De inmediato los guardias de seguridad empezaron a actuar para ayudar a evacuar la sala. A pesar de la desesperación de la gente, que estaba teniendo dificultad para respirar, la salida se llevó a cabo de forma pacífica y en relativo orden.

Pronto comenzó a circular entre la multitud la versión de que alguien del público había tirado gas pimienta en la zona del pogo. Los más afectados estaban sufriendo dificultades respiratorias, vómitos, ardor en los ojos e incluso desmayos. De inmediato empezaron a ser asistidos por el personal médico de la ambulancia apostada frente a la puerta de El Teatro, junto con la ayuda de bomberos, personal de seguridad, policías y los mismos espectadores del recital. Cabe destacar que entre el tumulto, la gente se comportó de la mejor manera posible, colaborando para que todos los que habían sufrido las consecuencias más severas pudieran ser atendidos, y sin generar ningún tipo de altercado.

Mientras tanto, se pasaba de boca a boca el rumor de que el recital iba a continuar luego de esperar quince minutos para ventilar la sala. Parecía inverosímil: cuatro personas habían sido hospitalizadas y al menos ocho estaban siendo tratadas (incluyendo a una trabajadora de El Teatro) en dos ambulancias más que habían llegado para colaborar,  y otros tres jóvenes esperaban asistencia. Afortunadamente, las personas que habían sido derivadas al Hospital San Martín fueron dadas de alta más tarde.

Finalmente, el baterista Andy Vilanova se presentó en las escalinatas de El Teatro para hablar con la gente y transmitirles su apoyo. El músico expresó que lo más importante era que las personas fueran asistidas, y que la banda había tomado la decisión de suspender el recital y reprogramarlo para otra fecha. Pese al descontento de algunos seguidores, era la decisión más lógica luego de lo que había sucedido. Los integrantes de Carajo se quedaron unos minutos más para sacarse fotos y solidarizarse con el público.

No se pudo saber quién fue el responsable ni por qué lo hizo. Quien haya estado en medio del pogo en un recital sabe que cada bocanada de aire es indispensable. En un contexto donde las personas están agitadas ya de por sí al estar realizando una actividad frenética, tirar un gas que impide respirar con normalidad y produce irritación es una acción cuasi criminal. Quizás haya sido involuntario, es difícil pensar que alguien haya asistido a un show para luego soltar a propósito una sustancia tóxica que evidentemente iba a terminar afectando a todos los presentes, incluyéndolo.

Foto: Twitter // @Chaverr
Foto: Twitter // @Chaverr

De todas formas, accidental o no, no hay ningún justificativo para llevar un elemento químico de esas características a un espectáculo musical. Vale preguntarse cómo es que el responsable pudo pasar por los controles de la puerta llevando un tóxico encima. Si bien el cacheo fue un poco más indulgente que en otros shows realizados en el mismo establecimiento, debería haber bastado para detectar el peligro y confiscar el elemento.

En definitiva, es un hecho preocupante. No hubo víctimas graves, pero más allá de las enormes diferencias, ante un accidente de esta naturaleza vuelve a invocarse la memoria de la Tragedia de Cromañón. Si bien en este caso el sistema de evacuación y asistencia médica funcionó de forma adecuada, una vez más estamos ante una falla en los controles de seguridad e irresponsabilidad por parte de un espectador. Lamentablemente, queda a la vista que entre quienes de un modo u otro formamos parte del circuito del rock, todavía hay quienes no han aprendido de las experiencias pasadas. 

Por: Facundo Remi

Fotos por Florencia Dakuyaku

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